Brenda Estarlich, a quien conocimos como Brenda Cerdá, fue uno de esos rostros de Mediaset a los que vimos hace algo más de una década por todos lados. La valenciana saltó a la fama gracias al programa Mujeres y hombres y viceversa, donde pretendió a Curro. Su carisma le abrió la puerta de otros formatos, y así, la vimos concursar en Acorralados, donde convivió con Bárbara Rey, Raquel Bollo o la ganadora Nagore Robles.
Tras Acorralados, Brenda tuvo que ser ingresada en un centro de desintoxicación por sus problemas con las drogas. Y ahora ha reaparecido en una entrevista para Outdoor, en la que ha contado, entre otras cosas, por qué tuvo que abandonar su pueblo, y cómo ahora está preparando un libro sobre su vida.
Así, Brenda, que ahora es madre, contó cómo no fue consciente del momento de fama que vivió. “La gente me reconocía y no podía estar tranquila, parecía que era la hija de Isabel Pantoja. Entraba a un centro comercial y me paraban”, explica, reconociendo que no pensaba que su popularidad pudiese ser algo efímero y que desapareció casi de un día para otros.
“Hay que entender que en la televisión somos productos y que muchos tenemos fecha de caducidad. Siempre surgen nuevas personas que generan interés en la audiencia. En mi caso, mi popularidad comenzó a decaer cuando Ylenia Padilla saltó a la fama”, cuenta, siendo consciente de cómo muchos compararon a la de Benidorm con ella.
La época de la fama fue muy complicada para Brenda, llegó a sentir vergüenza de sí misma. “Quería ir al cirujano para que me cambiase el rostro, porque no quería que me reconocieran. Lo pasé muy mal. Me acusaron de cosas muy feas como que me dedicaba a la prostitución sin haber ejercido nunca esa profesión”, lamenta.
Sobre su ingreso en un centro de desintoxicación, relata no ser consciente del problema que tenía. “Recuerdo que salía a dar un paseo y a lo lejos había paparazzis haciendo fotografías para intentar sacarme a mí ahí dentro, ya que en ese momento una imagen mía en una clínica estaba muy cotizada. Nadie se paró a pensar el daño que me estaban haciendo”, cuenta.
En su autobiografía dará muchos detalles de esta época oscura, que logró superar gracias a la ayuda profesional de psiquiatras. Estuvo hasta en cinco centros de desintoxicación, pero ahora mismo no tiene ninguna adicción, según cuenta.
Otro de los temas que recuerda en su entrevista es la razón por la que abandonó su pueblo natal. “Me fui de casa de mis padres porque salí de fiesta con mis compañeros de clase y algunos de ellos me echaron droga en la bebida, me grabaron y difundieron el vídeo. Me humillaron tanto que decidí abandonar mi pueblo. Y, después, esos mismos salieron en televisión vertiendo mentiras sobre mí. Me mataron en vida. Era una niña de 19 años con mucho talento y un futuro transparente y de repente me lo hicieron negro”, explica en la entrevista.
Hasta entonces Brenda nunca había hablado de forma tan clara de este episodio de su vida. Cuando fue expulsada de Acorralados a Jorge Javier Vázquez lo que le contó es que se pilló “una 'tajada' en una discoteca y me grabaron en vídeo. Mi madre dijo que se arrepentía de haberme tenido y me fui de casa para no hacerles daño”. Y que por esa razón tuvo que empezar a trabajar en el mundo del cine para adultos.
De momento no está previsto que Brenda Estarlich regrese a la televisión con un nuevo reality, aunque a veces le llegan ofertas. “Sería divertido vivir la aventura, pero el hecho de estar tan lejos de mi hija, que le pueda pasar algo y que yo no esté, me aterra”, cuenta. Cree que Supervivientes sería muy duro para ella por el tema del hambre, aunque sí se vería en Secret Story o Gran Hermano VIP.