Desde el pasado 18 de abril, Julia Janeiro ha pasado a ser una figura más del mundo del corazón. La hija de Jesulín de Ubrique y María José Campanario no ha tenido opción para decidir si quiere formar parte del negocio del papel couché, pues han sido los propios medios los encargados de elevarla a la categoría de personaje por el mero hecho de cumplir 18 años.
Especialmente llamativo es el caso de Sálvame en cuanto al seguimiento que se ha hecho a la hija del diestro. El programa de Telecinco ha escudriñado hasta el más mínimo detalle de la vida privada de la joven Juls, hasta el punto en que en medio año se le ha puesto nombre y apellido a sus novios, se conoce su centro de estudios y la ciudad del sur de Madrid en la que reside.
Estos días, Julia vuelve a estar en el foco del programa de Mediaset por un supuesto problema que, según varios colaboradores, ha generado la preocupación de su entorno. "Juls es una niña que está pasando por un proceso muy complicado en su vida pero no porque lo esté buscando, le ha venido a ella", explicaba Kiko Hernández este miércoles, después de que se vieran unas imágenes de Juls acudiendo al hospital junto a su actual pareja.
El día anterior, Kiko ya había alimentado el misterio asegurando que "hace muy bien María José Campanario en estar con su hija y Jesús también, ella está en un momento crítico y necesita la atención y el apoyo de sus padres". Además, el colaborador aseguró que "no es la primera vez que va al hospital por varios motivos", sembrando todavía más dudas sobre el estado de la joven.
Además de ofrecer vagas informaciones, el formato de La Fábrica también ha contado con testimonios anónimos que, sin ningún tipo de prueba, han dado detalles sobre la vida de Juls. Este mismo miércoles emitían el relato de una persona que asegura que Julia "ha querido hablar y los padres se lo prohibieron, y ella, a duras penas, accedió. A cambio, los padres le pagaron la operación de los pechos".
Se dibuja así el perfil de una joven que, supuestamente, está interesada en participar del espectáculo televisivo y en vender su vida en los platós. No sólo eso, sino que Kiko Hernández se ha aventurado a afirmar que un reality es el lugar donde mejor puede estar ahora mismo la hija del torero porque estaría "protegida".
Carmen Alcayde ha ido un paso más allá y se ha atrevido a asegurar que "tanto Jesulín como Campanario tienen que estar agradecidos" con el programa de Telecinco porque "quieren que se sepa" lo que está viviendo su hija.
Cabe remarcar que todo esto sucede ante el silencio sepulcral de la protagonista, que hasta ahora sólo se ha pronunciado frente a las cámaras para recordarle a Sálvame el feminismo selectivo del que adolece el formato.
El acoso diario a Juls resulta todavía más llamativo si se tiene en cuenta el tratamiento que se le ha dado a su hermana paterna, Andrea Janeiro. La hija de Belén Esteban cumplió 18 años y, curiosamente, Sálvame ha respetado escrupulosamente su decisión de no aparecer en los medios ni compartir el negocio de su madre.
Mientras la de Paracuellos ha luchado con uñas y dientes por la intimidad de su desconocida hija, su actitud ante el acoso de su programa a Julia Janeiro ha sido bastante más impasible. "Solamente tengo que decir que a día de hoy no la he visto hacer ninguna exclusiva ni salir en ningún programa de televisión", se ha limitado a decir este viernes, sin atreverse a reprochar al programa la excesiva exposición de la joven. "Lo único que ha hecho es poner sus redes públicas, yo no la he visto en ningún reality ni en ninguna entrevista", ha recordado Belén.
Lo cierto es que, pese a la tibieza con la que la colaboradora ha defendido a Julia, sus palabras bastan para evidenciar el agravio comparativo que sufre la joven frente a su hermana Andrea. La hija de Belén Esteban permanece ajena al interés del programa pese al evidente interés mediático que suscita su familia, mientras que María José Campanario tiene que resignarse a ver cómo el programa divulga cada uno de los pasos de su hija en la capital española desde que cumpliera 18 años.
Una vez más, el rasero de Sálvame se adapta a las circunstancias y a los intereses. El programa varía sus principios e inventa justificaciones imposibles para abordar sin escrúpulos la vida privada de una joven desconocida, poniendo sobre la mesa insinuaciones e informaciones imprecisas sobre su intimidad. Tal vez necesiten que Juls exponga sus sentimientos en una docuserie para cesar sus malas prácticas y acabar con el injustificable acoso a la joven.