Anabel Pantoja no está actualmente trabajando como colaboradora de Sálvame. La influencer sevillana se casará con su pareja Omar Sánchez el próximo octubre en la isla de La Graciosa, y por ello está descansando y llevando a cabo todos los preparativos.
En Sálvame hay quien se alegra por sus nupcias, como Belén Esteban. “Le regalaré dinero. Lo que hay que regalar en una boda”, contaba el otro día. Sin embargo, el equipo del programa no piensa hacer de su carrera hacia al altar un camino de rosas, pues no hay día en el que no saquen punta a cualquier detalle del enlace, incluso que pongan en duda que finalmente se vayan a dar el sí quiero.
Durante los últimos programas han dicho que la despedida de Omar el Negro fue tan fuerte que igual Anabel se echaba hacia atrás. También hicieron un teatrillo en el que tres videntes utilizaban sus supuestos poderes para adivinar cómo le irá a la prima de Kiko Rivera, y se dejaba caer de vez en cuando la idea de que la boda ni se celebraría.
Todo se puso más serio cuando entró en juego el padre de Anabel Pantoja, que no iría a la boda porque su salud no le permite estar en la playa donde se hará la ceremonia. En Sálvame anunciaron que Bernardo Pantoja ha hecho un reportaje con el que aparece en una playa con su familia en silla de ruedas, para echar por tierra el pretexto de Anabel sobre su ausencia. Incluso se habla de que el hermano de Isabel podría estar negociando una aparición televisiva en la cadena la propia noche de la boda, lo que no sería plato de buen gusto para la contrayente.
Está claro que Anabel Pantoja no está pasando un buen momento con todas estas conjeturas e informaciones. Ha utilizado las redes sociales para pedir que la dejen en paz, y para que no vuelva a hablar sobre ella su tía abuela Magdalena, que ha estado esta semana en el plató de Sálvame.
Sin embargo, Anabel Pantoja tenía que ser consciente de que para alguien de su popularidad (y de su peso dentro del universo de Mediaset) casarse iba a resultar algo complicado, viendo los antecedentes de algunos compañeros.
El topo de ‘Sálvame’ en la boda de Kiko Matamoros
En el año 2016, el colaborador de Sálvame que pasó por el altar fue Kiko Matamoros. Tras años de relación, se daría el sí quiero con su entonces pareja, Makoke Giaver. Ambos habían firmado una exclusiva con dos revistas, pero una fotografía del enlace se publicó primero en Vanitatis.
Durante días se trató en Sálvame la cuestión: ¿quién había sido el topo, quién había compartido fotografías, poniendo piedras en el compromiso que tenía el ya matrimonio?
Finalmente, el periodista Jesús Manuel Ruiz confesó que había sido él por “error”, porque entendió que ya se habían filtrado previamente y que por tanto podría publicar lo que quisiese.
“Lo de Jesús Manuel es muy gracioso. Su trabajo está muy bien hecho, abusar de la confianza de sus compañeros y superiores y mentir y dejar caer la sombra de la duda sobre Patiño. Bravo majete”, respondió el propio Kiko Matamoros, al descubrir la traición de su compañero.
‘Viva la vida’ intentó reventar la exclusiva de Belén Esteban
Los enemigos no siempre vienen de dentro del propio Sálvame, aunque a veces sí que están en la propia cadena. Recordemos, por ejemplo, la boda de Belén Esteban y Miguel Marcos en el verano de 2019, un evento que elevó las audiencias de Telecinco en aquel 22 de junio.
Antes de la ceremonia, Diego Arrabal había advertido durante semanas en Viva la vida que haría todo lo que esté en su mano, como fotógrafo de corazón, para lograr imágenes de la boda. Algo que jugaba en contra de la princesa del pueblo, que tenía un contrato en exclusiva con la revista ¡Hola!.
El mismo día de la celebración, Diego Arrabal fue, con el beneplácito de la dirección, a intentar reventar la exclusiva, con un gran teleobjetivo. “Si consigo una foto de Belén vestida de novia la voy a publicar en directo” avanzaba Arrabal, que usaría una torre y una avioneta para hacer tal trabajo.
A su regreso, Diego aseguró haber conseguido más de 1.000 imágenes, pero no quería enseñarlas por no “fastidiar” a Belén, y puso el contenido captado a disposición del programa para que hiciesen lo que considerasen oportuno. Las fotos no vieron la luz, pues como destacó Emma García, la presentadora, era algo complicado, ya que “la dirección del programa es el padrino, y tendrá que decidir entre lo personal y lo profesional”.