El pasado 2015, Pesadilla en la cocina se desplazaba hasta el establecimiento de Sole Álvarez, una hostelera de Zamora dueña de El Zamora (antes Café Zamora). Después de más de cinco años, esta participante del programa presentado por Alberto Chicote ha querido contar la verdad de su experiencia.
Su local no pasaba por una buena época, eso era evidente, pero para Sole el problema residía en la falta de obediencia por parte de sus empleados. Chicote aseguraba que la forma en la que la dueña se dirigía a sus empleados no era correcta, de hecho, cuando ya terminó la 'famosa reforma' que se realiza a todos los locales, Chicote le dedicaba estas palabras: "Tienes una forma de hacer las cosas que te van a llevar al mismo agujero donde estabas cuando me llamaste".
La tensión entre Sole y Chicote era evidente, incluso el cocinero llegó a abandonar el local junto a todo su equipo antes de completar el proceso completo de apertura. "Si quieres me voy ya", decía Alberto, a lo que la hostelera respondía que no iba a "decirle que no".
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Al finalizar el episodio, el cocinero le volvía a dedicar unas palabras a Sole Álvarez. "Me voy con la satisfacción del trabajo bien hecho, he querido que Zamora fuese un sitio con toda la proyección del mundo. Donde no me quieren ya sé que me tengo que ir, y lo siento mucho, porque creo que el equipo podía ser bueno, y lo siento por Sole, pero como no cambie, lo que he hecho aquí no va a servir de nada.", sentenciaba.
Una tirante relación que la dueña del local ha querido recordar en una entrevista concedida al canal de YouTube de cocina, Cenando con Pablo, donde no ha dudado en narrar los peores momentos de la grabación. La cual se produjo en 2015, pero el episodio no se emitió hasta dos años después, en 2017.
"Es todo un guion y una provocación. Por audiencia no puedes cargarte a una persona. Psicológicamente quedé muy tocada, con ayuda psicológica, parecía que veía fantasmas por todas partes. La gente habla por hablar, porque no conocen el tema. Lo que no entiendo es que viendo cómo se me puso, de maltratadora, psicópata...", añadía.
Además, asegura que todos los "comensales" que acuden a los programas "son elegidos por ellos y saben lo que tienen que hacer y decir", pero según apunta la protagonista una de las mesas que acudieron a comer eran sus familiares, a los cuales la producción del programa "les obligaron a reclamar".