Miguel Frigenti se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de Secret Story. El colaborador de Sálvame ha encarnado uno de los primeros conflictos en la casa de Guadalix tras su fuerte discusión con Isabel Rábago. Sin embargo, al periodista también se le están abriendo nuevos frentes fuera del programa.
Hace unos días, la exconcursante de Gran Hermano 14 Lorena Edo destapaba varios vídeos en los que Frigenti y su madre la insultaban gravemente durante su participación en el reality. Según relató la afectada, tuvo que recurrir a la justicia para restaurar su honor y ganó el juicio, pero ahora es el tertuliano quien se enfrenta a un juicio mediático que llega en un momento en que el apoyo de la audiencia es vital para él.
Para el concursante va a ser muy difícil que no le pasen factura las bochornosas imágenes en las que se burla del aspecto físico de Lorena y le dedica perlas como "yo a lo mejor en un zoo sí que te pondría en un photocall a hacerte fotos. En un zoo sí, pero en una discoteca no". Sin duda, este asunto tiene la trascendencia suficiente como para poder acabar dinamitando el gran sueño de Frigenti, incluso aunque su madre haya pedido perdón desconsolada en Socialité.
El rechazo que ha generado este aspecto del pasado del colaborador puede llevarle a protagonizar el próximo jueves una de las expulsiones más contundentes de la historia de los realities. Y es que este domingo se desvelaba que, de los cuatro nominados, uno es el gran favorito para abandonar la casa con un rotundo 91,7% de los votos.
De ser Miguel Frigenti el elegido, cabe pensar que tras ese suspenso mayoritario a su concurso hay motivos que nada tienen que ver con su paso por Secret Story, uno de los cuales sería esta polémica que Lorena Edo se ha encargado de revivir.
Que la audiencia es soberana es algo que nadie discute a estas alturas. Lo que el público decida democráticamente no se puede cuestionar, pero en ocasiones sí cabe preguntarse si los espectadores están siguiendo criterios adecuados a la hora de juzgar a un concursante. En el caso de que Frigenti sea el concursante más votado y se haga efectiva su expulsión el jueves, si se dejan a un lado las pasiones y preferencias personales, no se puede negar que Secret Story perderá a uno de sus concursantes más prometedores y que más juego ha dado en estas semanas.
Para el colaborador de Sálvame, ser el segundo expulsado del programa no sólo supondría un fin prematuro a la gran ilusión de su vida, también supondría la más rotunda demostración de que absolutamente nadie tiene la clave para triunfar en un reality, ni siquiera alguien que lleva toda su trayectoria comentando este tipo de formatos.
Dentro de la casa, Miguel Frigenti no ha empezado con buen pie en lo que a la convivencia se refiere. Su amistad con Cristina Porta le está aislando del resto de compañeros y, si continúa en el concurso, es un claro candidato a estar nominado semana tras semana. Pero si hay algo que anime el contenido de un reality son los concursantes que despiertan pasiones y generan conflicto. ¿Qué habría sido de GH VIP 7 sin Hugo Castejón? ¿O de Supervivientes 2021 sin Valeria Marini?
A Frigenti todavía le queda recorrido para poder considerarse el gran villano de la edición y beneficiarse de tener a toda una casa en contra, pero de momento está aportando justo lo que se le pide a un concursante de reality. Expulsarle de Secret Story en la segunda semana únicamente por haber actuado de forma despreciable hace casi una década es injusto para él y para quienes aman este tipo de formatos.
Evidentemente, los asuntos de fuera influyen en el concurso de cualquier participante, especialmente en el caso de los VIP, pero Frigenti tiene tramas suficientes en el programa como para permitirle quedarse y saldar cuentas más adelante, por el bien del propio formato y de una audiencia que llevaba casi dos años esperando para volver a ver habitada la casa de Guadalix.