'La línea de los secretos' de Sofía Cristo en Secret Story: cuenta atrás ha destapado un traumático episodio de su vida totalmente desconocido. La hija de Ángel Cristo y Bárbara Rey ha confesado que sufrió un abuso sexual cuando tenía cinco años. Su madre, desconocedora de los hechos, se enteraba en directo y frente a millones de espectadores de esta dolorosa realidad.
Antes de entrar a analizar todo lo que sucedió tras la descarnada confesión de Sofía, cabe aclarar que este artículo en ningún caso pretende cuestionar a la concursante: nadie puede juzgar cuándo, cómo y dónde decide una víctima atreverse a relatar su infierno. No obstante, sí es necesario pararse a reflexionar sobre el contexto en el que se ha producido ese relato y, una vez más, sobre la responsabilidad de Telecinco en convertir en espectáculo asuntos que nunca deberían formar parte del juego televisivo.
"Lo que estás contando es muy grave. Es una cosa que hay que denunciar porque destroza vidas. Esto no estaba preparado. No era un secreto con el que vinieras a jugar. 'La casa de los secretos' no va de eso. Lo único que podemos hacer es agradecerte este ejercicio de sinceridad y honestidad como has hecho", se apresuró a decir Carlos Sobera tras desvelarse la historia de Sofía.
"Si alguno tiene la tentación de pensar que estamos haciendo mercado, quiero decirles como persona, que es algo que agradezco a Sofía porque creo que lo que hace es hacer bien a tal cantidad de gente que sufre abusos que esta lección de vida tenemos que aprenderla para siempre", añadió el presentador.
Lo cierto es que sí, la tentación de interpretar que Mediaset está creando espectáculo con un drama personal es grande, más por los incontables antecedentes de la empresa que por la predisposición a pensar mal del espectador.
La decisión de Sofía de revelar un acto tan íntimo y traumático en un programa de televisión, aunque su madre se haya enterado en un plató, sería intachable si no fuese porque Telecinco llevaba horas anunciando que ese acontecimiento se produciría.
Al comienzo de la gala a las ocho de la tarde, Carlos Sobera advertía a Bárbara Rey de que se avecinaba una noche complicada para ella: "Hay una noticia muy fuerte que afecta a Sofía, pero también te afecta a ti", le adelantó. Una hora después, el vasco daba paso a Informativos Telecinco emplazando a la audiencia a seguir viendo el programa a las 22 horas para, entre otras cosas, descubrir "el gran secreto de Sofía".
Llegado el momento, la concursante soltaba la bomba sin poder contener la emoción: "Un día una persona, no puedo decir quien ni lo puedo decir nunca, perdona mamá. Con cinco años sufro abusos sexuales de esa persona", confesó. En ese instante, Bárbara se rompía en un llanto desconsolado desde el plató. "Perdóname hija, no me di cuenta. Pobrecita mi niña", repetía una y otra vez.
En ese momento, muchos espectadores expresaban a través de las redes su conmoción al ser testigos de un momento tan duro, pero quien escribe estas líneas sólo podía pensar en una cosa: ¿conocía Telecinco el secreto de Sofía? ¿Han cebado el relato de un abuso sexual y no han hecho nada por evitar que la madre de la afectada se enterase en directo?
Se equivocan quienes pretenden censurar cualquier crítica a la cadena por interpretarla como un cuestionamiento hacia Sofía Cristo. La DJ tendrá sus motivos para haber decidido contar su historia en ese momento y en ese lugar, pero si realmente el programa era conocedor de los hechos que iba a narrar, es absolutamente inadmisible que se hayan prestado, una vez más, a generar un espectáculo televisivo con algo tan delicado.
Telecinco vuelve a equivocarse en fondo y forma. Sí, el relato de Sofía puede ser muy valioso para que otras víctimas se atrevan a contarlo, igual que ocurrió con Rocío Carrasco, pero esto no se puede conseguir a cualquier precio. Ser altavoz de una causa no puede darte vía libre para exprimirla en tu beneficio, pasando por encima de la ética y de la más mínima humanidad. Pocos confiábamos en que Secret Story supusiera un gran cambio en la mecánica o en la estética con respecto a Gran Hermano, pero al menos sí albergábamos la esperanza de que, por una vez, Telecinco demostrara que ha aprendido de sus errores. Seguiremos esperando.