"Se acabó, esto no es un juego". Esta contundente frase fue pronunciada por Carlota Corredera este lunes en Sálvame después obligar a Antonio Montero a abandonar el plató por llamar "mala madre" a Rocío Carrasco. La presentadora no sólo se ha convertido en la figura televisiva que más férreamente defiende a la hija de Rocío Jurado, sino que además es uno de los máximos exponentes del feminismo en Mediaset.
Tres días antes de vivir este episodio de tensión en directo, Carlota había confesado en Viernes Deluxe que tiene "agujetas de luchar contra el patriarcado", una batalla que la ha llevado a enfrentarse contra todo aquel que difunda actitudes machistas en los programas que presenta. Ese compromiso con el feminismo parece estar secundado por la dirección del programa, que desde agosto de 2019 incorpora cada semana la sección Con M de Mujer, en la que Geles Hornedo expone los micromachismos en los que caen los propios colaboradores.
Sin embargo, la lucha feminista de Sálvame queda en agua de borrajas cuando, más allá de la sección de Geles o de la actitud reivindicativa de Carlota, la propia dinámica del programa sigue favoreciendo la discriminación a las mujeres e incluso la ridiculización del feminismo. En las últimas semanas, Kiko Matamoros ha adoptado el chascarrillo de "eso es machismo" para censurar cualquier crítica de sus compañeros, una broma que parece hacer mucha gracia a muchos de los que comparten plató con él.
A esta coletilla se sumaba este martes Anabel Pantoja, que después de que el imitador Josep Ferré llamase "canijo" a Omar Sánchez, ella respondía asegurando que "eso es canijofobia" y le advertía: "Vas a ir a Geles". Pese a que se trata de un simple chascarrillo del que hasta Carlota Corredera se rio, lo cierto es que la actitud de muchos de los colaboradores denota que están muy lejos de interiorizar el discurso feminista que el formato pretende divulgar.
Este mismo miércoles, el machismo volvía a estar muy presente en la emisión del programa. María Patiño respondía a las críticas que le dedica Alexia Rivas en una revista haciendo alusión a la edad: "Cuanto tengas 49, a ver quién está mejor", le espetaba la presentadora de Socialité, recurriendo una vez más a la edad y al aspecto físico como arma.
Kiko Matamoros y Rafa Mora han protagonizado otro de los momentos de los que Geles Hornedo podrá tomar nota para su sección. Tras ver las imágenes de Omar Sánchez y Gianmarco Onestini llorando de dolor por la picadura de una araña en Supervivientes, los dos colaboradores de Sálvame han cuestionado la hombría de los concursantes. "Un hombre puede llorar por una emoción, pero no porque le pique una araña", ha defendido el extronista, mientras que Matamoros ha comentado lo bien que les habría venido a ambos supervivientes "hacer la mili".
La contradicción de Sálvame va más allá de la simple actitud de algunos colaboradores, el propio programa cae muchas veces en los estereotipos y discriminaciones contra las que pretende luchar en Con M de Mujer. Hace unos meses, BLUPER ya analizó el trato dispar que se ofrece a los personajes en el programa en función de si son hombres o mujeres.
Evidentemente, acabar con siglos de patriarcado y huir del machismo no es una tarea sencilla que pueda lograrse sin esfuerzo y sin cometer errores, pero lo primero que tiene que darse para conseguirlo es tener un compromiso real y efectivo con el feminismo. Esta responsabilidad debe estar presente en cada uno de los contenidos que conformen la escaleta del programa y no únicamente en una sección semanal que luego se utilice para bromear y burlarse de todo aquello que se pretende conseguir.