Sobrevivir a más de una década de emisión diaria ininterrumpida es algo de lo que pocos formatos pueden presumir. Uno de esos privilegiados es Sálvame, que en sus 12 años de vida ha demostrado su capacidad de reinventarse para mantener el interés de la audiencia.
Como ya analizamos en BLUPER, este verano el programa de Telecinco ha encontrado el que, sin duda, es el mayor rival al que ha tenido que enfrentarse. La serie turca Tierra amarga ha tenido una excelente acogida en Antena 3, aunque con la llegada del nuevo curso televisivo el espacio de Mediaset ha recuperado fuelle.
Además de la competencia, el bajón de los datos de Sálvame en verano es algo habitual por el menor consumo, la escasa actualidad y las vacaciones de sus colaboradores estrella. Sin embargo, el formato de La Fábrica de la Tele parece haber encontrado un nuevo reducto que explorar fuera de los asuntos del corazón.
Desde hace un tiempo, el programa hace un hueco en su escaleta para abordar los sucesos más mediáticos e impactantes que ocurren en la sociedad española y que nada tienen que ver con los personajes del papel couché.
El pasado mes de mayo, Sálvame se sumaba al resto de espacios de la cadena para ofrecer la última hora sobre el caso de Anna y Olivia, las niñas asesinadas por su padre en Tenerife. Cada tarde, el programa conectaba con Luis García Temprano desde la isla canaria y abordaba cada nuevo dato que se iba conociendo sobre la desaparición de las pequeñas, hasta el triste final que se produjo con el hallazgo del cuerpo de Olivia.
No sólo las tragedias han nutrido la escaleta del programa vespertino. La trama judicial de José Luis Moreno, por ejemplo, también ha formado parte fundamental de sus contenidos. Para explicar la compleja trama judicial del caso en el que el productor está envuelto, el espacio ha contado con la colaboración de una figura clave: David Alemán.
El periodista, que en su día ya se encargó de dar toda la información del caso Julen en Sálvame, no sólo ha arrojado luz sobre los aspectos más complicados de la detención de Moreno, sino que además ha llevado información exclusiva, como los 18 minutos inéditos de la serie Resplandor y Tinieblas o los dos informes que la defensa del productor presentó ante la Audiencia Nacional para demostrar que la ficción sí fue rodada.
En los últimos días, la apuesta de Sálvame por los sucesos se ha doblado, favorecida por una actualidad en la que dos impactantes noticias han acaparado el protagonismo. En primer lugar, la erupción volcánica de La Palma ha ocupado buena parte de la escaleta del programa, que ha enviado a Lydia Lozano hasta la isla para contar desde allí todos los detalles de este fenómeno de la naturaleza que está causando estragos en el lugar en el que la colaboradora se crio.
Por otra parte, el magacín también ha abordado la nueva agresión de la doctora Noelia de Mingo, que ha apuñalado a la cajera y a la dueña de un supermercado 18 años después de matar a tres personas y herir a otras durante su turno en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid.
Para tratar este asunto, el programa ha contado con la visión experta del doctor Sánchez Martos, que durante toda la pandemia ha sido colaborador habitual. El médico ha explicado en qué consiste la enfermedad mental que padece la homicida y qué la puede haber llevado a volver a intentar asesinar a varias personas.
Todos estos ejemplos ponen de manifiesto el cambio de estrategia de Sálvame para captar a un mayor número de audiencia, aunque sin perder su lenguaje característico y la esencia por la que han cosechado innumerables éxitos en estos 12 años de emisión.