El Festival de la Canción de Eurovisión se organizó por primera vez en 1956, y las reglas de su funcionamiento eran sencillas. La canción debía ser interpretada por un solista, la letra debía ser cantada en una de las lenguas nativas del país y la música debía ser interpretada por una orquesta de la organización. Cada país podía, eso sí, mandar a su propio director de orquesta.
A medida que avanzaba la década de los 60, el Festival se abrió hacia la música pop, y las orquestas se ampliaron con nuevas secciones para adaptarse a los arreglos musicales necesarios. A partir de 1971, se permitió que hubiese más de un vocalista en el concurso.
En 1972, los representantes del Reino Unido, The New Seekers, pidieron utilizar una pista pregrabada de guitarras, para no tener que tocar en directo y centrarse en la voz, pero no se les dio permiso para no favorecerles por encima de otros países. La jugada salió bien, y los británicos quedaron en segunda posición con Beg, steal or borrow.
En 1973 se empiezan a permitir pistas pregrabadas, siempre que en el escenario hubiese músicos reproduciendo los sonidos. El primero en aprovecharse de esta nueva regla fue Cliff Richard, de nuevo por Reino Unido, con el tema Power to all our friends, que quedaría tercero justo después de Mocedades y su Eres tú.
En 1974, ABBA exprime al máximo la nueva regla: utiliza una pista de acompañamiento prácticamente completa, y solo se agregaron algunos elementos de la orquesta en directo. El grupo sueco ganó aquella edición con la memorable Waterloo.
Los suecos abrieron así un nuevo camino en el Festival. En 1979, el grupo italiano Matia Bazar es el primero en ignorar por completo la orquesta y pregrabar todos los arreglos. En 1995, el tema de Noruega Nocturne, y en 1996, The voice, de Irlanda, ganan el Festival únicamente con una pista pregrabada.
Esa misma década el Festival vive una pequeña crisis, ya que estaba perdiendo el interés entre el público más joven, y se decide abandonar para siempre la orquesta. Del mismo modo, se elimina la regla del idioma, y se empieza a votar la canción favorita por televisión. En 1997 se permitió tener pregrabada toda la pista musical, y en 1998 Dana International, con Diva, ganó por Israel con la primera canción sin orquesta ni director.
Desde 1999 el Festival dejó de tener orquesta en vivo. En un principio se argumentó que era por problemas de espacio y razones presupuestarias. Sin embargo, finalmente, la decisión se instalaría para siempre.
Debido a la crisis sanitaria del coronavirus, la edición de 2021 será además la primera en la que los coros puedan ir pregrabados, aunque se desconoce si esta norma se quedará o si será una medida temporal.