La complicada tarea de Telecinco para revitalizar sus realities VIP
La cadena de Fuencarral se enfrenta a una difícil circunstancia si sigue apostando por su producto estrella de entretenimiento.
26 diciembre, 2021 02:14Noticias relacionadas
Los realitys son el producto estrella de Telecinco. Un género televisivo con el que fueron pioneros en nuestro país y que les ha dado muchas alegrías, generando así momentazos televisivos que han quedado grabados a fuego en la memoria de los espectadores. La audiencia ha respaldado durante más de dos décadas la emisión de este tipo de programas, siendo los más exitosos, en los últimos años, los protagonizados por personajes populares.
Las ediciones 'VIP' se han convertido en una sensacional manera de generar expectación entre la audiencia. En definitiva, una buena fuente de ingresos que con el paso del tiempo parece ir poco a poco secándose. Ejemplo de que la fórmula, famosos y cautiverio, está mostrando síntomas de agotamiento ha sido la primera edición de Secret Story. El 'maquillado' GH VIP no ha logrado despertar grandes pasiones entre el público, y es que pese a que ha logrado datos de audiencia aceptables en sus diferentes emisiones, estos han estado muy lejos de los que no hace tanto tiempo cosechaba su alter ego.
Uno de los puntos fundamentales para que un reality compuesto por personajes populares funcione es, como no podía ser de otro modo, el casting. En la selección de famosos recae gran parte de la posibilidad de éxito del formato, una cuestión que cada día preocupa más a las diferentes productoras encargadas de realizar estos programas.
El hecho de que se hayan realizado tantas ediciones VIPS -de Gran Hermano, Supervivientes, La casa fuerte y demás títulos- hace que el número de personajes a los que tantear la posibilidad de adentrarse en un concurso de telerrealidad se reduzca considerablemente. Cuestión que se agrava si se tiene en cuenta que, mayoritariamente, los nombres que muestran interés en este tipo de realities forman parte del universo Mediaset. Un submundo en el que no participan tantos individuos y en el que todos, o casi todos, ya se han dejado ver en algunos de estos formatos.
Pocos son los famosos que, sin estar relacionados con la farándula que habitualmente explota Telecinco, desean participar en uno de sus realities. El temor a que su imagen pública quede dañada o simplemente el miedo a la sobreexposición que implica concursar, hace que este tipo de ofertas sean contempladas con gran recelo por gran parte de nuestro particular 'star system'.
Este hecho habitualmente empuja a la cadena a echar mano de personas que ya han participado en algún formato de similares características, lo que implica en el espectador una negativa sensación de estar siempre viendo lo mismo. Otra practica muy habitual, y de la que existen varios ejemplos, es incorporar nuevas caras al casting que son vendidas de cara al público como populares. Personajes que resultan prácticamente desconocidos para la mayoría de espectadores y que el fandom habitual de este tipo de programas cataloga como 'de relleno'.
Cuando no hay más que 'rascar'
En líneas generales podemos dividir en dos los clanes mediáticos de la farándula 'telecinquera': los Pantoja y los Jurado-Mohedano. Del primero está todo dicho en lo que a realities se refiere, y es que hasta el eje central de la familia, Isabel Pantoja, se atrevió a concursar en Supervivientes 2019, y del segundo casi ninguno queda por desfilar ante las cámaras de la telerrealidad.
La otra cantera de concursantes de reality viene dada por programas como Mujeres y hombre y viceversa, ya extinto, y La isla de las tentaciones. Nunca está de más tener en el casting a algunos de estos chicos bien parecidos, que además son seguidos masivamente en redes sociales. Una popularidad muy 'milenial' que no se extrapola al grueso de los espectadores, que en su mayoría tienen poco interés en conocer las desventuras de unos veinteañeros que acaban de aterrizar en la televisión. Además, plagar un programa de individuos provenientes de otro no deja de ser un refrito que resulta poco apetecible de ver. Estrategia que si no es realizada en su justa medida pude tratarse de un fracaso anunciado.
Estas cuestiones son más que analizadas por las productoras encargadas de poner en funcionamiento el arduo engranaje que conlleva un reality show. Situación, la carencia de personajes de relevancia, que pueden haber reforzado la idea de apostar por un formato compuesto por anónimos. Plataformas como Netflix han conseguido en los últimos meses una gran receptividad por parte del gran público gracias a programas como Insiders o Amor con fianza, éxito al que también se le puede añadir el de otros formatos en abierto como el ya mencionado Isla de las tentaciones. Formatos compuestos por personajes no conocidos que han logrado ser un éxito tanto en nuestro país como fuera de él.
¿Es el momento de renovar caras y aparcar, momentáneamente, a los famosos dispuestos a vivir frente a las cámaras? ¿Quiénes de los aún no llevados a Supervivientes o Gran Hermano se prestarían a vivir la aventura? ¿Serían atractivos estos famosos para el gran público? Muchas son las preguntas y diversas las respuestas, pero lo que es ya un hecho es que si se desea hacer un gran reality de nombres conocidos, Telecinco se encuentra en una encrucijada. Una difícil búsqueda que se ve condicionada por el excesivo uso de las mismas caras y el temor de las que aún no lo han sido a que su imagen pública se vea degradada.