Todo es verdad, el programa que presenta Risto Mejide todos los miércoles en el prime time de Cuatro, quiso debatir anoche sobre el estado de la salud mental en España tras el suicidio de Verónica Forqué.
Lo hizo invitando a su mesa de debate a antropólogos, sociólogos, psicólogos y personas que han tenido alguna vez problemas mentales, y analizando las imágenes del paso de Forqué por MasterChef Celebrity, donde se adivinaba que la actriz no pasaba por un buen momento personal. De hecho, tuvo que abandonar porque "no podía más".
Mejide pidió que fuera un debate "reflexivo" en el que se intentara huir del griterío, del ruido, de la crítica fácil". Sin embargo, aunque no quisieron "echar la culpa" a ningún programa "ni enjuiciarlo", el debate sólo puso el foco en el talent de cocina, obviando los propios realities de Mediaset España, el tratamiento que dio hace unas semanas el programa a Raquel Sánchez Silva, o el papel del publicista como jurado humillador en Operación Triunfo.
No hay que olvidar que Todo es verdad emitió imágenes que no aportaban nada al caso Mario Biondo, como las de la presentadora llorando frente a la tumba de su marido, o de sus declaraciones ante la justicia hablando de su vida íntima, que no hicieron más que ayudar a que se trazase un perfil dudoso sobre la extremeña y que se volviera a crear un juicio paralelo en redes sociales.
Además, según ha podido saber BLUPER, el programa de La Fábrica de la Tele utilizó las imágenes del programa de La 1 sin autorización previa por parte de RTVE. Un movimiento llamativo ya que Mediaset no permite ni siquiera embeber los vídeos de sus programas.
"Yo no voy a echar la culpa a ningún programa ni enjuiciarlo, si este tipo de personas son las preferidas de determinados formatos. Pero sí hay que hacer una reflexión sobre el papel de la televisión en nuesta vida en tanto de transmisor de modelos de comportamiento, de conducta...", comenzó diciendo el antropólogo Javier Aroca.
"Esto ha servido para cuestionar algunas cosas. No todo el mundo está en condiciones de salir en un programa de televisión o permanecer porque la gente es cruel. La gente estigmatiza al deprimido. Lo considera incluso perturbador. Y estas personas sufren doblemente, su propia enfermedad y el escrutinio público de un modelo de éxito que cosifica nuestras enfermedades con tal de conseguir audiencias", continuaba.
"Cuando he visto estas imágenes, lo primero que se me sugiere es si esa actuación fue un papel como artista o fue un síntoma. Si es el primer caso es un show, pero si es lo segundo hay otras responsabilidades. Y podrían ir desde el propio programa a su propio entorno. Tú no permites que una persona con una pierna rota corra una maratón", añadía.
Mientras, el programa se hacía varias preguntas. "¿Eran conscientes los compañeros de Verónica Forqué del agravamiento de la enfermedad mental de la actriz? ¿Qué papel juega la televisión en el tratamiento de personas con problemas de salud mental?"
Por su parte, Mejide incidía que "no era cuestión de una productora o una cadena", a la par que quería poner en contexto las imágenes que se estaban viendo. "Se trata de un programa de televisión. Hay una competencia, una dura competencia, en el que se pugna por el favor de un jurado. Es una situación que no es la vida real. Encima rodeados de cámaras y una edición posterio. Hay condicionamientos que hay gente que puede desacerbar ciertos aspectos de su personalidad para bien o para mal y la reacción de compañeros va acorde a ese contexto. No es un entorno relajado".
Por último fue llamativo cómo el programa aprovechó para atacar de manera sibilina a uno de sus antiguos rostros, Juanma Castaño, emitiendo unas imágenes del periodista en las que decía que Forqué no se apresurara en volver a MasterChef Celebrity, que los de la séptima edición estarían encantados de cocinar con ella.