Este lunes, Sálvame tenía dos bombas para luchar contra el estreno de Tierra Amarga en las tardes de Antena 3. Por un lado contó con el testimonio de Rocío Carrasco, que fichará por el programa. Por otro, llevaron a Kiko Matamoros para enseñar su nueva cara después de haberse sometido a una gran operación de estética, tanto en su rostro como en el cuerpo.
Para tal evento, Sálvame montó un gran numerito. Así, Matamoros entró al programa en ambulancia, con la cara tapada por unas gafas de sol y una gorra, y le llevaron en camilla. Todos los compañeros salieron a recibirle al pasillo y bromeaban al preguntar si tras la operación seguía siendo del Real Madrid o había cambiado de bando.
“Estoy asfixiado” aseguraba Kiko Matamoros, que comenzó a quitarse todo lo que le tapaba la cara. Así se le pudo ver sus nuevos párpados y una incisión que se había hecho en la oreja. En el abdomen llevaba unas fajas que le recubrían.
Según se explicó, Kiko Matamoros se habría se ha extirpado las glándulas mamarias, se ha hecho una liposucción en la que le han quitado tres litros de grasa y le han colocado unas cánulas bajo la piel que drenarán el líquido para dejar a la vista sus abdominales naturales. Unas intervenciones que le llevaron a estar más de cuatro horas en el quirófano, y que ofrecerán su mejor resultado dentro de seis meses.
Kiko Matamoros, además, autorizó que se enseñasen en el programa algunas de las fotografías que le habían hecho tras las operaciones, y que provocó que Lydia Lozano pidiese abandonar el programa.
Con esta vez, Kiko Matamoros ha pasado por el quirófano con fines estéticos hasta en doce ocasiones. Entre otras intervenciones se ha pegado las orejas, se ha arreglado la nariz, se ha estirado la cara, se ha tocado el cuello, se ha quitado las bolsas, se ha hecho un implante capilar, se ha modificado los párpados y se ha subido las cejas.