Uno de los concursantes que más se están dejando notar en la actual temporada de MasterChef es Luismi Regidor, un bombero de Guadalajara que quería dar un cambio a su vida cambiando la manguera por los fogones. Ya en la primera noche demostró ser uno de los rivales más débiles: de hecho, no pasó el primer corte, pero los jueces Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz decidieron confiar en él y salieron a darle un delantal blanco, lo que le convertía en concursante de pleno derecho.
Aquello no fue un espejismo, ni un problema de nervios: Luismi lo hizo mal porque no sabe demasiado de cocina. No es, ni de lejos, uno de los participantes más aplicados. Hace unas semanas tuvo que reintepretar uno de los platos más fallidos del programa, el famoso ‘león come gamba’, que no solo no consiguió mejorar, sino que lo empeoró. Demostró que no tiene mucho gusto culinario, y también que se toma un poco a guasa su experiencia en MasterChef, que ahora cumple su décimo aniversario.
Pasan las pruebas, los días, y Luismi sigue sin atinar. En la prueba inicial del pasado lunes tardó una hora en entregar unos huevos benedictinos. No escuchaba las indicaciones de Samantha Vallejo-Nágera, caía en los mismos fallos una y otra vez. Los jueces terminaron dándole un mandil negro, que le llevaría a la prueba de expulsión, pero tras una digna prueba de exteriores se libró de la misma.
Esa misma noche, los aspirantes que se jugaban la permanencia tuvieron que elaborar un plato de pasta, y los resultados fueron muy malos. Tanto como para que los jueces decidieran eliminar a dos concursantes, Patricia, quien tenía algunos momentos brillantes, y Teresa, a quien muchos veían como una de las potenciales finalistas de este año. Cuando se anunció la expulsión de ambas, Luismi dio unas palabras de ánimo desde la grada que no cayeron nada bien a los demás compañeros, que le pidieron que se estuviese callado, demostrando que no casa con los demás.
Luismi se ha convertido así en el gran enigma de la edición. ¿Cómo consigue permanecer en el concurso alguien que no cocina a la altura de sus compañeros? ¿Es mejor acaso que Teresa, que ha demostrado una gran disciplina programa a programa? A Luismi no se le da bien ningún tipo de plato, ya hablemos de guisos, postres o alta cocina. Pero al final, consigue estar en el equipo ganador, o tener una buena prueba, o se beneficia simplemente de que sus compañeros lo han hecho mucho peor para continuar.
Se suponía que en esta nueva temporada MasterChef se sacudiría su aire de reality para potenciar el concurso culinario, tal como prometió José Manuel Pérez Tornero, presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, en la Comisión Mixta de Control Parlamentario de la Corporación RTVE y sus Sociedades tras la muerte de Verónica Forqué. Pero está comprobado que el propósito no se ha cumplido en absoluto.
Al bombero manchego le han asignado el rol de ‘trade season’, el guapo de la temporada. Durante varios programas se le preguntaba por su relación con Eva y Patricia (ya eliminadas), se hablaba de su “culo caramelo”. El lunes pasado Josie visitó las cocinas en las primeras pruebas y habló con él sobre sus musculadas piernas y el tipo de corte de pantalón que le favorece. Parece responder más a un perfil concreto (y polémico, porque pone a muchos de los nervios) que al de un aprendiz de cocinero con ganas de trabajar entre fogones.
Ahora que sus carpetas han finalizado, ya que no podrá tontear con Eva (que acabó con Jokin, de hecho) ni con Patricia (con la que partió peras), su trayectoria podría estar más cerca del final. Y ojo, que él no tiene la culpa de aguantar en el programa, ni mucho menos. A quienes habría que pedir cuenta son a los jueces, o a quienes están por encima, porque solo hay que darse una vuelta por las redes sociales para comprobar cómo son muchos los espectadores que se preguntan cómo puede seguir aspirando a los 100.000 euros del premio.
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