Justicia poética, como diría Sandra Pica. Anoche asistimos a uno de los momentos más emotivos de la última década de Supervivientes, según Jorge Javier Vázquez, y con la propia Lara Álvarez refrendándolo. Y tan jovial y solemne momento fue el de la expulsión, merecidísima por otra parte, del cuñado de Isa Pantoja, Anuar Beno. La propia Palapa se enfundó en una lacrimógena despedida de una de las personas que peor lo ha hecho pasar allí a los compañeros. No entiendo por qué fue para tanto.
Anuar, que posiblemente el domingo ya vuele hacía España, ha sido el peor concursante de la edición, por muchísimas razones. En primer lugar, por sus faltas de respeto y saber estar para con los compañeros. Criticadas fueron las palabras que profirió a Juan Muñoz, tildándolo de fracasado, o a Ana Luque llamándola vieja, entre otras lindezas. El mismo Anuar, anoche en su despedida, se lamentó de haberse comportado de esa manera y pidió disculpas a los ofendidos. Honestamente, no me las creo. El hermano de Asraf sea ha comportado como un niño pequeño. Cuando era señalado, pedía disculpas a regañadientes y, aún así, volvía a las andadas. Su evolución ha sido nula pese a que él hizo una lectura heroica y épica de su concurso.
También le ha lastrado su mal carácter y mal genio por perder muchas de las pruebas. Se comportaba como un auténtico desdichado. Anuar, los demás no tienen culpa de tu mal perder y de lo deficiente que eres en las pruebas. ¿Cómo concursante? Pues aprobado. También hay que resaltar que ha dado mucho contenido, pero el quid de la cuestión sería: Pero, ¿de qué calidad? No es excusable tratar mal a tus compañeros con la premisa de dar contenido. Nunca debería servir como justificación.
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Un ejemplo sería Kiko Matamoros. Y no me voy tan lejos. El colaborador de Sálvame ofrece una retahíla de contenidos y nunca insultando ni faltando el respeto a nadie. Ese sí es el contenido de calidad que el espectador merece. A modo de conclusión, el concurso de Anuar Beno podría resumirse en el siguiente epitafio: “El concursante que nadie pidió y que lo dio todo (para mal)”.
¿Y Nacho Palau? Menudo personaje que ya empieza a asomar la patita. Ayer quedó patente su mala conducta y su poco decoro para con los compañeros y el equipo del programa. Creo que el escultor está despertando, y la imagen de bonachón se le caerá con la misma rapidez que con la que él recurre al insulto. En su caso, sí hay que reconocer que usen muy buen superviviente. Ayer lo demostró en la noria infernal junto a Alejandro.
Aunque quisieron darle a la prueba un cariz histórico. Lo siento, pero no se dejó Sofía Suescun el alma y la piel en la prueba hace cuatro años para que ahora la quieran desbancar. Aún recuerdo esa épica noche en la que medio país contuvo la respiración cuando la posterior ganadora de Supervivientes 2018 se enfrentó a la prueba más dura del formato de manera heroica. No quitaré méritos a Alejandro y Nacho, naturalmente. Muy buenos jugadores y muy buenos supervivientes. Pero para nada equiparables a Sofía. Su impronta en Honduras aún sigue resonando, cuatro ediciones después.