Este lunes Telecinco estrenaba una nueva etapa del concurso Alta tensión. Christian Gálvez regresaba a la pequeña pantalla, tras el abrupto parón de Pasapalabra a finales de 2019, como conductor de este mítico formato que ya se pudo ver en televisión conducido por Constantino Romero, Luis Larrodera e Ivonne Reyes.
En su vuelta, Alta tensión contó con cuatro participantes, algo novedoso pues habitualmente Alta tensión tenía tres. Así, vimos a Raúl, Paco, Carmen y Mari Carmen. Dos de ellos podían resultar fácilmente reconocibles para los amantes de los concursos, pues Paco de Benito ganó el bote de Pasapalabra en Telecinco y luego participó en Supervivientes 2016. Por su parte, Mari Carmen, también pasó por Pasapalabra cuando Christian Gálvez lo presentaba en Mediaset.
Otra de las novedades que ha presentado Telecinco en este regreso es la mecánica. Hasta ahora, en Alta tensión se ganaba dinero en las primeras pruebas, y el mejor de los concursantes participaría en un panel final en el que podría llevarse un coche.
En esta nueva etapa, los participantes irán acumulando dinero en un bote (que ayer llegó a los 54.200 euros) y el concursante más hábil optará a él acertando el panel final y podrá volver en caso de no resolverlo. De los otros tres concursantes, dos de ellos regresarán al programa siguiente, con un premio de consolación de 100 euros, y el cuarto queda eliminado.
De este modo, Alta tensión busca la profesionalización de sus concursantes, que se conviertan en personas a las que veamos a menudo y acabemos cogiendo cariño.
Una estrategia de la que también se valen Pasapalabra o ¡Boom!, por ejemplo, y que permite al espectador ver a los concursantes como alguien más de su familia, una conexión que no logra cualquier otro personaje famoso que salga por la pantalla. Así, el espectador sintonizará día a día con ellos, para ver su evolución en el concurso y comprobar si logran (o no) el ansiado bote final.