Benidorm

El Benidorm Fest celebra este miércoles su primera semifinal con una gala que pondrá fin a una larga espera. Los espectadores y eurofanes podrán ser testigos por fin de la culminación de un proyecto que ha tomado forma en tiempo récord y se ha enfrentado a varios contratiempos hasta el último minuto.

La ambiciosa apuesta de RTVE por el festival da buena cuenta de que la cadena pública pretende convertirlo en el prestigioso certamen musical de referencia que ya fue el Festival de Benidorm en sus tiempos, además de crear una preselección española para Eurovisión potente, de calidad y con historia.

El primer gran reto al que se enfrenta la Corporación con la celebración del Benidorm Fest y, en concreto, con su emisión, es evidente: lograr remontar las audiencias de anteriores preselecciones, que en los últimos años han estado condenadas a la irrelevancia y no han superado los dos dígitos de share, salvo cuando han estado integradas en el formato Operación Triunfo.

Aunque es complicado hacer elucubraciones del interés que las tres galas del festival despertarán en los espectadores, lo innegable es que el Benidorm Fest ya ha logrado una trascendencia nunca antes vista en una preselección española.

El escenario del Benidorm Fest está a punto de acoger las tres galas del certamen. RTVE

En primer lugar, el certamen ha conseguido irrumpir con fuerza en la industria musical española. Basta con ver los datos cosechados por los temas candidatos del festival para entender que las canciones trascienden lo eurovisivo y se han instalado en las listas de éxitos, llegando a estar por encima de grandes artistas del panorama nacional e internacional. 

Dos de las 13 candidaturas del Benidorm Fest han conseguido arrasar en plataformas con cifras dificilmente imaginables en una preselección española. Terra, de Tanxugueiras, acumula un millón y medio de escuchas en Spotify y ya se acerca a los tres millones de reproducciones en YouTube; por su parte, Ay mama de Rigoberta Bandini ya ha superado el millón de visualizaciones en YouTube y a dos días de la primera semifinal del certamen rebasaba los tres millones de escuchas en Spotify.

Más allá de estos impresionantes datos que sirven como muestra del éxito musical que está suponinedo el Benidorm Fest, cabe destacar también que muchas de las demás candidaturas han logrado colarse en las listas de lo más escuchado o de contenido viral.

En cuanto a lo televisivo, fuera de RTVE también se ha notado la repercusión de las candidaturas. Y es que, como ya hiciera el año pasado con Rocío, contar la verdad para seguir viva, Telecinco ha vuelto a apostar por la música eurovisiva para la continuación de la docuserie de Rocío Carrasco. Pero este año no lo ha hecho con temas de otros países, sino con una de las canciones participantes del Benidorm Fest: Ay mama, de Rigoberta Bandini, pone la banda sonora a las promociones de Montealto: regreso a la casa.

Otra de las pruebas fehacientes de que el Benidorm Fest ha logrado una relevancia inusitada en su primera edición es el hecho de que RTVE ha recibido 10.000 registros para participar en el sorteo de entradas para acudir como público a las semifinales y a la final del evento. Que en plena pandemia, con apenas unos días de antelación, 10.000 personas muestren interés por estar presentes en las galas del festival demuestra que la primera edición del Benidorm Fest ha causado un gran impacto en el público eurofán, que por una vez tiene grandes expectativas en una preselección de España.

En definitiva, es evidente que RTVE, como toda empresa, debe intentar conseguir que sus productos sean consumidos por el mayor número de personas posibles. Salir del bache de audiencia actual y recuperar el interés de los espectadores es un paso crucial para que la cadena pública restablezca el prestigio y la influencia del pasado, pero no es el único. Y es que, como dijo en noviembre el presidente del ente público, José Manuel Pérez Tornero, "en este país se confunde audiencia con aceptación y no es lo mismo. La aceptación es la satisfacción que un espectador recibe de un programa y eso también puede ocurrir en un programa que vea poca gente". El Benidorm Fest, pase lo que pase con su emisión, es la mejor muestra de que el éxito no sólo se mide en cifras de audiencia.

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