Supervivientes es un reality en el que los concursantes, aparte de seguir sus estrategias y de luchar por ganar las pruebas, se enfrentan a unas condiciones extremas que ponen al límite su salud física y mental, algo que se refleja en las impresionantes transformaciones físicas que protagonizan los supervivientes durante su estancia en Honduras.
En esta edición algunos de los expulsados ya han protagonizado los cambios más impactantes que se recuerdan en el reality. Es el caso, por ejemplo, de Rubén Sánchez, que en sus 24 días en la isla perdió 16,9 kilos; o de Desi Rodríguez, que ha sido la última expulsada hasta la fecha y se ha dejado en los Cayos Cochinos nada menos que 19,9 kilos.
Pero en los supervivientes que continúan en el concurso también son más que evidentes sus pérdidas de peso, aunque hasta su salida de la isla no se conocerán las cifras exactas que han perdido. Uno de los concursantes en los que más se nota el paso por la isla es Alejandro Nieto, cuyo cuerpo evidencia el hambre y las condiciones extremas de su aventura.
El novio de Tania Medina ha perdido mucho volumen corporal y su figura está mucho más definida que cuando comenzó su concurso, donde mostró una imagen muy distinta a la que los espectadores que le vieron en La isla de las tentaciones y sus seguidores en redes tenían de él.
Y es que una de las estrategias del gaditano para prepararse de cara al reality fue ganar un peso considerable para poder tener 'reservas' y afrontar mejor la falta de alimentos a las que tendría que enfrentarse en la isla. Así, en sus primeros días en los cayos el concursante sorprendió a la audiencia con un cuerpo en el que no había ni rastro de los abdominales de los que suele presumir en sus fotos.
Ahora, su larga estancia en el reality ha convertido radicalmente su figura, mostrando una impactante delgadez que evidencia lo que todos los concursantes de Supervivientes repiten a su vuelta a España: que el formato es mucho más duro de lo que puedan expresar con palabras.
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