La pasada semana Drag Race España despedía a Onyx, una de sus concursantes más queridas de la edición. Diamante Marybrown fue la reina que la eliminó en la prueba final, pero sus compañeros han comenzado a acusarla de ser demasiado fría. Como ya sabíamos, Onyx tuvo algo con Sethlas, pero la canaria dejó claro que no eran novios: “Nos estamos conociendo...”, aseguraba la canaria. Pues yo creo que forman una pareja preciosa y que ojalá en el capítulo de la reunión nos cuenten que siguen juntos. Sharonne, que suele ser muy discreta, quiso el teléfono del psicólogo de Diamante, para poder sobreponerse a la tragedia como ella; un zasca que nadie se esperaba, y que deja claro que la frialdad de Diamante es vox populi.
El reto de esta semana era el famoso ball, esto es, un desfile con tres trajes: los dos primeros las reinas los traen de casa, y el tercero lo tienen que elaborar allí mismo. La primera categoría era Drag español del siglo X, la segunda, del siglo XX, y la tercera, del siglo XXX. Para este último look, el programa dejó a las participantes una montaña de materiales, que giraba alrededor del papel, el plástico y el metal.
En Canadá se hizo un reto en el que cada drag se elaboraba su traje exclusivamente con papel, metal o plástico y fue terrible. Aquí, por suerte, podían arramplar con todo lo que les entrase en las manos y mezclar materiales entre sí, lo que me dejó un poco más tranquilo; aquella pasarela fue, de lejos, de las más feas de toda la herstory de Drag Race.
De todas las reinas, la que parecía haberse preparado mejor para la prueba era Diamante; había dado unas diez clases de costura antes de entrar al concurso, solo para poder defenderse. Chica lista y aplicada; ha demostrado que ha ido al programa a competir y no a mirar la vida pasar, como le sucede a otras. Es de cajón que en Drag Race tendrás que coser antes o después, así que qué menos que defenderte con la Singer un poquito. Sethlas, mostrando con orgullo su rareza, decía que no cosería, que él no sigue la corriente de lo que hacen las demás.
Si hace un par de entregas Juriji chocó con Marina por ser pesada, la reina más internacional ahora no soporta a Estrella Xtravaganza por idénticas razones. Chica, qué carácter.
Ya en la pasarela, Sharonne vendió la historia de una mujer rica: su primera imagen era una reina llena de collares (con un traje muy sencillo), una auténtica urraca que se va a por todo lo que brilla. La segunda moda fue la de una señora con un traje hecho de euros, y la drag del futuro estaba llena de oro, asegurando que en siglo XXX será la principal moneda de cambio. Su tercera imagen era brillante, y se comía con patatas a las propuestas que había traído hechas de casa. Muy bien hilado.
Estrella Extravaganza salió vestida de algo así como una templaria, aunque ella se definió a sí misma como “mercernaria”. Poco pulido ni favorecedor, la verdad. Su segundo look fue un Franco 'mariconizado', con el culo azotado, y el tercero ella lo vendió como un robot militar… Si ella lo dice, quién soy yo para decir lo contrario. Llevaba en el cuello un cacharro metálico en el que vienen los pollos asados; las tetas las tenía cubiertas con una pieza mínima, y los pantalones eran una suerte de chaparreras metálicas… Un almodrote. Ella sabía que iba a lipsync con tal aspecto, y era normal: es de lo peor que se ha hecho nunca en el programa. Durante toda la edición Estrella estaba adquiriendo mucho protagonismo, hablaba mucho en el confesionario, y llegué a temer que se fuese a ir esta semana.
Veneditta Von Däsh se inspiró en la Luna y en los primeros astrónomos para su traje del siglo X; para el XX se inspiró en Carmen Polo, la mujer de Franco, llena de collares, incluso se sacó perlas de la entrepierna; fue divertido, pero el traje en sí era demasiado sencillo. Y para el siglo XXX se hizo un traje con mucho volumen con materiales de desecho, dando a entender que el reciclaje es el futuro. Consiguió un rollazo muy bueno, muy excesivo, pero sin parecer una montaña de basura.
La Mezquita de Córdoba fue la inspiración de Diamante Marybrown para la moda del siglo X, aunque como criticó el jurado, faltó algo más que unos bellos estampados. Como dato, la Mezquita se construyó en el siglo VIII, pero compro la idea, aunque no así la forma en la que me la vendió. En el siglo XX se inspiró en Gaudí, sin aterrizar del todo, y para el siglo XXX se construyó un traje-edificio en ruinas, con un colador haciendo de antena en la cabeza. Fue una pena que sabiendo coser acabase entregando algo tan regulero, y sin proporciones bonitas.
Como consejo a reinas que vayan a concursar en el futuro: nunca te coloques un objeto de los 20 duros y creas que lo vas a vender como otra cosa sin decorarlo a hierro previamente. Un colador en la cabeza seguirá siendo un colador, una cometa en la espalda será una cometa y no unas alas, y así con el resto.
La comunicación fue el eje de las tres paraserlas de Drag Sethlas: primero desfiló con un traje en el que estaban estampados los primeros manuscritos españoles que se conservan. En la segunda se inspiró en Internet, en un traje con muchísimo rollo, el pelo hecho de cables, un ordenador desmontado alrededor del cuerpo… Una fantasía. Para el tercer look, hecho exclusivamente de cartón, Sethlas se basó en la falta de comunicación: llevaba la boca cerrada, y las manos con unas cajas en forma de punta, que le impedían comunicarse de forma verbal y le limitaban al máximo la no verbal. Soberbia, muy bien hilado.
Marina también quiso llevar un mismo personaje a lo largo de los años: empezó el desfile con un traje de novia de inspiración pagana, con mucho trigo. El siguiente traje de novia estaba hecho de bolsas de plástico, que era bonito y funcionaba en la pasarela según el ángulo, y terminó con una nueva novia que abogaba por las relaciones sin etiquetas. Este traje fue un auténtico patinazo, no se entendía nada y parecía que se había colocado cuatro cosas que había encontrado en la basura encima. Adoro el drag de Marina, pero no hizo bien los deberes de saber coserse aunque sea un trajecito sencillo que luego recargar de cosas pegadas.
La pasarela la cerró Juriji der Klee, que empezó vestida de monje y se quitó el hábito (en un ruveal poco limpio) para mostrar su versión de Juana de Arco. Luego desfiló medio en pelotas como una sueca que aboga por la libertad en el siglo XX, con el felpudo muy frondoso, y terminó con un traje plateado con grandes pechos, muy futurista de manual, y muy sencillo. Ella decía que se había inspirado en Barbarella y Jean-Paul Gaultier; tampoco voy a contradecirla yo, que nunca he leído el Vogue.
En el panel de jueces estaba Choriza May, drag valenciana que participó en Drag Race UK temporada 3, y estuvo brillante con sus comentarios. Ojalá el año que viene vuelvan a invitarla, porque dio muchísimo juego, con una gran cantidad de paridas por minuto cuadrado.
Sharonne fue salvada; y esto supone una novedad en el concurso a estas alturas, pues siempre había estado en lo más alto. Y creo que en el capítulo de anoche también se lo merecía, la verdad.
En lo más bajo colocaron a Marina, Diamante Marybrown y Estrella Xtravaganza; lo de la primera me generaba ciertas dudas, sobre todo, por lo brutal de su primer look, como dama del maíz.
En lo más alto, por lo tanto, estaban Drag Sethlas, Veneditta y Juriji. Me dio la sensación de que Juriji está un poco protegida; le pidieron drag español del siglo X y entregó a Juana de Arco, que era francesa y del siglo XV, y nadie lo comentó, ni siquiera. Su segundo look era más desnudez que ropa, y eso habría sido intolerable si lo ofrece otra participante. Y terminó con un traje que no le hacía ninguna clase de proporción, y que era de lo más básico. Sin embargo, Los Javis, Supremme Deluxe, Anna Locking y Choriza la posicionaron en el top. Sethlas fue la mejor de la noche, anotando su primera victoria; yo la veo como una posible finalista o ganadora.
Al playback final fueron Estrella Xtravaganza y Diamante Marybrown. Se les pidió que interpretasen ‘Se nos rompió el amor’, de Rocío Jurado, demostrando que la más grande no es patrimonio exclusivo de Mediaset. Destacar, además, el guiño a Rocío Jurado con un “sí tiene coño” que le dijeron a Juriji en su look de sueca, en la que presumía de frondoso felpudo.
Fue chocante ver a Diamante y Estrella sincronizar labios con mucho drama y muy buena interpretación vestidas de una forma tan horrible, una con el torso desnudo y la otra con el colador-antena en la cabeza.
Finalmente, Estrella fue la concursante que se quedó, y Diamante Marybrown hizo las maletas, en su segunda noche en lo más bajo. Quedan cuatro entregas para acabar la temporada, y Juriji y Marina tienen que ponerse las pilas si quieren llegar a la final con méritos para alcanzar la corona. Son las únicas a las que, hasta el momento, la victoria se les resiste. Aunque recordemos que Jujubee fue dos veces finalista de Drag Race sin haber logrado nunca un win, y que en Italia la ganadora tampoco fue la mejor de la noche en ninguno de sus capítulos, así que no tienen que perder la esperanza.
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