Se trata de una de las caras más frescas con la que Mediaset cuenta en estos momentos, pese a que lleva casi 13 años paseándose por sus pasillos. Nagore Robles es el vivo ejemplo de como una persona puede dar un giro radical a su carrera mediática, tarea que para muchos es casi imposible y que sin embargo esta vasca ha logrado. Hace unos días, la cadena de Fuencarral anunciaba en inminente estreno de Baila Conmigo, el próximo programa que se incorporará a la parrilla de Cuatro y que la tendrá como presentadora. Un salto cualitativo que tiene detrás una historia que merece ser, cuanto menos, repasada.
Nagore Robles desembarcó en la televisión en el año 2009, concretamente en la décima edición del emblemático Gran Hermano. Un concurso que si bien ya había sido una catapulta a la popularidad de figuras como Kiko Hernández, Aída Nizar o Ismael Beiro, aún poseía el tirón necesario para que la maquinaria continuase funcionando. Carácter, sinceridad y pocos remilgos a la hora de hablar, fueron las facultades que positivamente llamó la atención del equipo de casting que la eligió, cualidades que a la audiencia no agradaron de igual manera. Si bien es cierto que la bilbaína no protagonizó ninguna de las trifulcas épicas que tanto gusta recordar a los nostálgicos del formato, la audiencia decidió expulsarla la cuarta semana y con el récord más alto de la historia en el concurso. Un 95% de los votos registrados quisieron verla fuera, una cifra que jamás había ostentando ningún participante en ningún país donde se haya emitido GH. El shock de la joven al conocer la inexistente simpatía con la que contaba en la calle fue lógico, algo que por otro lado no la hizo perder la ilusión de continuar buscando su hueco bajo los focos.
Nagore no era una niña más de las que habían pasado por ese plató, y así lo hizo saber durante el resto del concurso que le tocó vivir desde fuera. Una oportunidad muy bien aprovechada que la harían ser colaboradora fija en ediciones posteriores. La vasca sabía de la vida, tenía bagaje y no parecía espantarse con nada, razón por la que comenzó a frecuentar platós donde relataba sus peripecias más variopintas. Escarceos amorosos, discusiones con otros personajes y demás 'escandalillos' servían para ganarse, aunque sea, una última silla en el Deluxe o unos minutitos en Sálvame diario. Popularidad que aprovechó para abrir, junto a Carolina Sobe, un bar de copas en el barrio de Chueca.
Mediáticamente Gran Hermano funciona como una carrera de relevos, y la edición de Nagore no fue la excepción. Los nuevos concursantes de otras hornadas acaparaban el foco y ella iba perdiendo fuerza, una bajada de popularidad que se tradujo en la entrada de menos ingresos. Por otro lado, el negocio de las 'grandes hermanas' se fue a pique y con él su amistad, una trifulca que sí les sirvió para realizar alguna que otra aparición televisiva que no tuvo mayor trascendencia. Fue entonces cuando Robles estuvo más perdida a ojos de los espectadores, de hecho, sus apariciones públicas se vieron considerablemente mermadas.
Para Nagore fue una época de divagar en el desierto. Letargo que fue interrumpido en 2011 por el concurso que le salvó la vida (mediáticamente hablando). Acorralados, un reality al más puro estilo Granja de los famosos, la eligió como participante. Un formato rápido y sin tampoco mucha trascendencia que en Telecinco contó con una única edición. Robles no era ni de lejos un fichaje estrella, de hecho, compartió estancia con nombres como Bárbara Rey, Antonio David Flores o Leticia Sabater. Su concurso no hubiera sido el mismo sin que durante la emisión del mismo, se desveló que la vasca estaba inmersa en una relación sentimental con Sofía Cristo.
El público se quedó sorprendido, recordemos que de esto hace más de una década, de que Nagore hubiera comenzado una relación lésbica cuando siempre había sido noticia sus escarceos con hombres. Además, la situación era idónea para que la audiencia se enganchase, y es que la vasca convivía frente a las cámaras con su propia suegra, a la que conoció en la granja. Sofía y Nagore protagonizaron entonces una de las historias de amor más bonitas que se recuerdan en un programa de televisión. Aquello destilaba verdad, y además servía de ejemplo positivo en pro de la normalización. Una buena baza que la convirtió en flamante ganadora.
A partir de ahí, Sofía y Nagore pasaron a ser la pareja de moda. No había fiesta ni plató que no las quisiera. Y es que pese a que ahora nos resulte totalmente cotidiano, en aquel momento se trataba de toda una novedad que la prensa rosa relatara con normalidad el amor de dos mujeres. Ambas famosas -y una de ellas desde la cuna-, que pasean libremente su amor allá donde iban, un escenario perfecto que ambas supieron aprovechar muy bien en lo que a rendimiento mediático y económico se refiere.
Pero el amor no duró para siempre, y la pareja finiquitó su relación en el 2013. Una dolorosa situación en la que, tal y como ella misma ha contado, las adicciones de Sofía condujeron al desastre. Pese a este mal momento sentimental, Nagore se convertía ese mismo año en 'asesora del amor' de Mujeres y hombres y viceversa, formato en el que ha estado hasta su fin en marzo del 2021. Mientras tanto, la de Vizcaya continuaba con sus presencias en otros formatos, como Supervivientes. Un plató muy especial en el que coincidió con Sandra Barneda, con la que comenzaría una nueva historia de amor.
Sandra, que ya tenía a sus espaldas una consolidada gran carrera en los medios, no era muy dada a hablar sobre su vida privada. Un tabú que rompió cuando su relación sentimental se hizo pública. Barneda y Nagore fueron noticia y todos los ojos se posaron en ellas, una vinculación que sin duda favoreció a la ex gran hermana para su perfil profesional. Todos comenzamos a percibir una Nagore más comedida en algunos asuntos y, porque no decirlo, más profesional, a la vez que observábamos a una Barneda más relajada y menos encorsetada. Un idilio que terminó en febrero de este año, pero que vino bien a ambas para su faceta pública. Relación sentimental que, en parte, tiene que ver en que Nagore haya conseguido avanzar profesionalmente.
El carisma lo tiene y las horas de televisión también, el 'lastre' que podría suponer haber pertenecido a la cantera de GH cada vez se difumina más, por lo que... ¿Por qué no darle esta gran oportunidad? Una nueva faceta bajo los focos, aunque ya ha ejercido como presentadora en Resistiré -formato emitido en Mi Tele Plus-, en la que seguramente sepa desenvolverse con solvencia y personalidad. Un ejemplo inequívoco de que lo importante no es cómo se empieza, sino cómo se acaba.