Este fin de semana hemos despedido a la actriz Pilar Bardem a los 82 años. Hija y madre de actores, Pilar ha dejado un amplio legado audiovisual en el que destacan sus trabajos cinematográficos. Ha estado bajo las órdenes de Almodóvar, Fernando Fernán Gómez, Juanma Bajo Ulloa o de su hermano Juan Antonio Bardem.
Participó en comedias taquilleras de Mariano Ozores, y también apareció en algunos títulos emblemáticos de nuestro fantaterror como Los ojos azules de la muñeca rota o La venganza de la momia. En 1995 obtuvo el premio Goya a la mejor actriz de reparto por su trabajo en Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, de Agustín Díaz Yánez.
Además de sus más de 70 trabajos para el séptimo arte, y de todos sus montajes de teatro, no debemos ignorar el amplio legado televisivo que nos ha dejado Pilar Bardem. Así, en la pequeña pantalla, Pilar trabajó en programas emblemáticos como los Cuentopos, Estudio 1, Los gozos y las sombras o Chicas de hoy en día.
Su papel más longevo fue en la serie Amar en tiempos revueltos, serie en la que estuvo desde el primer episodio. Entre 2005 y 2007 Pilar se metió en la piel de Elpidia Grande, una mujer fuerte y combativa, esposa de Pepe (Francisco Algora) y madre de Antonio (Rodolfo Sancho). Estuvo en la serie durante más de 180 entregas.
Como secundaria de lujo pudimos verla en ficciones de Antena 3 como El inquilino (con Jorge Sanz), Abierto 24 horas y Compuesta y sin novio, de Lina Morgan. También tuvo un personaje fijo en Kety no para, la ficción que Millán Salcedo escribió y dirigió en Televisión Española.
En la serie que quizá tuvo más protagonismo Pilar Bardem fue Hermanas, emitida en Telecinco en los años 90. Una ficción ambientada en un pequeño convento de Madrid, que se convierte en casa de acogida improvisada de un montón de niños sin hogar.
Allí Pilar Bardem dio vida a la madre superiora, quien dirigía el convento San Damián con una mano de hierro envuelta en un guante de terciopelo. Estaba respaldada por Ángela Molina, una monja que escondía un secreto que tardó muchos episodios en desvelarse: en su juventud tuvo un hijo con el que se reencuentra años después.
Aquella serie, en clave de dramedia, tuvo dos temporadas, y funcionó muy bien gracias al amplio abanico de monjas. Así, estaba la hermana Teresita (Beatriz Santiago), tan ingenua como torpe. Anabel Alonso era la hermana Sofía, responsable del herbolario junto a la hermana Cleofé, Vicenta N’Dongo. Y la hermana Asunción (Amparo Valle) era la mayor del convento, una monja muy conservadora que recibía la visita del fantasma de la Madre Fundadora (Chus Lampreave), algo que sus compañeras no entendían. El elenco lo cerraban Mónica Molina como la novicia Consuelo (que abandonaría el convento por amor) y Karola Gómez (o Karoka Escarola), como la monja cocinera del convento.
Yohana Cobo, Marcos Cedillo, Carlos Rodríguez, Jimmy Castro, Daniel Cuño, Raquel González y Aleksandra Poda, por su parte, eran los niños que habitaron en aquel convento durante las dos temporadas que duró.
Aunque en principio hablamos de una serie muy española, lo cierto es que terminó exportándose fuera de nuestras fronteras. En YouTube es fácil localizar a Bardem y compañía hablando en portugués.
A esta serie, Hermanas, le hace un cariñoso guiño la segunda temporada de Señoras del (h)AMPA, en el episodio titulado Señora católicas, apostólicas y romanas, en el que Lourdes, Mayte y compañía se infiltran en un convento para descubrir el paradero de una anciana monja desaparecida.
Como curiosidad, esta Madre Superiora no ha sido la única monja a la que Pilar Bardem dio vida. En teatro fue la hermana Luisa en La sospecha, la directora de un colegio que acusa al cura más popular del centro de pederastia. Del mismo modo, fue una de las coloridas monjas de La novicia rebelde, la última película musical de Rocío Dúrcal.