El emblemático, mítico y se diría que inmortal presentador Ramón García (60 años) no conoce rival en las tardes de la cadena autonómica Castilla-La Mancha Media, con su programa En Compañía. Para aquellos que no lo sepan -sí, hay más vida más allá de lo nacional-, este espacio es de entretenimiento y consiste en buscarle pareja o compañero de vida o mera amigo a las personas mayores y, así, hacerles más llevadera su soledad.
"Cada tarde el programa se acerca a los hogares castellanomanchegos para que personas que están solas consigan acabar con su soledad. Tres personas darán a conocer su historia. Muchos han enviudado o no se casaron, otros no desean vivir con sus hijos porque prefieren seguir siendo independientes y dueños de su espacio, su tiempo, su manera de vivir y no suponer ninguna carga para los demás", rezan desde la página web.
Y cumplen, con creces. Vamos, un programa que le viene como anillo al dedo al presentador. En Compañía es la versión manchega de La tarde, aquí y ahora, el programa de Canal Sur TV de Juan y Medio (59). A mí me parece importantísima la labor que desempeñan ambos, y su impronta y personalidad quedan sobradamente demostradas en sus respectivos programas. En el caso de Ramón, uno de sus mayores atractivos en televisión es su campechanía.
Un tipo simpático, llano, amable, próximo. El Ramontxu de todos. El hombre de la capa en las Campanadas de TVE con Ana García Obregón (67), que se metía en nuestras casas como uno más. El presentador que hablaba como la calle. Ramón lo ha hecho todo en televisión, y por su orden. Programas, concursos, Campanadas... ¡y hasta ha sabido reinventarse dando la bienvenida al Nuevo Año con Ibai Llanos (27)!
No obstante, algo le pasa a Ramón García. Últimamente, su humor se ha revirado y ya son varias las ocasiones en que no ha dudado en ponerse bravo en directo, malhumorado y sacando, en definitiva, su peor versión contra el mundo y, en particular, contra algunas mujeres. ¿Qué le pasa realmente al presentador? El pasado mes de julio, ya protagonizó un tenso momento cuando, acompañado por Gloria Santoro, llamó a una persona aleatoriamente para darle un premio.
"Buenas tardes, señora. Disculpe que la moleste, soy Ramón García, la llamo del programa de televisión En compañía, de Castilla-La Mancha Media", comenzó, al principio de buenas, Ramón.
"Déjame de tonterías, por favor. Venga, hombre, váyase usted a tomar viento fresco", contestó la mujer. Una reacción que molestó sobremanera al de Vizcaya, que brotó y estalló: "Pues a mí tampoco usted, adiós, señora, buenas tardes. Qué gente maleducada hay. Qué asco, qué gente más maleducada. De verdad, hay gente faltona y maleducada, coño. Con todo el cariño, con todo el respeto, váyase a tomar por culo, hombre".
La cara de su compañera, Gloria Santoro, era todo un poema en ese momento. La chica congeló la sonrisa al tiempo que pensó 'tierra, trágame. Que pase este momento rápido'. "A lo mejor la hemos pillado que tiene un mal día", expuso Santoro. "Que me da igual, que estoy hasta las pelotas de gente maleducada. Si la gente es educada, somos educados. Si son maleducados, nosotros también", remachó el desaguisado Ramón García.
Los comentarios que se leyeron entonces en redes eran claros y ponían a caer de un burro al siempre impecable Ramón García: "En ningún momento ha sido maleducada la señora. Y sí, hay gente que considera los concursitos de televisión una tontería, y no me extraña", "El maleducado es él". Sin duda alguna, la imagen del comunicador ha cambiado de un tiempo a esta parte. A (mucho) peor. Y la guinda del pastel la puso a mediados de este mes de octubre, cuando la volvió a liar parda.
En esta ocasión, Ramón ha explotado contra aquellas mujeres que cuestionan y critican y afean a otras cuando acuden a su programa. Domi, una señora de 84 años procedente de Cobeja -Toledo-, acudió al programa en busca del amor o de alguien que le dé "compañía", ya que lleva viuda muchos años. "La gente es muy mala y se mete en la vida de quien no se tiene que meter. No quiero que hablen mal de mí por venir aquí a buscar una pareja", comentó, inocente, la señora.
Sin saber, eso sí, la que vendría a continuación. La hiena estaba despertando. "¿De verdad que hay señoras que critican a otras por venir a aquí? Hay que ser atrasada, retorcida, retrógrada, idiota e imbécil para meterse con otra señora porque viene a ser feliz", comienza en su discurso un encendido Ramón García.
El que fuera conductor del Grand Prix aumenta el tono -¡a cubierto que tiene lo peor!-, y les manda un duro mensaje a aquellas que hayan criticado alguna vez a las invitadas de su programa: "Son ustedes unas comadrejas. Quédense en su casa, pero no se metan con las demás. Muéranse solas del asco, pero dejen a las demás ser felices". No estoy diciendo que, en el fondo, Ramón no tenga la razón. Toda la del mundo, pero las formas... dejan mucho que desear.
Sorprende, y mucho, este Ramón sin filtros, a calzón quitado. A la mínima, salta. Está, parece, muy irascible. ¿Qué le pasa a Ramón García? Claro está, antes no era así. Los malos, malísimos, dirán que el cambio en su comportamiento viene desde que se divorció de Patricia Cerezo. Bah, habladurías maledicientes. Nadie de su entorno consigue responder la pregunta que se formula BLUPER. Eso sí, algo le pasa, algo no marcha bien. Puede que sea, simplemente, una mala época. Puede. ¡Ojalá vuelva pronto el Ramón de siempre!