¿Quién podría ganar Supervivientes 2023? Fue una pregunta que me surgió ayer al filo de las dos de la mañana cuando Alejandro Nieto, el cándido chaval andaluz, se alzó con el cheque de los 200.000 euros y en consecuencia, con el título de ganador de Supervivientes 2022. Completamente injusto. Sin embargo, tampoco me sorprende. Si cuando las votaciones aún eran de pago, ya se hizo ganador a un hombre que incitó a la violación o a otra mujer, cómplice de la violencia vicaria, ¿de qué nos podemos sorprender a estas alturas?
Realmente, con este criterio, raro es que no hubiera ganado Alejandro. Un maravilloso superviviente pero una pésima persona. Y una mala persona nunca será un buen ganador de Supervivientes.
Muchos intentan separar la persona y el superviviente, pero son un ser indisociable. Por mucho que quieran vender que Alejandro ha sido un superviviente ejemplar, que no lo discuto porque ahí están los datos, habría quizás que discutir su idoneidad moral y ética. Que muchas veces parece ser que no quiere ser la recta y honorable que todo ser racional y mínimamente avanzado intelectualmente debería de tener. ¿A cuántos colectivos le habrá faltado ofender a Alejandro? Por faltar, le habrá faltado alguno que desconozca de su existencia. La victoria de Alejandro tiene un trasfondo social incluso. Y lo que esconde, es la vergüenza social que deberíamos de sentir cómo país. ¿Acaso un país avanzado, concienciado e intelectual podría permitirse que un ser del calibre de Nieto se alce con el premio de un programa que han visto millones y millones de espectadores?
¡Cuánta autocrítica deberíamos de hacer! Ahora Alejandro seguirá campando a sus anchas con sus gestos reprobables y su lengua viperina y ofensiva. ¿Y qué importa? Si España me hizo ganador de Supervivientes, por algo sería. Esa será su coartada ahora. Desde aquí le doy mi más sincera enhorabuena a todas y cada una de aquellas personas, aparentemente sin ningún tipo de interés intelectual, que ha votado a Alejandro como ganador. A él le convertís en el ganador, y a nosotros, como país, en una absoluta vergüenza. Que venimos de una Olga Moreno, que se ha desmontado incesantemente, que ha sido cómplice de la violencia vicaria que se ha ejercido y se sigue haciendo contra Rocío Carrasco. Que venimos de otra victoria de Omar Montes, un señor que incitó plácidamente y sin reparos a un abuso sexual. ¿Realmente os paráis a pensar a quién votar? Me genera muchísima inquietud. Parece que intentéis buscar como ganador a la persona con más historial inmoral de la televisión. Es desconcertante como habéis hecho ganador a una persona cómplice del maltrato animal, que ha tratado a su novia delante de todo un país de manera condescendiente con lo que ello implica, que se ha reído de manera peyorativa pública y abiertamente de la condición sexual de un compañero de programa… Y así una retahíla de lindezas.
Alejandro, posiblemente, sea víctima de un solo fenómeno. Y es el de la ignorancia. Realmente, una persona mínimamente desarrollada intelectualmente se hubiera parado a pensar ciertas cosas que Nieto ha hecho sin reparos. Ayer, sin ir más lejos, sus primeras palabras como ganador fueron un: ¡he ganado, el que no lo merecía!, mientras se reía de manera burlona de Juan Muñoz. Mal ganar hasta el final. Espero, y de corazón, que estéis orgullosos, como personas, de haber auspiciado a una persona de este calibre. Que disfrute de su premio y que saboree la victoria. Ayer tuvimos la oportunidad de revertir la involución que llevábamos en este género, pero definitivamente se han minado las posibilidades. Solo diré una cosa más: la victoria de Alejandro debería de avergonzarnos como país.
Supervivientes 2022 ha llegado a su final. Una edición que llegaba como un auténtico salvavidas para la programación de la cadena principal de Mediaset España y con un casting prometedor como no los ha habido desde el de Gran Hermano VIP 7. Finalmente, no ha estado a la altura de las expectativas. Todo se diluyó tan rápido que no dio tiempo a saborear nada. Me quedo con la participación de Kiko Matamoros en esta edición y poco más. No será recordada por mucho más. Honestamente, siento que ha sido una edición muy vacía, intrascendental e irrelevante. Como que sobra del palmarés de la historia del programa. Bueno, esta y las dos anteriores. Yo hubiera finalizado Supervivientes con la edición del 2019. ¿Qué mejor colofón a un programa tan épico que la edición más vista de la historia con Isabel Pantoja como cabeza de cartel? Hubiera sido un broche de oro digno para un formato ilustre de la televisión del nuevo siglo.
Con los micrófonos ya cerrados tanto en Honduras como en Madrid, surgen varias preguntas. ¿Habrá Supervivientes 2023? ¿Quién lo podría ganar siguiendo esta línea? El tiempo lo dirá. Lo que está claro es que el género necesita una reformulación y recuperar la magia de antaño. Desde GH VIP 7, que no ha existido ningún reality que nos haya hecho vibrar como conseguían hacerlo. Ansío la vuelta de Gran Hermano VIP, pero no a cualquier precio así cómo una nueva edición de Supervivientes. Que recuperen la magia, la liturgia y la sensación de estar dentro cada jueves. 22 años de historia del género han demostrado que cuando se ha querido, se ha hecho. Se escribe la última página de la historia de Supervivientes 2022 con algún acierto y varios errores que pulir. Cerramos micrófonos.