RTVE espera que el nuevo curso televisivo abra un camino de esperanza y brotes verdes que deje atrás por fin la crisis que sufre su televisión. Un año y medio después del nombramiento de José Manuel Pérez Tornero como presidente de la Corporación, la situación de TVE no parece mejorar y por ello la cadena pública se plantea cambios para la próxima temporada, entre los que estará una profunda renovación de su identidad visual, para la cual ya buscan a una agencia que asuma esta tarea.
14 años después de estrenar su actual imagen corporativa, que fue muy aplaudida en su momento, el ente público volverá a modificar su identidad, la cual pretende lanzar el próximo mes de enero, coincidiendo precisamente con la llegada del evento que ya es uno de los grandes hitos de la actual directiva: el Benidorm Fest.
La cadena pública ha abierto el proceso de licitación para encontrar a una agencia que se encargue de la estrategia para crear una nueva identidad visual acorde a los tiempos. Entre los objetivos de este nuevo rebranding está, según consta en los pliegos técnicos de la convocatoria, el de "resolver los problemas actuales de la marca" y dar "un salto cualitativo que refleje el proceso de transformación interno que está viviendo RTVE".
Con su nueva imagen, RTVE quiere mostrarse como una "corporación rejuvenecida, vanguardista, ágil, eficaz y abierta", aspectos que la acercarían a un target joven que se ha ido alejando de la cadena pública y que es vital para recuperar la relevancia perdida.
El procedimiento para la presentación de candidaturas está abierto en el portal de licitaciones de RTVE hasta el próximo 9 de septiembre. El presupuesto estimado para la contratación de este servicio de consultoría de marca es de unos 370.000 euros sin IVA, por lo que el presupuesto base de la licitación asciende a 447.700 euros. Esta cuantía es la que la Corporación dispone para destinar al servicio, aunque las empresas candidatas podrán presentar propuestas de menor coste del especificado en los pliegos.
Importante desafío
A mediados de 2008, RTVE acometía el que sin duda ha sido el cambio más ambicioso de su historia en cuanto a su imagen corporativa. Tras el nombramiento de la nueva cúpula en enero de 2007, con Luis Fernández al frente, la Corporación se propuso crear una nueva identidad que unificara a todas las submarcas de RTVE en torno a la "marca madre".
Aquel rebranding estuvo liderado por SUMMA, una de las consultoras más prestigiosas del país. La nueva marca RTVE nacía del concepto de la luz, que "simboliza renovación constante y expresa calidez, cercanía y pasión", según afirmó el entonces presidente de la Corporación.
Esa identidad visual, que se ha mantenido hasta la actualidad, diferenciaba a las distintas sociedades de RTVE con colores identificativos: degradados del naranja para RTVE, azul para TVE y rojo para RNE. "No es un simple cambio de logo -indica Luis Fernández- sino un planteamiento de marca global, con la voluntad de mostrar movimiento y acción. Con ello queremos dar a entender que RTVE evoluciona y se adapta a una nueva era audiovisual, en definitiva a una nueva etapa", dijo entonces Fernández.
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Aquella ambiciosa 'reforma' de la marca RTVE acabó costando 750.000 euros, el doble de lo que ahora la Corporación ha estimado para estrenar imagen el próximo 2023. Pero el precio no es la única diferencia, ya que en septiembre de 2008, cuando se presentó la actual identidad de la radiotelevisión pública, La 1 de TVE promediaba un 16,4% de cuota, mientras que en 2021 la cadena marcaba su mínimo histórico anual con un 8.8%.
Evidentemente, este proceso de renovación debe ir acompañado de una estrategia de programación ambiciosa y que apueste por devolver la relevancia a la televisión pública, un objetivo que por el momento no se ha logrado cumplir en la RTVE de Tornero. Sin embargo, cabe recordar que tras el último rebranding La 1 logró volver a liderar durante tres años consecutivos (entre 2009 y 2011) tras haber perdido el primer puesto en 2003. Ahora el horizonte es muy distinto para TVE, que con el liderazgo muy lejos de sus posibilidades, aspira al menos a frenar la caída que está sufriendo y a poder sentar las bases para salir de una crisis que no tiene visos de acabarse a corto plazo.