Lola Índigo es una de las artistas más reconocidas de la industria musical española. La cantante, tras cuyo alter ego se 'esconde' la joven Mimi Doblas, acaba de ganar el premio Los40 a Mejor Artista Directo en la Categoría España, galardón que recibió en una gala donde protagonizó un espectacular número junto a María Becerra.
Como es habitual en ella, en aquella actuación no faltó el baile, disciplina en la que Mimi se dio a conocer. "Creo que hemos tenido que ver en el crecimiento de esta creación de trabajo hacia la industria del bailarín", reconoce la artista en esta charla con BLUPER.
Pero esta polifacética joven de Granada no sólo sabe protagonizar espectaculares shows coreografiados con decenas de bailarines. Lola Índigo también es capaz de enfrentarse al pequeño escenario de un teatro, con la única compañía de su banda y su voz. Así lo hizo el pasado miércoles 16 de noviembre en el Teatro Eslava de Madrid, donde protagonizó uno de los directos de Cómplices Vibra Mahou, el ciclo de conciertos organizado por la plataforma de música de Mahou Cinco Estrellas que promueve encuentros únicos entre artistas, y sorprendió al público por su gran versatilidad, algo que confiesa que tenía muchas ganas de hacer.
¿Cómo te sentiste en el concierto del Teatro Eslava?
Tenía muchas ganas de hacer algo así porque la gente se acostumbrada a vernos en un contexto de show más grande, con bailarines y muy arriba todo el rato. De repente hacer algo más íntimo nos apetecía un montón. En realidad es mucho más complicado hacer lo otro, pero a la vez esto me daba respeto porque yo me siento muy cómoda moviéndome. Yo empecé en esta industria acogiéndome en el baile, estaba tan verde cuando llegó todo el fenómeno del programa y luego de la canción de 'Ya no quiero na' que me tuve que adaptar a la situación, me escudé mucho en mi baile para sentirme protegida. Poco a poco me he ido quitando ese hándicap que yo tenía, he tenido que aprender mucho y he tenido que estudiar mucho.
¿Sientes que ha sido un hándicap para ti ser la primera expulsada de Operación Triunfo?
¡Qué va, qué va! Fue un reto maravilloso y era difícil. A mí me emociona mucho cuando mis compañeros hablan de mí y de cómo ellos tuvieron más tiempo y más exposición y más aprendizaje y cómo me vieron trabajar. Fue fuerte, fue muy fuerte, ahora lo recuerdo y digo "¡Guau! No sé ni cómo lo he hecho". Al final es tener la humildad para meterte en una clase de canto, en una clase de baile, la humildad del aprendizaje diario y constante de sentir que nunca estás completa, que nunca estás preparada.
"Ser artista es pensar todos los días en dejarlo y decidir no hacerlo"
Cuando actuaste en Operación Triunfo 2018 como artista invitada, ¿no sentiste un ápice de venganza?
No, qué va. Cuando estábamos haciendo la prueba de sonido, Joe Pérez Orive se acercó y me dijo "la actuación de hoy te va a cambiar la vida". Y yo no sé si la vida, pero desde luego la percepción del proyecto sí. Yo recuerdo cuando nosotros empezamos a pedir llevar diez bailarines en un escenario. Era infumable para las cadenas y para las labels. Me decían "¿pero dónde vas? Es mucha pasta". Y ahora mismo estamos yendo a unos premios en los que cada artista lleva 20 bailarines, esto no pasaba antes. Creo que hemos tenido que ver en el crecimiento de esta creación de trabajo hacia la industria del bailarín.
Han pasado cinco años desde que participaste en Operación Triunfo. ¿Te ha dado tiempo de pensar en todo lo que te ha pasado en este tiempo?
Sí, de hecho lo pienso casi todos los días.
¿Y qué reflexión has hecho?
Que es tremendamente agotador. Que cuando lo sueñas no tienes ni idea de lo duro que va a ser a nivel mental y físico, a nivel lucha para defender tu idea hasta el final y que otro te apoye... Defender tus ideas diariamente es un trabajo muy costoso. Hago lo que me gusta y lo que siempre he soñado, pero sí es verdad que ayer hablaba con unos compañeros que esto de ser artistas es como pensar todos los días en dejarlo, pero siempre decidir no hacerlo.
¿Te cuesta mucho hacer lo que quieres en tu carrera?
Hago lo que me da la gana, pero tengo que pelearlo todos los días. Estoy firmada con una label y al final hay presupuestos y hay una serie de burocracia que me da una pereza que me muero. Pero ahí estoy, peleándome todos los días.
"Me gusta la gente con predisposición para el trabajo y que no se mira tanto el ombligo"
¿Cómo ha sido tu experiencia como asesora de Luis Fonsi en La Voz?
Maravillosa. Lo amo, lo quiero. Me he encontrado a la persona más humilde y más buena de toda la industria. Nunca me esperé que alguien con tantísimos años de carrera me iba a tratar de igual. Me he encontrado a una persona de corazón abierto. Hay gente que se acostumbra a estas cosas, pero yo cada vez que me llega un audio de Luis me hace la misma ilusión que el primer día.
¿Te has encontrado a muchas estrellas en la industria que te han mirado por encima del hombro?
No, en realidad no. Es un tema de predisposición para el trabajo. A mí me gusta la gente que tiene una predisposición para el trabajo de compañerismo y no de mirar tanto el ombligo. También te digo, no es lo mismo cuando has sido peón de obra, que has estado trabajando tú para otros artistas, como es mi caso, que he sido bailarina de otros, he sido profe de baile, he dado a probar turrones en El Corte Inglés... No he llegado jovencita y de repente me ha llegado una oportunidad. La he tenido que construir pasito a pasito, suave suavecito (risas).
Tras estar en Tu cara me suena, The Dancer o La Voz, ¿qué te gustaría que fuera lo próximo?
Me gusta trabajar, no me gusta nada en concreto. Yo me muevo por pasión. Me llamaron para ser jurado en The Dancer y me encantó. Vi un lugar para dar oportunidad y para dar visibilidad. En La Voz tengo la oportunidad de aprender de unos compañeros brutales como son Fonsi, Pablo López... Hay dos cosas que me mueven la vida, que son aprender y dar oportunidades. Lo que te dan los concursos suele ser eso y a mí me llena y me hace feliz.
Eras una de las artistas más reclamadas para el Benidorm Fest. ¿Te atreverías a participar?
Yo ya no quiero concursar más en nada, lo paso muy mal (risas). O sea, yo agradezco mucho el apoyo de los eurofans, pero ahora ha vuelto a ser un concurso el Benidorm Fest. Al final Eurovisión es un concurso también y soy perfectamente consciente, por la experiencia de Soraya, Edurne y amigas que llevan más años en la profesión, que me han contado cosas por las que a mí tampoco me apetece pasar. Es muy duro.
Pero hay artistas que están encantados de haber ido, incluso quieren repetir.
Ya veremos. Yo siempre he dicho que, si lo hiciera, lo haría dentro de bastantes años con algo muy inesperado.