En las últimas semanas, las faltas de respeto hacia el colectivo trans se han sucedido en distintos canales y programas de televisión. De forma más o menos intencionada, varios rostros televisivos han pronunciado discursos verdaderamente tránsfobos y algunos programas se han hecho eco de noticias y testimonios hirientes hacia todas las personas trans.
Desde Pasapalabra hasta Sálvame, pasando por Secret Story, la coincidencia de casos de transfobia televisada en un corto período sólo viene a confirmar una realidad patente: que la televisión sigue teniendo una gran asignatura pendiente con la visibilización del colectivo LGTBI en general, y con las personas trans en particular.
El ejemplo más reciente de esta situación se produjo el pasado domingo 28 de noviembre, cuando Cuarto Milenio habló sobre el libro Un daño irreversible, de Abigail Shrier, en el que la periodista asegura que la transexualidad es "una moda". Tanto Iker Jiménez como su invitado, el autor del prólogo de esa obra, hablaron del "contagio" o del "exceso de fervor en la acogida social" de la transexualidad.
Pero la transfobia en televisión no sólo responde a una acción intencionada de discriminación al colectivo. Los programas de la parrilla actual pecan de una manifiesta desinformación que a menudo acaba desembocando en todo tipo de errores y discursos ofensivos. Así lo explica Ana Valenzuela, técnica en Igualdad y Género y presidenta de Chrysallis, Asociación de familias de menores trans, en conversación con BLUPER: "Desde el ámbito periodístico no hay información sobre qué es la identidad de género, cuáles son las vivencias de las personas trans y de sus familias".
Ana asegura que actualmente existe "muchísima transfobia" en televisión. "Se sigue tratando desde la patologización: personas que tienen algún tipo de problema, personas que están 'en cuerpos equivocados'... se les etiqueta siempre, la palabra 'transexual' siempre aparece como algo que define a la persona, cuando le definen muchas más cosas que el hecho de ser una persona trans", señala.
Otro de los episodios más recientes de clamorosa transfobia se produjo el pasado 24 de noviembre en Sálvame, cuando una mujer aseguró haber ligado con el colaborador José Antonio Canales Rivera y le acusó de haberla insultado tras descubrir su transexualidad al intentar practicar relaciones sexuales con ella.
"A mí no me gustan los travestis", reaccionó entonces el torero, obligando a Jorge Javier Vázquez a intervenir para aclarar que la invitada no era travesti sino transexual. "Lo trataron de una forma penosísima. Dijo que no le gustan los travestis, algo que no tiene nada que ver. Una persona travesti no tiene por qué ser una persona trans. Además estaban enfocándolo todo a la genitalidad de esa persona. Yo no me presento como persona cis ni digo que tengo pene o tengo vulva", explica la experta.
Pero eso no fue todo. En el plató de Telecinco se abrió entonces un debate sobre si Canales Rivera tenía derecho sentirse engañado al descubrir que su ligue tenía pene. "También se dijo que estas personas tienen que informar siempre antes de tener cualquier relación íntima: eso es transfobia", asevera la presidenta de Chrysallis.
"Otra cosa es que todo el mundo pueda tener unas preferencias a la hora de tener unas prácticas sexuales, pero hablaríamos de corporalidades, no de genitalidades", añade. Y prosigue: "En el momento en que estás hablando de una mujer trans y hablas de un pene, estás invalidando la identidad de esa mujer".
Cabe recordar que, para más inri, el colaborador de Sálvame ha participado en Secret Story con un polémico secreto: "Perdí la virginidad con una persona trans". Una vez que fue expulsado, el diestro relató esa experiencia y explicó que su intención era apoyar al colectivo trans: "Viendo en los medios todas las cosas que están pasando y el acoso que está sufriendo el colectivo, pues yo desde mi parte (...) quiero darle toda la naturalidad que se merece y todo el respeto".
Sin embargo, la opinión de la experta consultada por BLUPER es totalmente contraria al mensaje de Canales: "No es una forma de naturalizarlo. ¿Qué información aporta que hayas perdido la virginidad con una persona trans? Es como si yo digo que he tenido tres criaturas y la menor es una niña trans. Eso no aporta nada, es transfobia interiorizada", espeta.
"Hay gente que piensa que con eso está dando visibilidad, cuando la visibilidad la tiene que dar la persona en concreto, si es que quiere darla", desliza Ana Valenzuela.
Días antes de las polémicas palabras de José Antonio en Sálvame, un concursante de Pasapalabra generaba un debate en redes por el mensaje que quiso lanzar en el programa de Antena 3: "Tengo una hija de 11 años que recientemente ha tenido la valentía de manifestar que es un chico", dijo ganándose el aplauso de Roberto Leal y de todos los presentes.
A pesar del innegable gesto de visibilización, lo cierto es que la forma de expresar su discurso no fue la correcta. "Volvemos al tema de la desinformación. Hay unos prejuicios interiorizados, un constructo social cis, hetero y binario. Cuando las familias tienen que enfrentarse a esta realidad en el hogar, parten de la total desinformación y de los referentes que nos han mostrado en televisión. Dicen 'yo tenía una hija y ahora tengo un hijo'. Pero no, la persona siempre ha sido la misma", relata Valenzuela sobre este asunto.
A pesar de todo lo que queda por hacer, la experta reconoce que la televisión ha dado pasos hacia la igualdad del colectivo trans. Un ejemplo destacable para ella es la serie Veneno. "Con Veneno se han dado pasos porque han trabajado personas trans, pero hay que seguir avanzando", comenta.
Por desgracia, también hay ejemplos de lo contrario: "En La que se avecina hay un personaje que es una mujer trans y no está interpretada por una persona trans. Además, es horrible ver cómo se trabaja esta figura", lamenta la entrevistada, que considera que en el tema trans "se va avanzando, pero en general se sigue perpetuando el falso mito sobre las personas trans, y el 99,9% de las veces centrado en la mujer trans".
Ante esta aplastante realidad, la televisión debe tomar nota si quiere seguir evolucionando y dejar de dar cabida a peligrosos discursos tránsfobos que hacen un flaco favor a la igualdad. Ana Valenzuela da algunas claves para lograr ese objetivo: "Lo primero que tiene que hacer la televisión a la hora de abordar el tema trans es no invitar a personas como Lucía Etxebarría o esas figuras TERF (feministas trans-excluyentes, por sus siglas en inglés)".
Según el punto de vista de la presidenta de Chrysallis, "los periodistas no están formados para poder desmontar sus argumentos y les dan lugar más lugar a estas personas que a quienes sí conocemos esa realidad y podemos expresarlo mejor". Por este motivo, considera que "hay que dar más espacio a las personas trans, a sus familias y a las expertas en identidad de género. Dejar de patologizar y de poner etiquetas. También es importante poner referentes ante las pantallas de personas trans, y sobre todo la información veraz y el lenguaje adecuado", concluye.
En definitiva, es necesario que la televisión haga un mayor esfuerzo de formación y pedagogía para dejar de dar cabida a situaciones como las narradas. Que la hermana de Cristina Ortiz se refiera a ella en masculino o que Lydia Lozano diga que un amigo ligó con una chica que al final "era un tío" no son anécdotas: son episodios de transfobia que siguen perpetuando ante millones de espectadores el estigma hacia esa denostada 'T' de las siglas LGTBI. Dejar a un lado las excusas y reconocer los errores es el primer paso para cambiarlo.