La relación entre Rocío Carrasco y Gloria Camila Ortega lleva años completamente rota. Sin embargo, su actual conflicto no siempre fue tal y hubo una época en que la relación entre ambas era de confianza y cariño. Mucho se ha especulado en este tiempo sobre el motivo por el que esa cercanía se dinamitó, pero ahora es la propia Rocío quien narra en su docuserie En el nombre de Rocío lo que sucedió.
La hija mayor de Rocío Jurado recuerda con ternura, y sin poder evitar emocionarse, sus vivencias junto a Gloria. Así narra el último evento en el que ambas posaron juntas, en el bautizo de la hija de Chayo Mohedano. "Gloria se vistió en mi casa con Rocío. Las vestí y las preparé a las dos", cuenta con los ojos vidriosos.
"A la Gloria que yo recuerdo es esa Gloria pizpireta, graciosa, muy lista e inteligente, era una niña muy zalamera en el buen sentido de la palabra, se quedaba con la gente", dice entre lágrimas. "Me acuerdo de que se ponían las dos mano a mano, Gloria y Rocío, cada una por un lado a acariciarme el pelo... Era una niña muy linda", comenta.
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Rocío desvela cuándo fue la última vez que vio a Gloria Camila, entre finales de mayo y principios de junio de 2012: "Ellos habían venido de Sevilla y estaban en casa de su padre en Madrid, yo los invito a casa y vienen Gloria, José Fernando, Macarena y Leonor, que son las hijas de Leonor, la hija de Conchi", explica.
Pocas semanas después de esa cita familiar se produjo la paliza de Rocío Flores a su madre por la que fue condenada judicialmente aún siendo menor. Mientras lidiaba con el dolor emocional de ese episodio, antes de las navidades de 2012 Rocío Carrasco recibió una llamada de Ortega Cano. "Desde el principio es una llamada de auxilio, en el sentido de 'échame una mano'. Gloria estaba teniendo una adolescencia complicada, más difícil que la de un adolescente en circunstancias normales", relata.
El torero le pidió a su hijastra que hablase con Gloria Camila para tratar de hacerle ver que estaba tomando decisiones equivocadas. "Yo, aunque llevaba todo lo que llevaba pasado, accedo", asevera Rocío. Y agrega: "La llamé, estuve hablando con ella. No voy a entrar en detalles, una conversación entre una hermana mayor y una hermana pequeña. Ella reacciona bien".
Según el relato de Rocío, en aquella conversación le insistió a su hermana pequeña en todo lo que a su madre, Rocío Jurado, le habría gustado que hiciera. La llamada terminó con un "vale, hermana, te voy a hacer caso". Sin embargo, a los tres días Ortega Cano llamó de nuevo a Rocío con un tono totalmente distinto a la anterior ocasión: "Empieza a decirme que quién me creo yo, que quién soy yo para decirle a su hija cómo se tiene que comportar, que yo no soy su madre...".
Ante esa inesperada reacción del diestro, Rocío se ve desbordada y decide apartarse. Cabe recordar que en septiembre de 2011 el médico ya le había diagnosticado "síntomas de depresión con insomnio, sensación de tristeza y de acción mórbida, sensación de estar bajo presión, todo debido a la situación de acoso por parte de su exmarido".
A pesar de su delicado estado, Rocío intentó ayudar a su hermana: "Yo iba a hacer un esfuerzo porque esa situación se solventara y de repente me encuentro una vez más que me han dado otra hostia que no he visto de dónde venía", lamenta en la docuserie. Por ese motivo, decidió apartarse definitivamente de su familia y "desaparecer". "No creo que [Gloria] lo sepa, supongo que se enterará ahora si no se enteró en 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'", explica Rocío Carrasco, que está totalmente convencida de que su hermana ha recibido una versión distorsionada de la historia.