Disney Plus ha estrenado West Side Story (la de Spielberg, no la del 61). Yo, que no la había visto en cine, he aprovechado para verla. Y me ha dado ganas de vivir en un musical, que supongo que es lo máximo que se le puede pedir a uno, que te dé ganas de habitarlo. También es verdad que a mí los musicales me chiflan, de Brigadoon a Cabaret, pasando por Todos dicen I love You, Cantando bajo la lluvia o Willy Wonka y la fábrica de chocolate (la del 71, no la de Tim Burton), por decir solo algunos de mis favoritos.
La única condición, yo creo, es no pensar en la original. Si eres muy fan de la primigenia, como yo, necesitarás olvidarte de ella durante este rato para disfrutar la nueva versión. Porque esta peli, sin duda, es para disfrutarla. Y no podría yo ponerle ni medio pero, con lo que me gusta comentar las películas que no me han gustado y lo dispuesta que venía a verla para poder quejarme del destrozo a un clásico irreprochable. Pero no. West Side Story, la de ahora, es un espectáculo audiovisual imperdible.
Amor y drama
La historia es la misma, claro. La cuento rápido y mal: dos bandas enfrentadas por el control de un barrio y dos enamorados que pertenecen a cada una de las pandillas. Ya tenemos ahí el típico amor imposible. Tras unas cuantas peleas, unos cuantos muertos y un equívoco, él cree que ella ha muerto, pero no, y (atención, spoiler) acaba muriendo en los brazos de su amada.
La recomiendo fuertecito si es que queda alguien todavía que no la haya visto. Y si ya la vieron en su momento, pues la ven otra vez. Y, de paso, pueden ver también en la misma plataforma Something’s coming: West Side Story, algo así como un documental sobre la peli con testimonios de los protagonistas delante y detrás de las cámaras, los de ahora y los de entonces. En él, al ser preguntado por la razón de rodar ahora una nueva versión de West Side Story, Steven Spielberg responde que “lleva en mi vida desde que tenía diez años. Mis padres compraron el álbum del reparto original. Memoricé cada canción, siempre ha sido mi musical favorito”.
Algunas anécdotas
Gracias a este documental me he enterado de algunas cositas muy interesantes. Por ejemplo, que el papel de la anciana puertorriqueña que acoge a Tony lo interpreta la actriz que hizo de Anita en la peli original, Rita Moreno, que se llevó un Óscar por aquella interpretación. Se trata de un personaje creado especialmente para ella en este nuevo guión. “Queríamos contar con su conocimiento y su sabiduría, y con su increíble talento”, explica el guionista Tony Kushner. “Cuando llegó a los ensayos la primera vez”, cuenta Spielberg, “y vieron entrar a Rita Moreno para contarles su historia a los 60 miembros de la compañía, estaban todos emocionados”. Como para no estarlo.
O que se decidió contar con actores latinos para interpretar a los Sharks, que eran puertoriqueños, al contrario de lo que se hizo en la película original, donde maquillaban a todos los actores con el mismo tono de piel más oscura para que pareciesen serlo. Y a una actriz trans no binaria para interpretar el papel de Anybodys. Ni Spielberg se libra de la influencia de los movimientos identitarios.
O que para recrear el Nueva York de los años cincuenta se consultó el trabajo documental de fotógrafos como Bruce Davidson, de la agencia Magnum y autor de algunas de las grandes fotografías que forman parte de nuestra memoria visual colectiva.
Y con todo esto me han dado unas ganas horrorosas de ver de nuevo la original, que se puede encontrar en Filmin y en Amazon Prime. Así que me pongo a ello. Maratón demencial de West Side Story, a lo loco. Ya dormiremos cuando estemos muertos.
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