A veces los problemas pueden traer consigo una oportunidad. Algo que ha pasado precisamente con La que se avecina. Y es que las diferencias entre José Luis Moreno y sus sobrinos, Alberto y Laura Caballero, llevaron a que la comedia tuviera que cambiar de platós y así cerrar necesariamente un ciclo.
De esta manera, la ficción vivirá un auténtico revulsivo en su decimotercera temporada, que se estrenó el pasado viernes en Amazon Prime Video y este lunes en Telecinco a partir de las 22:50 horas, con un cambio de edificio y la llegada de nuevos personajes.
Con motivo de ello, en BLUPER hemos querido hablar con su productor ejecutivo y creador, Alberto Caballero, que nos ha hablado de este cambio de ciclo y del actual estado de la ficción española tras la irrupción de las plataformas hace ya más de siete años.
Echando un simple vistazo a los nuevos platós de La que se avecina se ve que se ha incrementado el prespuesto. Entiendo que eso es un plus como productor y, sobre todo, como guionista...
Cuando hablamos con Mediaset porque querían que siguiéramos, hablamos con el equipo y con los actores y todos nos tiramos en plancha. Pero, eso sí, teníamos claro que queríamos poder pegar un salto de calidad. Se lo dijimos y no tuvimos ningún problema, inmediatamente recibimos un sí. Esto nos permitió poder invertir en el decorado que nos hubiera gustado tener al principio de los tiempos. De repente la vida te permite hacer lo que te hubiera gustado que fuera: que la calle sea real, que los espacios sean más amplios, que el plató estuviera al lado de tu casa, que estuvieras mucho más cerca de Madrid. Aquí la gente se puede venir en transporte público.
Ahora lo decides tú todo, ¿no? Por antes dependías un poco más del tío José Luis (Moreno), que te dejaba o no te dejaba...
Sería injusto decir que mi tío, tanto con Aquí no hay quien viva como en La que se avecina, no nos dio libertad. Sí que había cosas concretas que en un momento determinado diferíamos. Pero digamos que nosotros éramos como una isla dentro de la de su productora. Y de alguna manera el éxito nos protegía un poco. Al final el éxito siempre te protege: te protege de cara al contenido, a que no pongan en duda los guiones... Estos son los decorados que nos hubiera gustado tener y Contubernio es la productora en la que nos hubiera gustado empezar a trabajar a nivel de ambiente, de forma de funcionar, de entender un poco el trabajo...
¿Habéis querido tener algún guiño a Aquí no hay quien viva con el nuevo edificio?
No, realmente no. Hemos estado vacilando con el tema este de Aquí no hay quien viva muchas veces. El hecho de que sea una serie que siga tan viva después de tantos años y que tengamos personajes y actores que hicieron personajes en la otra, siempre hay algún momento de alguna de la temporada, o en alguna línea de guión, que te apetece vacilar. Y de hecho aquí me metido un par de vaciladas con ese tipo de momentos. Son gilipolleces, pero no es que persigamos hacerle un homenaje a la serie. Cuando se nos ocurrió lo de la doble escalera, quedarnos en la periferia ya no tenía sentido porque ya no es el tipo de edificio que se construye. Y curiosamente hubiera sido repetirse hacer otro edificio en periferia. La fachada se parece, pero cuando entras al portal ves que la estructura es distina.
También habéis recuperado al portero...
Sí, claro. Nosotros hemos sido fiel a la realidad. Cuando nosotros nos mudamos a la periferia, es rarísimo que haya conserjes ahí durmiendo. Entonces, cuando volvimos al centro, decidimos recuperar un sitio que da mucho juego, que es la portería. Lo que pasa es que ahora la hemos separado.
De la misma forma que cuando creásteis La que se avecina os inspirastéis en la crisis inmobiliaria, ¿qué ha pasado ahora para inspiraros?
Lo que lo que ha pasado es que de repente hemos visto que han pasado quince años desde que nos fuimos del centro y hay muchas historias que en la periferia no puedes contar. Y lo que hemos visto es que el centro ha cambiado mucho. Es decir, el famoso fenómeno de la gentrificación. El otro día vi Días contados, del año 94, y estaba Madrid hecho una mierda. Yo tenía 18 años e iba por Madrid y no me parecía que estuviera destruido y ahora es otro mundo. Desde 2006 que nos fuimos al año 2022 han cambiado muchas cosas. Socialmente, pero también de la convivencia del centro, de la estructura de los barrios, de la configuración del tipo de local...
Tu vida ha cambiado mucho en los últimos años. ¿Cómo te inspiras ahora? ¿Cómo consigues contar las historias de la calle?
Estando atentos. Hay un libro de Mark Twain que se llama Qué es el hombre, que es un diálogo entre un señor mayor y uno más joven hablando de la vida y en el que dice que 'Nadie nunca ha inventado nada'. Lo que hay son grandes traductores de la realidad. Uno de tus trabajos es estar en contacto con la calle y cuanto más mayor te vas haciendo, más importante es porque las obligaciones te desconectan de manera natural de la vida. Cuando empezamos Aquí no hay quien viva yo tenía 28 años y contaba los problemas de la gente que se acercaba a la treintena. Tú puedes hacer El cuento de la criada y te apuntas un tanto, pero eso es ciencia ficción. Si tú realmente quieres hacer una comedia contemporánea, tienes que estar al loro de todo. Y, de hecho, al final se retroalimentan. Muchas veces leemos, vemos o vivimos cosas que merece la pena contar y luego escribimos otras que acaban pasando, lo que es más surrealista.
¿Cómo ves que ahora se viralicen contenidos de Aquí no hay quien viva que hablan de las realidades actuales?
Me parece maravilloso porque al final el tiempo pone las cosas en su sitio. De alguna manera tiene espíritu atemporal que conecta. Y a lo mejor tú, en un momento determinado, te adelantaste medio gramo a una sensibilidad que iba a estar en la calle, y de repente ahora te ponen un monólogo de la pija y es perfectamente aplicable a lo que se está defendiendo ahora mismo desde el poder político. Es un honor. A mí me encanta y cuando veo esas cosas me flipa. Y cuando veo que la gente ha hecho montajes de secuencias o memes, me parece maravilloso. Y eso es lo que no debería perderse. Y ahora por la época de la ficción en la que estamos, hay riesgo de perderse porque se ha perdido el concepto de comunidad a la hora de ver la serie.
¿Cómo es la construcción de estas tramas que en su momento fueron transgresoras y a día de hoy siguen siendo actuales?
La clave está en la sensación que tú tienes. Tú no puedes llegar después a una cosa, sino ir en tiempo real o ir por delante. Son temas que te llaman la atención y construyes una trama. Es tu propio feeling de por donde van los tiros. Inntentamos ser un retrato distorsionado de la realidad para hacer crítica o simplemente para pasar un buen rato.
¿Crees que La que se avecina no se podría empezar a arrancar ahora en 2022 por su incorrección política?
Esto nos está pasando ahora con un proyecto concreto, que claramente es un proyecto que a todo el mundo le encanta y lo quieren hacer, pero luego se tienen que atrever. Tú podrías arrancar La que se avecina, pero tienes que tener atrás a alguien que te apoye. En este caso nosotros hemos tenido Mediaset, que lo ha entendido. Si tú a La que se avecina le quitas la incorrección política te va a quedar más blanca, para todos los públicos, a lo mejor no tienes que editarla para el horario infantil para poder emitirla en FDF, pero le estás quitando parte de su esencia y parte de su diferenciación. Entonces ahora lo que pasa es que hay un poco de incoherencia de que muchas plataformas quieren algo súper original, pero cuando se lo enseñas...
Las ficciones que están haciendo las plataformas en realidad son ficciones que antes se hacían en abierto...
Uno de los grandes mitos que afortunadamente ahora estamos derribando es que en el top ten de series más vistas de plataformas no hay ninguna producción española que sea originaria de una plataforma. Eso da que pensar. Luego está el tema de la duración. Antes tenía que ser cortísimo todo y ahora no hay problemas. Se están derribando una serie de mitos que se tenían que derribar desde 2015 que llega Netflix. Había como dos categorías de series en las plataformas, las de los directores de cine y luego estaban las de la chusma que hacía tele. Pero la chusma que hacía tele conecta con las masas. Y las plataformas necesitan conectar con las masas. Yo no hago una serie para que la gente no la vea. A lo mejor contento a cuatro críticos, pero es idiota. Es demasiado esfuerzo. Se está fusionando las dos cosas. Tanto Mediaset como Atresmedia proporcionan contenidos a las plataformas que son los más vistos. Ha habido un boom y ahora hay una reconfiguración. Y en esa reconfiguración estamos muy contentos de tener a La que se avecina como la más vista...