Este jueves, Pablo Díaz lograba el bote de Pasapalabra. El músico de origen canario lograba un premio de 1.828.000 euros, algo para lo que había peleado durante 260 entregas. El joven de 24 años nos ha acompañado cada tarde durante un año, que se dice pronto, y ahora ha dejado a la audiencia un tanto huérfana.
Al ganar el bote no solo le decíamos adiós a Pablo. También quedaba eliminado automáticamente su rival, Javier Dávila, un profesor de Derecho que llevaba en Pasapalabra desde el pasado marzo. Un participante que le puso las cosas muy difíciles a Díaz, pero que no continuará resolviendo roscos por la propia naturaleza del programa.
“Sabía que esto iba a ocurrir algún día”, confesaba Javier Dávila tras felicitar a su contrincante y ya amigo Pablo Díaz. “Tienes que volver con nosotros”, le pedía Roberto Leal a Javier Dávila antes de su despedida, tendiendo un puente a un futuro regreso.
Javier Dávila, un concursante que conecta con el público
El programa deja así perder un activo muy valioso, pues Javier conectaba muy bien con el público. Los que seguimos los concursos le recordábamos con cariño ya de aquella primigenia etapa en Saber y ganar hace más de dos décadas.
Participó durante 84 programas seguidos en el formato de Jordi Hurtado; luego volvió en el programa 2.000, y superó las 100 entregas en el año 2005. Durante esos años acumuló más de 90.000 euros y fue considerado el concursante magnífico del espacio en aquel 1998. En esta etapa de Pasapalabra Dávila ha aguantado 76 programas, y se va con 26.400 euros debajo del brazo.
Pasapalabra es un concurso vivo, que cambia sus pruebas (y sus reglas) a medida que pasa el tiempo. Por ejemplo, la silla azul es algo que no existía inicialmente, y gracias a ella el concursante perdedor de la jornada recibía una nueva oportunidad. Sin silla azul Pablo Díaz no habría aguantado esas 260 entregas, por ejemplo, pues Dávila y otros participantes como Luis de Lama o Nacho Mangut se lo ponían muy complicado.
Por ello, y entendiendo que Pablo algún día se llevaría el bote, bien podrían haberse cambiado previamente esa regla. Así, los espectadores podrían tener la ilusión de que a él también logrará el bote en algún momento. ¿Acaso no cambian sus reglas a su antojo Supervivientes, MasterChef o Maestros de la costura?
Rescatar a algún concursante emblemático
Otra cosa que podría hacer Pasapalabra para enganchar a la audiencia en esta nueva etapa es rescatar a algún concursante emblemático del formato. Y en ese sentido, los dos nombres que están en los puestos más altos de la lista son Rafa Castaño y Orestes Barbero.
Recordemos que ambos concursantes eran, por así decirlo, los equivalentes Javier Dávila y Pablo Díaz de la etapa final del concurso en Telecinco. Cuando Pasapalabra tuvo que cesar sus emisiones en Mediaset por una orden judicial, ambos vieron truncado su sueño de alcanzar el bote. Incluso se dejaron entregas grabadas sin emitir, aunque no conseguían el ansiado hito en las mismas.
Para no perder esa franja de concursos, Mediaset inventó El Tirón, un programa de bajo coste que se emitía dentro de Sálvame, como si fuese una sección. Un invento en el que volvieron a dar cabida a Rafa y a Orestes, y por el que pasaron como invitados otros concursantes célebres como Jero Hernández y Fran González.
Sería interesante pues que Antena 3 les lanzase un guante a alguno de estos dos participantes para volver a conectar con esa esencia familiar que ya caracteriza a Pasapalabra. O por qué no, ofrecerles la silla azul a ambos y que vuelvan a medirse las caras cara tarde durante unas buenas semanas.
Recordemos, además, que ambos concursaron en un programa especial emitido el pasado febrero. Una entrega que fue de infarto en la que Orestes resultó ganador del enfrentamiento, y se llevó 3.000 euros de premio. Se quedó a tres palabras de completar el rosco, que tenía un premio especial de 100.000 euros.
Durante el transcurso del programa, Roberto Leal anunció que los dos veteranos concursantes se incorporarán al programa diario. Algo que podría ocurrir ahora que el formato se ha quedado sin un concursantes a los mandos.