Este martes Sálvame tuvo un gran protagonista: Kiko Jiménez. El antaño concursante de Supervivientes había ejercido un día antes de reportero para intentar conseguir unas declaraciones de José Ortega Cano, al que provocó para que hablase. Le habían encomendado conseguir algunas declaraciones sobre la supuesta crisis que hay en su matrimonio con Ana María Aldón, y él, con poco tacto, con frases como “Quien calla otorga, ¿no, Ortega? ¿Así vas a salvar tu matrimonio? ¿Por qué te escondes, por qué no das la cara? ¿Qué tal está su matrimonio? ¿Cómo permite que llamen La Chusa a su mujer?”. El torero solo respondió “cornudo”, y encima Kiko se sorprendió de la reacción.
Todo esto sucedió el lunes, pero pudimos verlo ayer martes. Esa misma tarde Kiko coincidió en los pasillos con Gloria Camila, y según su testimonio, la colaboradora de Ya son las ocho comenzó a insultarle y a decirle que para hablar de su familia se lavase la boca. Entonces Jiménez aprovechó para decir que la hija de Rocío Jurado y Ortega Cano siempre actúa así cuando no hay cámaras, pero que en cuando está en un plató habla con vocecita, con un comportamiento totalmente diferente.
Cuando Ya son las ocho tomó el relevo de Sálvame, Gloria Camila se despachó con Kiko. Le acusó de ir a casa de su padre a las once y media de la noche solo para provocar, y además, destapó que el comportamiento de su antaño pareja le ha dejado secuelas físicas.
“Yo durante tres años lo he estado pasando mal porque este señor ha estado en un plató poniéndome a parir a mí y hablando mal de mi familia. Yo por culpa de este señor he tenido anorexia nerviosa, me he quedado en 47 kilos, he tenido que ir a psicólogos, he tenido que hacer muchas cosas que yo jamás he contado. Y he tenido que ver cómo ha aprovechado una crisis matrimonial que se ha desmentido para regocijarse en hacer daño”, criticó la joven, quien concursó en Supervivientes con su entonces novio.
Unas declaraciones que nos hacen preguntarnos si, en el caso de que todo esto sea cierto, Kiko Jiménez debería ser apartado de Sálvame (y de la televisión), igual que hizo con Antonio David Flores hace ahora un año. Porque, a grandes rasgos, el relato de Gloria guarda paralelismos con el de Rocío Carrasco, quien destapó en una serie documental cuánto daño psicológico le hizo su expareja a fuerza de estar años cargando contra ella en televisión, hasta el punto de que intentó quitarse la vida.
Dando alas a este personaje, Sálvame (y por extensión Mediaset) está provocando que una mujer sufra gracias a los actos del que fue su pareja en el pasado, pues le sirven de altavoz y hasta le animan a provocar al que era su suegro. Televisivamente a Kiko le va muy bien este papel, pues su chulería natural y su capacidad para provocar son sus mejores armas. Pero si Telecinco quiere hacer una televisión diferente, que promueva la igualdad, como tanto dicen, debería estudiar esto que ha expuesto Gloria Camila y tomar cartas. ¿Valdría un informe psicológico de Gloria Camila para terminar con el trono televisivo de Kiko? ¿O debería servir ya con su relato?
La experiencia previa nos dice, sin embargo, que Kiko seguirá trabajando en Mediaset como si nada. Porque a raíz del caso de Antonio David Flores vimos cómo Antonia Dell’Atte puso sobre la mesa sentencias del pasado como maltratador de su ex Alessandro Lequio, quien sigue colaborando en El programa de Ana Rosa como si nada. Porque se ve que el rasero de la cadena es diferente según quién es el famoso al que se apunta con el dedo.
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