Borja Capponi saltó a la fama en 2010 gracias al programa Malas pulgas, un formato con el que Cuatro encontró a su propio 'encantador de perros' patrio, tratando de emular el éxito internacional de César Millán.
A pesar de que el espacio sigue reponiéndose actualmente los fines de semana en la cadena de Mediaset, su presentador llevaba años desaparecido del foco mediático. Ahora ha reaparecido en una entrevista para la Cadena SER en la que cuenta el auténtico infierno que ha vivido tras la explosión de su fama televisiva.
"Cuando aparece César Millán, en 2006-2007, todo el mundo se queda alucinado. Yo ya había hecho mis pinitos en TVE y una clienta que trabajaba en Antena 3 me dijo que en una productora estaban buscando al encantador de perros español", explica Capponi.
"Ya habían pasado 50 adiestradores por el casting, pero a ninguno le gustaba César Millán y para mí, en cambio, era un ídolo. Cuando me vieron, fliparon", comenta. Así se convirtió de pronto en el presentador de Malas pulgas y pasó del anonimato a convertirse en un fenómeno televisivo, pero su éxito sería fugaz.
La buena acogida inicial del público se fue tornando en rechazo tras las numerosas acusaciones de maltrato animal que recibió el adiestrador por la forma en que trataba a los perros del programa.
Tras los excelentes datos de la primera temporada, BocaBoca decidió grabar nuevas entregas con Capponi, pero nunca llegaron a ver la luz y su carrera televisiva se acabó truncando. Además, Mediaset logró contar con César Millán para crear El líder de la manada, lo cual acabó por completo con las opciones de Capponi en la cadena.
Comenzaba entonces un auténtico infierno para el adiestrador de Malas pulgas. Sufrió serios problemas económicos, se enfrentó a un desahucio y trabajó como reponedor en un supermercado. "Llamaba a BocaBoca todos los días llorando", relata en la citada entrevista.
El otrora exitoso presentador detalla su mala experiencia en un vídeo en su canal de YouTube: "Caí en una depresión y me quise suicidar. Solo quería dormir y no pensar. No dejaba de preguntarme por qué me estaba pasando eso a mí. Adelgacé 10 kilos y llegué a pensar que tendría que dormir con mis perros en unos túneles que había cerca de donde vivía".
Mientras trataba de comenzar una nueva vida lejos de la televisión, Borja recibió una inesperada llamada que le decía "pon Cuatro". Para su sorpresa, la cadena estaba promocionando las entregas pendientes de emisión de Malas pulgas sin haberle comunicado nada.
Según cuenta el presentador, la emisión de la segunda temporada le permitió volver a tener contacto con Mediaset y hasta se reunió con Paolo Vasile para estudiar la posibilidad de hacer una tercera, pero nunca se materializó. Además, pese a que actualmente la cadena sigue reponiendo los episodios del programa, el presentador revela que ya no cobra nada por ello: "En total, por las dos temporadas, me dieron 20.000 euros. ¡A mí me estafaron!", asevera.
Vida actual
Actualmente, Borja Capponi vive en una finca de 5.000 metros cuadrados con una manada de 15 perros. Según él mismo describe, vive "como un ermitaño" y alterna la formación con el cuidado de sus animales y el trabajo como adiestrador para los particulares que solicitan sus servicios: "Me llama gente llorando todos los días", afirma.
A pesar de que ha intentado volver a la televisión como colaborador -la última vez en TVE-, ahora sus apariciones públicas se limitan a su canal de YouTube, que cuenta con casi 13.000 suscriptores, muy lejos de los millones de espectadores que seguían su programa.