Este miércoles el programa de Cuatro First Dates Café recibió la visita de una actriz de las que tiene escrito su nombre con letras de oro en la historia del cine de terror español: Lone Fleming, una actriz danesa afincada en España desde hace años. En su currículo encontramos clásicos del fantaterror patrio como La noche del terror ciego y El ataque de los muertos sin ojos de la saga de los templarios que dirigió Armando de Ossorio, Una vela para el diablo de Eugenio Martín o La endemoniada, la respuesta española al éxito de la película El Exorcista. En los últimos años, además, ha vuelto a participar en cintas de género como Wax y Vampyres, ambas dirigidas por Víctor Matellano.
Lone no acudió a First Dates para encontrar pareja. Ella lleva décadas con su marido, el mencionado director Eugenio Martín, otra leyenda del cine de terror español, pero él ya tiene 96 años y no puede salir de casa; además, desde la llegada de la pandemia se ha encontrado un poco sola y le apetecía conocer a alguna amiga.
El programa le hizo un auténtico regalo al llevarle a Reyes, una mujer de 62 años con la que se entendió perfectamente. En su primer encuentro, Lone se escondió para darle un pequeño susto con unos brazos de esqueleto que salían de la barra, como guiño a su trayectoria. Pero a pesar de ello, ella prefirió definirse como actriz sin hacer hincapié en los títulos que había protagonizado. Porque ella fue allí sin ningunas ínfulas de presumir, sino dispuesta de verdad a conocer a alguien con quien encajar.
Si Lone es actriz, Reyes ha resultado ser directora y le prometió que tenían que hacer algún trabajo juntas. Fleming entonces conmovía al reconocer que tiene una enfermedad degenerativa y que algún día terminará en silla de ruedas, pero eso no pareció importar a Reyes, que se comprometió en tal caso a ser ella quien la lleve y la traiga con la silla a donde haga falta.
La conversación entre ambas fluyó a las mil maravillas, e incluso hablaron de aspectos más allá de lo humano, como la vida en el más allá, y resultó que ambas tenían un punto de vista similar. Hubo una magia muy especial entre ambas, se dieron abrazos en mitad de la cita y resultó realmente tierno ver cómo el programa estaba ayudando a dos mujeres a superar la soledad. Por supuesto, ambas coincidieron en que querían seguir viéndose, y quedó en el aire una hermosa amistad.