Siempre dije, y sostengo, que Lucía Pariente y su hija, Alba Carrillo, son personas muy cultas, inteligentes, con calle y callo. Gentes de mundo, a las que la vida ha llevado por caminos insospechados. Y eso se traduce en una riqueza espiritual y léxica de tomo y lomo. Pero en Secret Story a Pariente le ha pasado lo que a su hija en los platós y, puede, que en la vida: va a todo o nada, se entrega hasta la extenuación en una causa y no conoce de otra razón.
Sí, a Lucía le ha perdido su torpeza. ¡Qué caro la pagaste! Le ha faltado frenarse, enfriarse. Muchas dosis de frialdad, de contar hasta diez. De más cabeza y menos corazón. Esa personalidad gusta tanto como repele, porque no conoce de medida. Y Pariente se fue este jueves, dejando una semana más a Adara Molinero. "Me arrepiento de haber empezado tan fuerte, pero para mí la vida es todo o nada", dice Lucía antes de irse.
Y así ha vivido intramuros. Pero para mí Adara no ha sido la vencedora, no. La auténtica reina ha sido Isabel Rábago. Dicen que Cristina Porta es la más fuerte de la casa, junto al mustio de Luca. ¡Anda, anda, menos lobos! Aquí la que se los cargará a todos es Rábago. Sabe hacerlo, pero sin hacer ruido y sin mucho aspaviento. Los vuelve locos a todos, es cotilla y malmete. Estoy seguro de que no se casa con nadie, pero les hace creer que sí. Conoce las debilidades y fortalezas de este y aquel. Y cuando menos se lo esperen, ¡les clavará el estoque final!
Según Pariente, es falsa y enreda. Y es calculadora y manipuladora. Para mí, sencillamente, es una concursante de diez. Da lo que se le pide. Y antes de meternos de lleno en la noche, pregunto por si alguien sabe algo y me puede tranquilizar: ¿José Antonio Canales Rivera está vivo? Creo que Luis Rollán sí porque hace bromas sobre la tensión sexual que, según él, se respira entre Porta y Onestini. Fíjate, le veo un punto a Rollán muy Cristina Tárrega en ese programa ardiente que se empeñó en hacer en Telecinco y que duró lo que un perro en misa.
¡Vamos a lo mollar! Decía Alba Carrillo, antes de la expulsión de su madre, que esta se merecía ganar: "Se merece esta oportunidad, está moviendo la casa y tiene identidad propia". Ya, es verdad, pero le han perdido tantas cosas... propias y ajenas. Porque, querida Alba, ¿no eres capaz de hacer autocrítica? Sí, tú has perjudicado mucho el concurso de tu madre. Tu amistad de fuera con Rábago ha sido un arma de doble filo. Al principio, preciosa. Al final, una guerra sin cuartel. Recuerdan que Isabel, con toda la razón, se comenzó a cansar del comportamiento de Lucía Pariente.
De sus salidas de tono, de sus peleas, de su mal humor, de su ironía hiriente, de sus celos... porque, claro, la doña creía que por ser Isabel amiga de su hija iba a estar bajo sus faldas de por vida... y no. Todo esto, en una olla exprés, terminó explotando. Alba Carrillo entiende que Rábago no ha defendido lo suficiente a su madre, que no ha sacado la cara por ella como debería. No solo eso, según Alba, ¡ha jugado con el pan familiar por pedir Isabel que expulsaran a Lucía!
La periodista ha estado impecable: "No tengo nada más que hablar, he aguantado carros y carretas. La he disculpado y la he maquillado lo que he podido. Ella me ha dicho en directo de todo. No me parecen bien sus actitudes. He sido muy honesta y muy justa. Hace dos semanas dejé de verla como la madre de Alba. Hablaré con Alba, a lo mejor dentro de cinco años. Creo que se dará cuenta Alba de que no ha sido justa. He estado a su lado en batallas mucho más duras y nunca la he fallado. No tiene ni esto que justifique su reacción del otro día".
Me consta que Isabel tiene razón: a Lucía, como a todos los grandes de este show llamado telerrealidad, es estupendo verla desde casa, pero sufrirla es otra cosa. Alba, cómo no, no está de acuerdo: "Todos los días le hace trajes a mi madre, tengo ya un armario... Cuando salga tendrá que pedir perdón. Ha pedido que mi madre deje de trabajar y sabe perfectamente por qué mi madre está ahí. Cállate la puta boca y deja de echar cubos de mierda encima de mi madre". Tal ha sido la tensión en plató que Carrillo ha vivido un enganche con Elena, la madre de Adara.
Esta última ha espetado, sobre Lucía: "Me gustaría saber si esta mujer se comporta así con su marido, con su hija y su nieto en casa". Algo a lo que Alba ha respondido como un basilisco: "¿Le vas a dar lecciones de abuela tú a mi madre, que subiste a la casa y no le dijiste nada a Adara de su hijo?". Y hablando de Adara, sostiene que no quiere salir de la casa para no enfrentarse a su realidad con su ex Rodri: "Me da miedo la realidad con Rodri. Quiero saber lo que él piensa, es como un choque con la realidad. Como que ya se ha acabado de verdad".
Le ponen un mensaje de apoyo que él ha compartido en sus redes y se queda helada: "Le agradezco el mensaje, pero es el que puede enviarle a un amigo o una vecina". Vamos, que está muy colada y él no ha podido ser más claro: chica, te deseo lo mejor, pero tú por tu lado y yo por el mío, no canses.
Mi momento preferido de la noche ha sido cuando Lucía Pariente e Isabel Rábago se han visto las caras. "Para mí Isabel Rábago es transparente desde la gala del otro día", comienza el ring Pariente. La aludida replica: "Soy transparente desde que me levanto hasta que me acuesto". Lucía no está nada de acuerdo: "A ti no se te ve venir nunca". Y añade: "A Isabel no la conozco, me he cruzado dos veces en mi vida. Traigo cariño por una tercera persona y el cariño que mi hija me ha contado que le tiene. En eso lo baso todo, porque Alba tiene buen ojo".
Pero su retrato más certero lo hace Lucía unos minutos después: "Isabel se ha acercado a Cristina para tener más recorrido. Cristina es muy fuerte e Isabel es una persona muy calculadora". Una vez en la sala de eliminación, da uno de los discursos más lindos y bellos que se han vertido en un reality: "Me voy sabiendo que a cada persona con la que considero que me he equivocado le he pedido perdón. Quizás sin Isabel Rábago hubiera tenido menos presión. Mi primer error fue no esperar; dolerme por un daño ajeno. No tendría que haberme hecho adalid de nada. Cogí las cartas y presenté mis credenciales".
Y qué bien habla, qué bien se expresa. Sigue regando mis oídos: "Estoy triste. Los vídeos esos son míos todos; han sido intensidad. Aquí lo he pasado... ha sido el parque de atracciones de adultos más bonito del mundo. Llevo unos días angosta por ver pasarlo mal a mi hija". Y termina, reconociendo aquello que la hace grande: "Cristina Porta ha sido una gran rival".
Ah, sí, creo haber visto de lejos a Canales Rivera... Solo creo. Seguiremos informando.
Expulsada: Lucía Pariente
[Más información: Secret Story: el patético romance de Cristina Porta y el dramón de la Adara menos hipnótica]