Cada 1 de diciembre se celebra el Día Mundial de la lucha contra el SIDA, una pandemia que vive entre nosotros, además de la de la COVID-19 y que lleva ya más de 50 años en activo. En la televisión las personas que tienen VIH son bastante invisibles, y solo algunas celebridades como Conchita Wurst o Billy Porter han tenido el valor de hablar públicamente de su condición de seropositivas.
En nuestra televisión nacional Eduardo Navarrete quiso donar uno de sus premios de MasterChef Celebrity a la asociación Apoyo Positivo, que nació para atender las necesidades psicológicas, familiares y sociales de los pacientes de VIH, y que poco a poco fue abarcando más proyectos de diversidad. “Me hace muchísima ilusión darles el premio. Durante la pandemia hicimos unas camisetas, que se vendieron absolutamente todas, y todo el beneficio fue para chicas transexuales trabajadoras del sexo. Pudimos ayudar a más de 80 chicas, llevándoles comida porque estaban en una situación muy difícil”, dijo entonces el diseñador. Y próximamente también veremos cómo en otro talent show se hará una donación a Cesida, que también ayuda a las personas seropositivas y que trabaja para eliminar los estigmas que hay alrededor del virus de la inmunodeficiencia humana.
Sin embargo, si hay un programa que a nivel mundial ha conseguido romper tabúes alrededor del VIH es RuPaul’s Drag Race y toda su franquicia, pues lleva presentando a concursantes seropositivos desde su primera temporada, quienes han querido aprovechar su tirón mediático para hablar de un tema tan silenciado.
Así, el primer año conocimos a Ongina, una drag cuya principal característica es su cabeza calva, y que contó a sus compañeros (y a medio mundo) que es seropositiva de una forma muy emocionante. La prueba de la semana era publicitar el maquillaje Viva Glam, el cual utilizaba la lucha contra el Sida como estrategia publicitaria. Ongina ganó el reto, y cuando se lo comunicaron hincó sus rodillas y se puso a llorar. “Solo quiero decir que siempre he tenido tanto miedo de hablarlo, que he estado viviendo con el VIH durante los últimos 2 años de mi vida y ... esto significa mucho para mí”.
Demostró tener una excelente salud y un gran compromiso con otras personas en su misma situación, tanta que hasta presentó un programa llamado HIV and Me (VIH y yo) en Logo TV, donde se contaba la historia de varias personas que viven su día a día siendo positivas. Y en redes sociales se involucra mucho para la recaudación de fondos para la lucha contra el sida.
Drag Race ha hecho ver que el VIH no entiende de edades, ni de razas. En la temporada 6 conocimos a la feroz Trinity K. Bonet, que también habló de su experiencia como una persona joven de 22 años seropositiva. Años después volvió para la última temporada de RuPaul’s Drag Race All Stars y en uno de los episodios el desafío semanal consistió en hablar con sus compañeras de forma sincera sobre un tema concreto, y a ella le tocó el sexo.
“Siendo una persona que es abiertamente VIH positiva, durante mucho tiempo fui un montón de secretos para mucha gente. Pero no soy el secreto de nadie. Tengo éxito, tengo mis cosas juntas, soy bueno en la cama . Me estoy cuidando, soy indetectable, lo cual es intransmisible”, dijo Trinity K. Bonet. “Hay mucha gente aquí que no está informada de que se puede estar con alguien que es VIH positivo si no es detectable y no contrae el virus”, continuó expresando, logrando hacer pedagogía a través de un programa de entretenimiento que en apariencia podría ser muy superficial.
En Drag Race también nos han recordado que, a pesar de que la comunidad LGBTIQ+ está muy señalada por el virus del sida, las personas heterosexuales no tienen que bajar la guardia. La concursante de la novena temporada Trinity The Tuck conmovió a todos al hablar de su madre, una mujer que tuvo adicciones y que falleció como consecuencia del sida cuando la drag tenía ocho años.
En las versiones internacionales también hemos conocido reinas que han roto lanzas en contra de los estigmas del VIH y del sida. En la tercera temporada de Reino Unido, que finalizó la pasada semana, la drag Charity Case explicó su condición de persona seropositiva en una de las entregas.
Charity estaba maquillándose junto a su compañera Kitty Scott-Claus cuando explicó que a los 17 años comenzó a salir, y a los 18 le diagnosticaron VIH, además de otras enfermedades venéreas. Sin entrar en muchos detalles, Charity habló de que alguien se aprovechó de ella y que todavía tiene las secuelas de aquella noche.
En su discurso explicó lo difícil que es para ella ligar en las aplicaciones de cita por ser seropositiva tales como “Estás enfermo, eres repugnante, mantente alejado de mí. Comentarios horribles y desagradables que son realmente degradantes y mezquinos. El trauma de recibir un diagnóstico positivo en realidad proviene del estigma del VIH”, dijo la participante, que encontró en el drag una forma de canalizar su dolor y su angustia. Por eso su personaje es tan siniestro y monstruoso, pues a través de él expresa la ira que arrastra y los lugares oscuros en los que ha transitado.
Con mucha generosidad, Charity también explicó que toma tres pastillas al día y que gracias a eso es indetectable y que tiene una esperanza de vida normal. Sin embargo, tiene miedo de conocer a alguien para tener una relación, pues no se siente capaz de ponerse en un lugar tan vulnerable.
La pasada semana, por último, también descubrimos que la participante de Drag Race Italia Enorma Jean es seropositiva. La más veterana (y polémica) de las concursantes explicó cómo la muerte de su padre la llevó a una espiral de autodestrucción, en el que mantenía sexo sin protección. Hasta que empezó a sentirse mal, a sudar mucho por las noches y ahí fue cuando acudió al hospital a hacerse unas pruebas.
“Soy VIH positivo. Lo descubrí en 2008, en un momento en que había terapia y por lo tanto nunca estaré lo suficientemente agradecido a la ciencia porque ahora debería estar muerta o sentirme fatal, en cambio tengo carga viral cero, todos los parámetros correctos y soy una persona muy saludable”, expresó, para finalizar su discurso con un mensaje de visibilidad e inspiración. “Si lo digo, no lo hago porque quiero oírme decir 'pobrecito' porque no soy un pobrecito, soy el que lo ha hecho, uno de los muchos que lo está haciendo y uno de los tantos que lo logrará”.