La serie documental Rocío, contar la verdad para seguir viva ha demostrado ser una ambiciosa apuesta por parte de Telecinco y La Fábrica de la Tele para dar a conocer un testimonio hasta ahora oculto de los medios, creando un impecable formato para envolver ese relato.
El programa en el que Rocío Carrasco ha desvelado la cara más oscura de Antonio David Flores y ha tratado de arrojar luz sobre la nula relación que mantiene con sus hijos ha arrasado en audiencias. En los 11 episodios que lleva emitidos, la docuserie ha cosechado una media del 26,9% de cuota y 2,5 millones de espectadores, sin contar con la entrevista en plató de la protagonista, que elevó la marca hasta el 32,5% con 3.041.000 espectadores.
Es por este motivo que la cadena se estaría planteando emitir una segunda temporada del formato, tal y como ha asegurado Jorge Javier Vázquez en Sálvame. Pero, ¿sería esta nueva entrega beneficiosa para Rocío y para el canal?
Lo cierto es que, tras emitir 11 episodios y una entrevista en directo, a falta del último capítulo que se emite este miércoles, sigue habiendo numerosas dudas e incógnitas en torno a la vida de Rocío Carrasco. Muchas de las revelaciones que la hija de Rocío Jurado ha hecho en la docuserie han sido cuestionadas, incluso se han vertido informaciones contrarias a lo que ella ha demostrado con documentación. Además, hay muchos asuntos en los que podría profundizar más de lo que lo ha hecho, como la relación con los distintos miembros de su familia materna o con el viudo de su madre, José Ortega Cano.
Pese a que todas esas cuestiones pendientes de abordar justificarían una nueva temporada de la serie documental, cabe tener en cuenta otras consideraciones. La primera de ellas tiene que ver con lo puramente televisivo, ya que más allá de las estratosféricas cifras de audiencia que ha obtenido el formato hay que analizar su evolución en los dos meses que lleva en emisión.
Rocío, contar la verdad para seguir viva ha ido perdiendo interés por parte del público desde que su estreno firmara un espectacular 33,2% y 3,7 millones de espectadores. Sus datos han sufrido una caída paulatina hasta que el pasado 19 de mayo bajaba por primera vez de los dos millones de espectadores con la emisión del episodio 11. No obstante, la docuserie ha logrado mantener el liderazgo en todas sus entregas a gran distancia de sus competidores.
Otro de los aspectos que la cadena, la productora y la propia Rocío Carrasco deberían tener en cuenta antes de lanzarse a grabar nuevos episodios es el de las consecuencias mediáticas y personales que podría tener para su protagonista. Rocío ha contado su verdad con crudeza y, aunque a nivel general ha provocado un cambio radical de la imagen que se tenía de ella, todavía existen voces discordantes que cuestionan su relato pese a los constantes esfuerzos del programa por aplacar a los negacionistas.
Teniendo en cuenta esto último, volver a exponer a Rocío al juicio de la audiencia podría dar alas a quienes la atacan asegurando que su único interés es el dinero, desluciendo así un testimonio que ha sido muy valioso para entender mejor la violencia de género y las consecuencias que tiene para sus víctimas, tanto las mujeres maltratadas como los hijos de estas.
Tal y como Rocío Carrasco manifiesta a lo largo de los 12 episodios, decidió expresar su verdad en este formato televisivo porque era el único recurso que le quedaba para poder defenderse, intentar cerrar heridas que llevan dos décadas abiertas y tratar de que la televisión consiga lo que ella no pudo lograr: que la justicia la escuche y valore la responsabilidad que Antonio David Flores ha tenido en todo su sufrimiento.
Telecinco ha intentado ayudar a Rocío en esos objetivos, pero tras el final de la serie documental sus mejores opciones parecen pasar por apartarse, colaborar con la justicia en lo necesario y dejar que los acontecimientos sigan su cauce, demostrando así que realmente le interesa el bienestar de la protagonista más allá de la rentabilidad que les ha aportado.