En abril del 2017 nacía en Telecinco Socialité, un espacio dedicado a la prensa del corazón para ocupar la franja del mediodía en los fines de semana. María Patiño, rostro veterano de la cadena y sabedora de lo que es presentar -ya llevaba varios años frente al Deluxe en ausencia de Jorge Javier Vázquez-, se ponía al frente. Un nuevo proyecto que con humor, alegría y frescura, prometía amenizar el almuerzo de sábados y domingos.
Sin muchas pretensiones iniciales, el formato de La Fábrica de la Tele fue conquistando poco a poco su franja horaria. Tanto es así, que en unas pocas semanas logró posicionarse líder. Un éxito que alcanzaron gracias a una mezcla de sátira e información que, si bien no era novedosa en televisión, sí que estaba bastante bien ligada. Vídeos de personajes del 'colorín' y provenientes del universo Mediaset se entremezclaban con exclusivas conseguidas por el equipo de redactores del programa. Un gran trabajo que los posicionó positivamente en la parrilla.
Durante un largo periodo de tiempo, que ha ido del 2017 hasta diciembre del 2021, no existía contrincante que hiciera sombra a Socialité. Y es que, pese a que Antena 3 decidió emitir en junio del 2020 programas repetidos de La Ruleta de la Suerte -concurso que triunfa en las mediodías de la cadena de lunes a viernes- en su mismo horario, el formato del corazón parecía no encontrar techo. Una etapa de bonanza que en los últimos tiempos ha ido en peligrosa decadencia.
Desde finales del año pasado, a Socialité no le ha sido tan fácil liderar los fines de semana. Una situación que ha beneficiado a las reposiciones de La Ruleta, que en los últimos fines de semana han alternando en ser lo más visto en coincidencia de emisión. ¿Qué está pasando con el formato para que el espectador no lo sintonice con tanta fidelidad? Si bien es cierto que hay que tener en cuenta que la cadena de Fuencarral atraviesa actualmente una grave crisis generalizada de espectadores, el espacio de La Fábrica de la Tele tiene sus problemas propios. Asuntos a tener en cuenta y que a continuación sometemos a análisis.
La 'termita' en el árbol Telecinco
La primera causa de la bajada de audiencia en Socialité se debe principalmente al problema que viene aquejando la cadena desde hace varios meses. Telecinco desarrolla un modelo de televisión muy particular, con todos sus contenidos -a excepción de informativos- acaban entroncándose en una misma raíz. Casi en todos los espacios del canal tratan los mismos temas: se puede comenzar la mañana en El programa de Ana Rosa escuchando las novedades de la vida de Isabel Pantoja, por poner un ejemplo; volver a ver lo mismo en Ya es mediódía, seguir con ello en Sálvame, continuar en Ya son las ocho y casi que volver a repetirlo en la programación nocturna que toque. Un martilleo constante que les ha resultado muy favorable cuando los temas han interesado al público, pero que cuando estos pierden notoriedad, o directamente llegan a cansar, hacen que toda la parrilla caiga a la vez. Una caída a la que el programa presentado por María Patiño también se ve arrastrado.
¿Cebos engañosos?
Aún cuando Socialité no tenía problemas para liderar todos los fines de semana, eran muchos los espectadores que se quejaban vía redes sociales de que en ocasiones el programa vendía como primicia noticias que acababan siendo 'humo' o que directamente no eran novedad. Si bien es cierto que el formato trata de hacer más atractivo la información mediante cebos, estos deben envolver algún contenido que tenga interés.
El abuso de este instrumento ha provocado que, en muchas ocasiones, el espectador haya decidido no quedarse frente a la pantalla esperando a saber qué es aquello que el programa lleva anunciando desde su comienzo. Decisión que radica en que se ha hecho habitual que, tras anunciar una supuesta noticia de forma compulsiva durante toda la emisión, la revelación de la misma acabe dejando mucho que desear. Crear expectación es positivo, pero hay que saber cuánto y respecto a qué.
Poca información exclusiva
En los comienzos de Socoalité, el formato contaba cada fin de semana con una serie de noticias jamás reveladas y que a su vez nutrían tanto al resto de formatos de su cadena como a los digitales dedicados a la prensa rosa. Una labor de investigación y arduo trabajo periodístico que los hizo situarse muy bien en la parrilla televisiva y ser bien vistos a ojos de los espectadores.
La realidad es que, con el paso del tiempo, da la sensación de que ese espíritu se ha ido disipando un poco. Una baja productividad en lo que a exclusivas se refiere, que hace que el programa acabe reproduciendo lo que ya han dicho o hecho otros. Un espacio compuesto por vídeos, retransmisiones y solo una presentadora en plató necesita contenido fresco, más allá de convertirse en un boletín de opinión de la conductora del mismo.
Sí al 'frikismo', no a la absurdez aburrida
Si algo caracteriza a Socialité es por tener grandes vídeos donde personajes de 'segunda' del famoseo patrio exponen sus vivencias. Piezas que acaban viralizándose y que arrancan la carcajada de todos aquellos a los que les agrada el mundo del 'colorín'. Nadie a quién le guste este tipo de televisión puede negar que piezas, como la de Malena Gracia acusando de plagio a Chanel, en las que Maite Galdeano pasea a sus perros y comenta los amores de su hija, o las mil y una historias de Leticia Sabater, resulten aburridas.
Un tipo de contenido al más puro estilo Aquí hay tomate que dotan de humor al formato y que gusta a los espectadores. Si bien este punto de 'frikismo' resulta de lo más divertido, las retransmisiones en directo frente a las casas de famosos o en lugares donde es fácil de adivinar que la posibilidad de poder 'cazar' al personaje es casi inexistente, provoca el efecto contrario. Un desgaste innecesario que lejos de generar intriga, conduce al aburrimiento.
Estas cuestiones están golpeando a la salud del programa, pero este aún cuenta con capacidad suficiente para revivir. Además, el formato va a efectuar cambios en su directiva. David Linares, que hasta entonces era el director del formato, ha sido cambiado a Sálvame para sumarse como subdirector. Un hueco vacío con mucho peso en el devenir del programa que ocupará el que hasta ahora era el subdirector, Javier de Hoyos. Un soplo de aire fresco que, por qué no, pueden contribuir a devolver al espacio el brillo con el que incursionó en la pequeña pantalla. Juventud, frescura y talento no les falta, ahora solo les queda ponerse a trabajar en las carencias y poner en valor las virtudes.
[Más información: 'Sálvame' continúa afinando los detalles para intentar recuperar el favor de la audiencia]