La Navidad está cada vez más cerca y las fiestas y cenas ya han comenzado a hacer su aparición. Este pasado miércoles 30 de noviembre, el Palacio de Cibeles de Madrid se convertía en el escenario de una de las más esperadas, la organizada por la marca de bebidas Moët & Chandon, de la que EL ESPAÑOL fue testigo. Para festejar esta esperada época, reunían en el espectacular monumento, que además es la sede del ayuntamiento de Madrid, a algunos de los rostros más conocidos del panorama nacional.
Una velada marcada por grandes looks y vestidos largos a la que no faltó una de las mujeres más polifacéticas del momento, Paz Padilla (53 años). Por segunda vez en apenas una semana, la gaditana se reunía con conocidos, compañeros de profesión y algún familiar -pues también estaba presente su hija, Anna Ferrer (25)- para cenar y seguramente recordar los mejores momentos de un 2022 que está cada vez más cerca de llegar a su fin.
Pero antes de sentarse a la mesa y degustar los platos preparados para la ocasión por el chef Ángel León, Paz posaba en el photocall, presumiendo de figura con un llamativo vestido, de pronunciado escote, que poco después desvelaba que estaba firmado por Yolancris.
Aunque apenas dos días antes había estado en otra fiesta navideña -la de Mediaset-, Padilla parecía dispuesta a disfrutar de todo el evento. No era para menos, pues en la de Moët estaba mucho mejor acompañada. ¿El motivo? La presencia de Anna, ya que madre e hija, que son uña y carne, en más de una ocasión han declarado ser "mejores amigas".
Contra eso no hay quien compita, ni siquiera la velada de Mediaset, a la que Paz Padilla acudía el lunes 28 para reencontrarse con los presentadores y rostros estrella de la cadena. Entre ellos estaban también sus excompañeros de Sálvame y Got Talent, con quienes compartió mesa.
Un momento que para otro podría haber sido incómodo, pues le tocó sentarse junto a Adela González (49), su sustituta en Sálvame tras su abrupta salida, pero que la andaluza vivió con el entusiasmo que la caracteriza. Así lo confesaba a EL ESPAÑOL antes de entrar de lleno en el evento de la marca francesa: "Fue una cena muy bonita. ¡Muy bonita! Hacía tres años que no se hacía. Después de la Covid, ha sido la primera. Hubo muchos reencuentros para todos y fue una cena muy chula", sentenciaba, dando a entender que prefiere quedarse con lo bueno.
Y aunque ya no es uno de los rostros del espacio de Telecinco, el rostro de Paz Padilla está en todas partes. "No tengo tiempo de nada", aseguraba a este medio, haciendo una recopilación de los muchos proyectos que tiene entre manos y que la tendrán muy ocupada en los próximos meses. "Empiezo ahora el rodaje de El hotel de los líos, con José Mota; y estrenamos también A Todo Tren 2, el día 2 de diciembre. ¡Ah! También estoy en la película La reina del convento. Y con la gira de El humor de mi vida, que sigo ahí. ¡Es que no me puedo quejar!".
Pero su agenda no acaba ahí, pues además está preparado una "sorpresita" de su firma de moda, No Ni Ná. Con tantos planes de trabajo tan diferentes, no se puede negar que la gaditana es una de las mujeres más polifacéticas del momento. Y aunque está contenta con todas las facetas, si tuviera que elegir, tiene claro cuál sería. "La interpretación. Es muy bonita y en el teatro me gusta mucho", desvelaba a este periódico, dejando claro cuál es el ambiente en el que se siente más cómoda y feliz.