Este jueves, First Dates tuvo una particular cita. Y es que Carlos Sobera dio la bienvenida a un soltero llamado Ramón, vecino de Bilbao, que se define a sí mismo como un artista multidisciplinar. Para conocer a su acompañante, este hombre decidió enfundarse una máscara de látex de gran realismo, que llenaba su rostro y su cabeza de arrugas, que en algunos momentos podían confundirse con quemaduras.
Era una estampa bastante rara, incómodo. “¡Joder! Estoy un poco impresionado, en shock. Ahora me explicas esto... ¡Madre mía!”, llegó a exclamar Carlos Sobera, el presentador del programa, al darle la bienvenida al restaurante más conocido de la televisión. Entonces Ramón explicó que pensaba pasarse toda la velada tras la careta, y que es una performance que lleva desarrollando desde el año 2002. Con ella solo quiere denunciar “el culto a la belleza y a la juventud eterna. Me hice una máscara de mi propia cara de viejo”. Del mismo modo, criticó la gerontofobia, “el odio al viejo y a la gente mayor respecto al culto a la juventud”.
Los espectadores dejaron sus impresiones a través de las redes sociales, como era de esperar. Algunos veían muy injusto que su cita, que se llamaba Amparo y era natural de Valencia, tuviese que pasar por semejante trance. Otros, sin embargo, decidieron tirar de humor, y sacaron todo tipo de parecidos a Ramón con el mismísimo Kiko Matamoros.
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“¿Alguien me puede decir qué hace Kiko Matamoros en First Dates?” preguntaba un usuario. Otro aseguraba que Ramón era el propio Matamoros cuando ya no tenga más piel que estirarse, y había quien tiraba de parentesco y aseguraba que Ramón no era Kiko, sino su primo.
A pesar de lo chocante que pudiera parecer esta primera impresión, lo cierto es que Amparo conectó muy bien con Ramón. Ella también es artista, y se dedica a la fotografía erótica. Durante la cena, ambos contaron que sufrieron accidentes de tráfico en su pasado, y que tuvieron graves heridas en la cara.
Al final, el amor acabó triunfando una vez más en First Dates. A pesar de no ver su verdadera cara, Amparo quiso tener una segunda cita con Ramón, y el de Bilbao, lo mismo. Entonces ella le pidió que se quitase la máscara, y pudimos ver la verdadera cara del soltero, que estaba contento de poder irse a casa más fresquito.