Cuando hace ya más de 21 años, Gran Hermano supuso el principio de los programas de telerrealidad en España, muchos justificaron el programa como un experimento sociológico nunca antes visto. Y así fue. Aquel reality supuso un punto de inflexión en la industria y cambió nuestra televisión para siempre.
Lo que vino después ya lo saben. El éxito de aquella edición y las venideras provocó un nuevo subgénero de famosos que empezó a poblar la televisión y un nuevo tipo de concursante nada inocente que se la sabe todas. Una pérdida de naturalidad que ha ido contra el propio género y que ha terminado por agotar al amante de este tipo de programas.
En España, tras algunos intentos fallidos por parte de Antena 3, e incluso laSexta y Cuatro, Telecinco se ha convertido en la cadena reina de los realities hasta el punto de hacer girar toda su programación en torno a uno de ellos. Sin embargo, tal reiteración le ha llevado a corromper de tal forma el género que ya nada tiene que ver con el mismo.
Con estos antecedentes, Netflix no lo tenía fácil. Necesitaba un nuevo reality que impactara e ilusionara a los fans de este tipo de programas en nuestro país, que les quitara ese mal sabor de boca que le están dejando los últimos y repetitivos realities low cost. Y lo ha conseguido. ¡Vaya sí lo ha conseguido!
Precisamente volviendo a la esencia de los realities -¡magnífica promo de la plataforma con recadito a Mediaset!-, a esos experimentos sociológicos, Netflix e iZen se han sacado de la manga con Insiders un inquietante y adictivo reality que hará las delicias de los espectadores.
Y es que el formato vuelve a ser eso, un experimento en el que juegan con los concursantes y los propios espectadores, haciéndoles desconfiar en todo momento, y llevándoles hasta límites ciertamente inimaginables. ¿Qué es verdad y qué es mentira? ¿Serías capaz de matar? ¿De traicionar? En Insiders nada es lo que parece y en cualquier momento puede llegar un nuevo giro en la mecánica que ponga todo patas arribas. El espectador perderá la cuenta de las veces que se le desencaja la mandíbula.
Además, en un claro guiño a los amantes del género, y en una especie de mezcla entre un reality al uso y la serie Unreal, aquella que diseccionaba el género, Insiders se convierte en un metareality donde Netflix enseña las tripas de este tipo de formatos. ¿A quién no le hubiese gustado entrar en algún momento en la cruz de cámaras?
Y todo ello se consigue gracias a su planteamiento: doce concursantes que creían estar en la fase final de un casting para entrar en un reality del que no conocían ningún detalle, ya estaban dentro sin saberlo, grabados desde el primer día.
Unos concursantes, un casting, que demuestra la necesidad de volver a los concursantes anónimos para recuperar la esencia de los realities. Ojito a las estrategias que se marcan cada uno de ellos aprovechando que Insiders es, en definitva, un gran juego de estrategia.
Pero, "¿de verdad no saben que les están grabando?", se preguntan muchos. Obviamente algunos están con la mosca detrás de la oreja. Pero, también es algo que forma parte del juego, de llevarles a esos límites psicológicos. La organización les hace ver que en esa casa no se les graba, que allí no hay micrófonos ni cámaras, que los operarios siguen haciendo mejoras en la casa, que les hacen pruebas fuera para determinar si pasan el casting...
Ni qué decir de su duración, la de la convivencia y la de cada una de las entregas. Gracias, de verdad. Ya era hora de que en este país se hicieran programas con entregas de no más de 50 minutos. El espectáculo gana con ello. Y más con esa música de diez. Ya no hay necesidad de rellenar por rellenar con tramas sin interés alguno. En Insiders se va al lío, al tema.
Y en buena parte es gracias a que la convivencia se limita a apenas dos semanas en las que todo se magnifíca y se retuerce... y más con un premio de 100.000 euros de por medio. Como en cualquier semana de campamento o excursión -o festival de televisión-, o como en aquellas dos primeras semanas del primigenio Gran Hermano. ¡No lloréis, que me voy a casar con ella!
Ya en el FesTVal de Vitoria, Álvaro Díaz, director de contenidos de no ficción de Netflix y la mente brillante detrás de formatos como El Puente, avanzaba que se habían grabado más temporadas del formato. Lógico. Insiders es un auténtico petardazo que espero que abra los ojos a más de un directivo de televisión. Otro tipo de reality es posible. Y también otras presentadoras. Najwa Nimri es, simplemente, perfecta. Sólo es cuestión de dejar a creadores y productoras llevar a cabo sus ideas.
¡Que comience la vida en streaming!