Anoche, en Planeta Calleja, se emitía el programa en el que aparecía Antonio Resines, después de que el pasado jueves recibiese el alta tras 48 días (36 en cuidados intensivos) ingresado por covid en un hospital madrileño. También ayer reaparecía en El Hormiguero, videollamada mediante, en una emotiva intervención, la primera tras superar la enfermedad. Y es que a Resines se le quiere.
Explicaba el actor que no recordaba nada de esos días, más allá de ser trasladado al hospital porque se encontraba muy mal. “Yo pensé que habían pasado cinco días, como un pequeño desmayo, y cuando me desperté el veintitantos de enero me quedé acojonao”, contaba. “Hay que apoyar la sanidad pública como sea”, reivindicaba Resines, que instó también a que todo el mundo se vacunase, “que esto es una cosa muy seria”.
Contrastaba esa imagen de un Resines más delgado y desmejorado (tiene una atrofia, explicaba, del 80% y precisa de ayuda para caminar) con la previa al ingreso, la del programa de Calleja que se grabó, claro, antes de eso en Costa Rica. A mí, ese Resines absolutamente desinteresado por la aventura y el deporte me representa. “Tú es que eres muy de ciudad”, le decía el montañero devenido en presentador. El actor, con esa sorna suya que nos gana, le contestaba que sí, que sí, que él es muy de ciudad. “Y de jardín”.
Reconoce el actor que él no ha sido nunca muy de practicar demasiado deporte. “Rugby, con 20 años”, le cuenta a Calleja mientras suben unas escaleras que cansan solo de mirarlas. “¿Y cuándo lo dejaste?, le pregunta este. “Con 21”. Aún así, el tío sube las escaleras hasta el mirador, hace rafting, tirolina, kayak… Es mucho más de lo que habría hecho yo en mil vidas.
Resines, que es siempre Resines haciendo de Resines, respondía a todo y hablaba sin ambages de cualquier cuestión, con naturalidad y desprejuiciadamente. Desde cuestiones políticas a las más íntimas. Como cuando él y su mujer, que le acompañó a Costa Rica, contaban entre risas que dormían en habitaciones separadas porque ella ronca mucho.
Impagable el momento en el que “hace un Bertín”, que consiste en negarse a descender en rápel por una cascada y sentarse cómodamente con su cervecita a ver cómo lo hacen los demás. Lo dicho: a mí Resines me representa.
“Todo lo que he hecho en esta semana” reconocía “no lo he hecho en mi vida y es muy posible que no lo haga nunca más”. Qué alegría que se haya recuperado, oye. Que nos gusta Resines.