Este martes Secret Story: La casa de los secretos vivía su semifinal. Con Carlos Sobera al frente, los concursantes se enfrentarían a la última expulsión antes de la gran final, que tendrá lugar este jueves. Ahí vimos la expulsión de Luis Rollán, pues no logró superar la primera votación en positivo.
“Quiero dar las gracias al programa; a ti, Carlos, pero también a Jorge, Lara, Jordi... y sobre todo a los señores y las señoras del cubo, que me han aguantado mucho”, agradeció el periodista andaluz en su salida. “No salgo con el premio, pero sí con amigos”, diría también sobre su marcha, que se ha producido 103 días después de que el reality abriese sus puertas.
De esta forma, Luca Onestini, Cristina Porta y Gemeliers se convierten en los finalistas del concurso, y optarán a ganar un premio de 50.000 euros. Una cuantía que puede parecer no demasiado grande para un programa de estas características, pero es que recordemos que Secret Story: La casa de los secretos tenía otro premio de idéntica cantidad, y que consistía en el famoso juego de las esferas, que se ganaban en pruebas físicas o al descubrir el secreto de algún compañero.
Ahí la sorpresa la dio Sandra Pica, concursante ya expulsada, y que tenía una única esfera. Sin embargo, la suya, la número 2, fue la que contaba con los 50.000 euros en su interior.
De esta forma, Pica se imponía al que parecía, a todas luces, que se llevaría el dinero: Julen de la Guerra, que había tenido un gran concurso y que había acumulado hasta 12 esferas, si bien la suerte no había estado de su parte. Dentro de la casa Luca Onestini contaba con una esfera, y Gemeliers con otra. Miguel Frigenti y Adara Molinero fueron los encargados de cantar una particular lotería en la que se iban descartando el número de las esferas. “Estoy encantada, no me había tocado antes ni el rasca y gana”, aseguró.