Parecía que Televisión Española había dado luz verde a una nueva temporada de Maestros de la costura. Hace unas semanas, Raquel Sánchez Silva, su presentadora, compartía una foto en Instagram en la que hablaba de que “hay que prepararse para Maestros de la Costura”, dando a entender que el programa volverá la próxima temporada a nuestra televisión.
Quién mejor que la maestra de ceremonias del concurso para dar semejante noticia. Raquel Sánchez Silva es una de las claves del éxito de este concurso. Maneja como nadie los códigos de este tipo de programas, sabe darle una emoción única al formato y, a la vez, es una amante de la moda que disfruta con cada prueba y cada diseñador invitado.
Sin embargo, los días pasaban y Televisión Española no soltaba prenda de una renovación del talent show. No hay teléfonos a los que llamar, ni castings presenciales a los que presentarse. Nada.
Vertele daba la voz de alarma poco después: TVE no había dado luz verde a la quinta temporada. Este martes, María Escoté, una de las expertas encargadas de juzgar los diseños de los aspirantes junto a Lorenzo Caprile y Alejandro Palomo, lamentaba este retraso. “Sería una pena no poder disfrutar de la costura y la moda una temporada más. ¡Con lo bonito que es aprender de esta profesión maravillosa! y lo que lo disfrutamos”, indicaba la diseñadora.
Mientras se confirma la renovación (o la cancelación del formato) vamos a repasar cinco razones por las que el programa debería regresar a nuestras pantallas en el próximo curso televisivo, que arrancará en escasas dos semanas.
Porque es una gran marca para Televisión Española
Junto a MasterChef, Maestros de la costura es uno de los emblemas de la televisión pública. Uno de esos formatos que aporta buena imagen, que ayuda a la gente a superarse a sí misma a la vez que cumplen sus sueños.
Es un producto de gran calidad, que viene de la mano de Shine Iberia, productora que ya demuestra cada año su buena mano con las distintas ediciones de MasterChef. Cada semana ofrecen un programa divertido y emocionante, que permite al espectador enamorarse de tanto de los concursantes como de su obra.
Por su consumo en diferido
Más allá de los datos lineales, hay que destacar que Maestros de la costura es uno de los programas de Televisión Española que más se consumen en diferido. No hay que quedarse con las audiencias de siempre, hay que ir un paso más allá y analizar los nuevos consumos.
Hablamos de un modelo de ver televisión al que hay que prestar mucha atención en el presente, y más, cuando las plataformas de pago están en miles y miles de hogares.
Por su apuesta por la moda
En televisión hay muchos talent shows, pero el abanico de disciplinas que cubren es limitado. Hay programas donde todo vale, como Got talent, otros centrados en el canto, como La voz. La cocina y la repostería también tiene su cabida en formatos como MasterChef, o incluso en el arte drag, que ha encontrado su hueco en Drag Race España.
Sin embargo, Maestros de la costura es el único que sirve como ventana a las promesas de este sector. El programa además logra que el diseño, la moda y la confección sean entretenidos para cualquier espectador que se acerque a él, independientemente de sus conocimientos o su nivel.
Del mismo modo, también sirve de escaparate para todos nuestros diseñadores nacionales, cuyo trabajo tampoco suele robar muchos minutos en televisión.
En tiempos de coronavirus, la apuesta de TVE por Maestros de la costura es más importante que nunca, pues el sector pasa por un bache importante. Sin pasarelas, sin alfombras rojas, casi sin eventos sociales y familiares, la moda necesita ese impulso de la pública para no hundirse por completo.
“Somos pioneros en explotación de marcas españolas y la moda de España es un referente en el mundo entero”, explicó la presentadora Raquel Sánchez Silva durante la introducción del primer programa, allá por 2018. Y hay que intentar que esto siga siendo así, gracias a apuestas como este programa.
Porque es un canto a la diversidad
Desde su primer año Maestros de la costura ha tenido un casting muy bueno, aunque a veces sus aspirantes fallen al ejecutar los trabajos, para desesperación de los jueves -y a veces también para el espectador-.
Dicho esto, el concurso ha sido un gran escaparate para la diversidad. Da cabida a todo tipo de concursantes en lo referido a identidad de género y orientación sexual, con discapacidad, con enfermedades particulares como la de Ana de MDLC4, que tenía una sudoración excesiva en sus manos.
Es un programa inspirador para todo el que no lo tiene fácil. Recordemos, por ejemplo, cómo Rosa ganó la segunda temporada después de superar un cáncer de mama. Ella reconoció que veía con entusiasmo en el primer año, cuando recibía tratamiento de quimioterapia y demostró que el superar los 50 no es inconveniente para ganar un concurso de estas características.
Por otro lado, historias como la de Yelimar, que perdió una pierna en un accidente, resulta de lo más motivador, sobre todo cuando la vimos llegar al programa final con buenas posibilidades de llevarse el maniquí de oro.
Por sus mensajes transversales para hacer del mundo un lugar mejor
Maestros de la costura tiene mensajes muy valiosos en cada uno de sus programas. A través de sus pruebas se ha concienciado a los aprendices de la importancia de no desperdiciar tejidos, pero no solo eso.
Hemos tenido pruebas en las que los tejidos eran reciclados, y nos hablaban de cómo deberíamos frenar entre todos la generación de residuos. Igualmente, han abogado por la reutilización de las prendas, de dar un aire nuevo a esas piezas que están el armario y que ya no se usan por resultar anticuadas. En definitiva, han potenciado la sostenibilidad dentro del sector.
Nos han expuesto también que ir a comprar algo tan cotidiano como la ropa interior puede ser complicado para las personas transexuales, y que “la ropa no tiene género, la ropa es de quien la quiera comprar”, tal como dijo Lorenzo Caprile.
Por último, podemos destacar que el programa ha tenido a personas muy competitivas como Lluís, de la última edición. Pero también que se puede ser competitivo y también buen compañero, como Yelimar, que el día que tuvo el poder de restar 15 minutos de costura a un compañero eligió a quien no podía salir expulsado, en lugar de vengarse del citado Lluís, que había hablado mal de ella.