Los últimos acontecimientos en Amar es para siempre han estado cargados de tensión e incertidumbre. El intento de Beltrán de acabar con todos sus enemigos a la vez mediante un atentado ha sembrado el pánico en el barrio.
Beltrán ha atentado en la fiesta de despedida de Gorka, celebrada en el centro social. Gracias a un chivatazo, Estefanía y Abel pudieron salvarse y evacuar el local, pero Gorka y Virginia no escucharon las llamadas a tiempo y se quedaron dentro, sufriendo en primera persona el atentado.
La tremenda explosión sembró el pánico entre los vecinos que escuharon el estruendo desde la plaza de los Frutos, entre quienes estaban Manolín y Emma, que vivían un emotivo acercamiento segundos antes de que el atentado lo truncase.
Inmediatemente después de la explosión, Maika acude al centro social y busca desesperada a Gorka, que acaba apareciendo desorientado entre los escombros. Tras ello, Fabián entra a gritos buscando a Virginia, a la que acaba encontrando sepultada por los escombros y sin dar señales de vida.
"Virgina, estoy aquí, abre los ojos. No me hagas esto, por favor, Virginia. Tengo muchas cosas que decirte, no te vayas, por favor", le ruega Fabián al hallarla sepultada. Ella apenas tiene fuerzas para preguntar "¿qué ha pasado?" sin abrir los ojos, pero acaba perdiendo la consciencia.
Este suceso ha alertado a los seguidores de la serie sobre la continuidad de Virgina, cuyo personaje podría haber muerto en el atentado de Beltrán. Pero, ¿ha perdido Virgina la vida tras ser víctima de la explosión?
Lo cierto es que, después de ser rescatada por fin de los escombros del centro social, Virginia se ha podido recuperar en su casa de los estragos del atentado, luciendo un cabestrillo en el brazo.
Tras la angustiosa incertidumbre, Fabián va a casa de Benigna y Virginia con un ramo de claveles para hacer lo que pretendía en la fiesta de Gorka: declararle su amor a la joven. "Estaba muy preocupado por ti", le dice nada más verla, dándole un abrazo demasiado efusivo que le acaba lastimando el brazo.
El joven se arma de valor y le acaba confesando que está enamorado de ella. "Estaba cansado de ir de duro contigo y de pincharte cuando lo único que me pasaba es que me gustabas. Me gustabas mucho y te quiero".
Pero Fabián no esperaba la fría reacción de Virginia, que cree que la declaración del joven es un sueño o un efecto de la medicación que está tomando y que la tiene aturdida.
Ante su impasibilidad, Fabián se marcha de la casa y Benigna, que lo estaba escuchando todo desde un rincón, aparece en el salón. "Creo que los calmantes me están dando alucinaciones", confiesa Virginia. ¿Se dará cuenta que esa declaración fue real?