Una vez más, en Sálvame se habló este lunes de la serie documental de Rocío Carrasco, lo cual levantó ampollas entre los colaboradores. En la primera parte del programa, Carlota Corredera, la presentadora, quiso ajustar las cuentas a Kiko Matamoros, que un día antes se despachó contra ella en Viva la vida.
Corredera le reprochó que no haya tenido ganas de aprender nada sobre la violencia machista, y que no haya tenido ganas de conocer más sobre la figura de Rocío Carrasco, a la que tantas veces señaló como una mala madre.
Matamoros, que ha admitido no ver la serie documental, se escudaba en tener su propia opinión, y que tenía el conocimiento por la trayectoria pública que hasta entonces habían tenido Rocío y Antonio David Flores. Carlota, además, le dijo que había deslegitimado ciertos contenidos de la serie, algo Kiko negó, pues cree que desde el punto de vista del interés del espectador es “muy valioso”.
No quedó ahí la cosa. Más avanzado el programa, Belén Esteban volvió a hablar de Jesulín de Ubrique, el padre de su hija, y dijo que no es el mismo caso que el de Antonio David Flores. Antonio Montero dijo que “Jesulín, con su hija, es un mal padre”, y que, desde su punto de vista, “Rocío (Carrasco) con su hija es una mala madre”. “¿Estamos aún en eso, Montero? Hombre, por favor”, preguntaba Laura Fa, mientras que Frigenti decía que es “muy fuerte”.
Carlota Corredera, que ya había advertido que no iba a permitir que se cuestionase más el papel de madre de Rocío Carrasco, se puso la mascarilla para abandonar el plató. “No puedo continuar trabajando con Antonio Montero. Si Antonio Montero se queda en el plató, yo me voy” decía la gallega al director del programa. “No voy a permitir que, después de todo lo que hemos contado, este señor se tome el lujo de llamar mala madre a Rocío Carrasco delante de mí. No lo voy a permitir. Si él se queda en plató, yo me voy”, añadía.
“No, me voy yo” respondía Antonio Montero. “Pues te lo agradezco” le respondía Carlota Corredera, que volvía a su sitio tras la marcha del colaborador. “Se acabó. Esto no es un juego, ¿eh?”.