Si hace una semana era Lara Álvarez quien no podía cumplir con sus obligaciones en Pesadilla en El Paraíso, por motivos de salud, este domingo ha sido el presentador Carlos Sobera el que no ha conseguido ponerse frente a la cámara por razones ajenas a su voluntad. Eso provocó que, sin previo aviso, el debate de Pesadilla en El Paraíso estuviese presentado por Ion Aramendi, quien ya tiene experiencia en este tipo de formatos, pues este 2022 fue el encargado de presentar los debates de Supervivientes.
“No soy Carlos Sobera, estaba tranquilamente en Londres, venía para aquí y le han pasado una mala jugada los vuelos, las conexiones. El pobre se ha quedado atascado en Barcelona, igual viene a lo largo de la noche, pero no os preocupéis que está muy bien”, explicó Aramendi, para que el público presente en casa pudiese entender este cambio de última hora.
Como los espectadores más fieles del reality sabrán, los debates de Pesadilla en El Paraíso empiezan antes en Mitele Plus, y ahí no fue Ion Aramendi quien estuvo como presentador, sino Nagore Robles. Y entonces también informó de lo sucedido. “He hablado con el piloto del vuelo en el que viajaba Carlos, le he dicho que me quiero estrenar, así que ha salido tarde, llega un rato después y yo voy a presentar un ratito con vosotros en Mitele Plus”, aseguró la que fuese concursante de Gran Hermano.
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Para Nagore, ese rato al frente del debate le servirá como entrenamiento. Y es que, como ya se ha anunciado, Pesadilla en El Paraíso trabaja ya en una segunda edición que se emitirá a inicios del próximo año 2023, y Nagore será la encargada de contar todo lo que sucede en la propia granja donde viven los participantes, en sustitución de Lara Álvarez. Nagore formará equipo con el propio Carlos Sobera, que presentará las galas, y Sandra Barneda, al frente de los debates.
La gala de este domingo estuvo marcada por la primera entrevista en plató a Dani García, el último expulsado, quien ajustó algunas cuentas con su compañera Patricia Steisy y su novio Pablo Pisa. Además, Iwán recibió una sorpresa de su madre, Bea recibió la visita de sus padres, e Israel Arroyo, quien casi tira la toalla en la competición, se reencontró con sus padres tras cuatro años sin verlos. La entrega convenció a 937.000 espectadores y un 9,8% de share. Mejora una décima y 28.000 espectadores respecto a la semana anterior.