Mask Singer: adivina quién canta regresa a Antena 3 este lunes 24 de mayo, a partir de las 22:45 horas, con una nueva edición que promete doblar la apuesta con nuevas máscaras, más emoción y novedades en su mecánica.
Entre las novedades de esta temporada estará la incorporación de Paz Vega a la mesa de los investigadores, que competirá con José Mota y con Los Javis por adivinar la identidad de los famosos que se esconden tras las máscaras. BLUPER ha charlado con Javier Calvo y Javier Ambrossi antes del estreno.
¿Cómo os habéis sentido grabando esta segunda edición de Mask Singer?
Ambrossi: Por un lado, mucho más cómodos, porque ya sabíamos cómo era el formato. Y con Paz Vega y José Mota genial. Paz es amiguísima, a José ya lo conocía y con Javi al otro lado, pues era como estar en casa. Con el equipo también superbien, así que muy relajados. Luego es verdad que, sabiendo ya la relevancia mediática y que tiene en redes, pues al principio me cagué un poco, pero se me quitó en cuanto empezó a sonar la sintonía del programa. Estamos supercontentos, porque adoramos este formato, me trae a la tele que yo veía cuando era pequeño y me encanta formar parte de una tele que hace evadirse y divertirse de una manera tan blanca y familiar.
¿Cómo definiríais la edición?
Calvo: Se ha subido mucho el listón y es mucho más complicada. Yo creo que es una temporada muy entretenida y muy loca. Para empezar, porque hay muchísimas máscaras. Había días que desenmascarábamos a dos, luego veíamos a otras cinco... Ahora un huevo, ahora un plátano... ¡Era una locura! Y ha sido más fiesta. Las actuaciones creo que también han sido mucho más espectaculares.
A.: Está organizada de una manera muy dinámica. Es superdivertido y vais a flipar de verdad. Es brutal.
Esta vez, hay en juego unos prismáticos de oro para el investigador que más acierte. ¿Ha aumentado el pique entre vosotros?
C.: Javi [Ambrossi] es muy competitivo y me dice que ni hablemos del tema, porque le voy a quitar la que tiene en la cabeza y quiere que el punto sea para él. O sea, a este nivel (ríe).
A.: Hay una parte de competición por los prismáticos y yo quiero ganar, como en todo lo que hago. Y luego, por otro lado, también me hace ilusión sorprenderle. Estamos todo el rato juntos y es un poco de espacio individual que tenemos preparándonos nuestras teorías y en la grabación las sacamos. A mí me encanta cuando le saco nombres y se queda loco, me encanta. Después de diez años de relación, sorprender a tú pareja, ¿a quién no le gusta? No es solo competición, también es amor.
¿Cómo ha sido la incorporación de Paz Vega? ¿Qué aporta al programa?
C.: Paz Vega se ve que es alegría, es luz. Ha traído a la mesa mucha alegría. Ella tiene algo que llega a la mesa y a mí me alegraba verla. Es majísima, es simpatiquísima, superinteligente, superdivertida...
A.: Paz tiene una cosa y es que es transparente y eso es lo que se busca en este formato. Alguien que no tenga miedo a decir la locura que se la pase por la cabeza. Que no tenga miedo a quedar bien o quedar mal, o tener razón con las pistas. Eso es algo que se busca, no solo en este programa, sino en la vida. No tener miedo a las cosas y decir lo que te viene, seguir tus impulsos y pasarte por el forro las opiniones de los otros. Creo que eso Paz lo tiene a favor. Es muy libre, muy auténtica y muy divertida. Ha dicho unas cosas tan insensatas a veces y otras tan acertadas que es para amarla.
¿Habéis aprovechado el tener delante a tanto famoso para ficharlos para futuros proyectos?
C.: Para cuando llegue el momento, sí. Hay un par que sacaré el listín, porque ha habido alguna fantasía.
A.: Sí, sí... Están todos apuntados.
¿Qué famoso sorprendió más el año pasado?
C.: Nunca supimos cómo la gente en Twitter pudo adivinar a Toni Cantó, yo creía que era Óscar Casas.
A.: A mí Terelu. Me morí de amor y me fascina que ahora esté en MasterChef y que ella esté encontrando ahora una nueva vía para explorar todo el talento que tiene dentro. Me encantó que estuviera y se atreviera. Y luego Paz, no entendí cómo no lo habíamos dicho.
C.: Si el año pasado era sorprendente, lo de este es ya... otro rollo.
A.: El año pasado, me senté aquí diciendo que era el mejor casting de la historia de la tele. Este año, me siento diciéndolo otra vez. Solo con dos o tres que hay ya no das crédito. Pero de todos los que hay, la mayoría son así. Cada personaje tiene su razón de ser, su cosa, su 'guau'. Lo vais a pasar muy bien.
El ritmo y tensión están muy presentes en el programa. ¿Alguna vez habéis pedido que os cortaran algún comentario o salida de tono?
C.: Alguna vez yo sí he dicho que algo que ya se me haya escapado quizá...
A.: Ya lo hacen de manera natural. La premisa es que hagamos lo que nos dé la gana y ellos ya encuentran la lógica para el tipo de programa que estamos haciendo.
C.: O alguna vez que dices que alguna máscara no canta nada y de repente... es una cantante y te dice: ¿Qué has dicho de mí? Pero eso yo no digo que lo corten porque hay que asumir las consecuencias del juego.
A.: Cortar no, porque a mí no me gusta trabajar así. Yo confío en el equipo con el que estoy, doy todo lo mío y que cada uno haga su trabajo, porque creo que todos somos mayores y estamos en el mismo buque. Por Whatsapp sí que le he dicho a José "perdóname", por ejemplo, porque lo he mandado a callar. Alguna vez he tenido que pedir disculpas por detrás.
¿Os ha dado miedo no reconocer a alguno de los famosos al quitarse la máscara?
A.: Hay alguna vivencia divertida por ahí... ¡Están lejos! Entre el maquillaje y la distancia...
C.: Como están tan lejos y alguna viene cambiada se giran y dices: "Ay, ¿quién es?". Entonces a veces tardas en reaccionar. Pero en esta edición he conocido a todos.
Dicen que la máscara hincha mucho la cara...
C.: Imagínate que se quita la máscara y es la de Territorio Comanche (ríe). Que el otro día llegó...
A.: Pero no digas, por si acaso son pistas...
C.: Bueno, o Renée Zellweger, que algún día ha venido con otra cara.
A.: Con una cara preciosa que le dé la gana a ella.
C.: Sí, la que le dé la gana. Pero, si no la has visto hace tiempo...
A.: Mira, pero qué poca vergüenza, sacar aquí Territorio Comanche... Pero es verdad que Cristina Tárrega el otro día estaba como si hubiera salido de la máscara.
Killer Queen, concursante de Drag Race, se ha hecho viral por decir que "el drag es política". Tras los resultados electorales de Madrid, ¿esto corre peligro o está más vigente que nunca?
C.: Pase lo que pase, no debemos dejar nunca que nadie nos quite ningún derecho. Creo que estamos todos preparados y preparadas y pendientes de que esto no suceda. Yo creo que programas como Drag Race van a ayudar mucho, igual que lo ha hecho Veneno, a que sigamos avanzando. Los perros ladran, pero la caravana avanza.
¿Vuestros proyectos, igual que el drag, también son política?
A.: Yo diría que por lo menos intentamos que sean responsables. Esto es lo máximo que yo puedo hacer, que sea consecuente con lo que pienso. Con las personas que contrato, las historias que cuento, la manera en la que los presento... Que el mundo que puedo controlar sea como yo creo que debe ser.
C.: Sí, la elección de las historias que uno quiere contar y la visibilidad siempre son un acto político. Intentamos hacer del mundo un lugar mejor con las historias que contamos y con las familias que intentamos crear.
A.: Si es un acto político ser uno mismo en la televisión y exponerse uno tal y como es, abriendo tu corazón y tu alma constantemente, pues supongo que sí hacemos política.
¿Os pesa la responsabilidad de ser referentes para muchas personas?
A.: Yo fallo y parto de la base de que soy imperfecto. Fallo constantemente y yo no me he convertido en un referente porque a mí me ha dado la gana. No es algo que yo crea de mí mismo. Si a la gente le gusta lo que hacemos, me encanta que nos sigan, pero yo no quiero ser un referente porque me interesa mucho ser imperfecto.
C.: Yo llevo haciendo de un personaje gay en la tele desde los 16 años y esto me lo he planteado muchas veces. Creo que Veneno era nuestra forma de decir que los referentes no tienen que ser perfectos. Un referente tiene que ser honesto y auténtico y esto es lo que era Cristina y lo que nosotros creemos, que los seres humanos se equivocan y que no por eso dejas de tener méritos por otras cosas que hayas hecho.
A.: Es importantísimo acabar ya con el momento cultura de la cancelación y que estemos hipervigilando todo lo que hacen los otros. A mí me parece fundamental, porque nos lo vamos a cargar todo con esa mirada hipercrítica justo hacia el que hace algo. Hacia el que no hace nada no hay mirada crítica, ya se asume que eso es así, pero al que intenta hacer movimientos es el constante, el constante... Al final, las personas que intentan mover hacia adelante dirán: ¿Sabes qué? Aquí te quedas, hazlo tú.