Sálvame ha comenzado su emisión de este lunes anunciando que uno de sus colaboradores ha sufrido una traición por parte de quien menos se espera. El programa ha desvelado a su inicio que la persona traicionada está entre los siete tertulianos que han acudido al plató: Antonio Montero, Laura Fa, Lydia Lozano, Gustavo González, Belén Esteban, Gema López o Kiko Matamoros.
Los colaboradores han hecho sus cábalas en plató antes de conocer la identidad del compañero que ha sido traicionado. Matamoros ha confesado que él es, probablemente, quien más secretos puede guardar, por lo que han sido muchos los que han apostado por él como la víctima de la traición.
Otros de los nombres que más se han repetido son el de Gustavo González y Antonio Montero. Ambos paparazzi han sido señalados por sus compañeros como posibles traicionados, mientras que ellos han coincidido en señalar a Laura Fa como víctima, ya que ambos tienen poca relación con la catalana.
Durante la emisión de Sálvame Naranja, mientras daba pistas sobre el colaborador traicionado, Jorge Javier Vázquez ha desvelado involuntariamente que el traidor es un familiar de la víctima, lo cual ha estrechado el cerco sobre aquellos tertulianos cuya vida privada está más expuesta, es decir, Belén Esteban, Kiko Matamoros o Gustavo González.
Finalmente, el programa ha desvelado que el colaborador traicionado ha sido Gustavo González. Y es que su pareja, María Lapiedra, ha hablado abiertamente sobre los hijos del fotógrafo pese a su negativa a exponer a su familia. La novia del colaboradora ha dicho que "Gustavo tenía que haberse separado mucho antes para que sus hijos no sufrieran" y ha asegurado que el paparazzi "era desleal a su mujer desde que se conocieron".
Nueva trama
Todo parece indicar que este asunto abrirá una nueva trama interna en Sálvame tras resolverse el conflicto entre Rafa Mora y Anabel Pantoja, que ha ocupado buena parte de la escaleta del programa durante una semana.
Ambos colaboradores protagonizaron un fuerte encontronazo y la dirección decidió habilitar una encuesta para que el público eligiese si uno de los dos debía ser expulsado del programa o, por el contrario, había que optar por que no volviesen a coincidir en plató.
Pese a que la audiencia optó por echar a Rafa Mora, el programa decidía suspender de empleo y sueldo a ambos colaboradores durante una semana, improvisando así una salida alternativa a la opción escogida por el público.