La noticia de la ruptura de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa ha sido una de las últimas sorpresas del año. A pesar de hacerse público el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, estuvo lejos de ser una broma. La socialité reveló su ruptura en una exclusiva en la revista ¡Hola!, explicando sus motivos para la separación con el Premio Nobel de Literatura. No obstante, en Sálvame se ha dado una versión distinta a las razones de la disolución. Además, el programa logró entrar en el edificio donde vive el novelista para intentar hablar con él.
Según la revista, la concursante de la segunda edición de Mask Singer: adivina quién canta señaló unos presuntos “celos” como el motivo principal de la ruptura, negando, además, la implicación de terceras personas. Según declara la socialité, esta vivió una “escena de celos infundados” que habría provocado que se marchase a su casa en el centro de Madrid.
Tal comportamiento tóxico, según lo publicado por ¡Hola! habría sido “recurrente” y esta escena habría sido la gota que colmó el vaso para la Reina de Corazones. “Es lo que le ha convencido de que no merece la pena seguir apostando por la relación”, señalaba la revista.
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Sin embargo, el programa de La Fábrica de la Tele aporta una versión muy distinta a la publicada oficialmente. Según María Patiño, quien recibió, supuestamente, una llamada de una fuente cercana a la expareja, desde hace seis meses, la relación entre la socialité y el escritor ya estaba viviendo momentos convulsos. Supuestamente, en verano de este año, se produjo un primer rompimiento que ninguno de los dos confirmó. No obstante, los dos se reconciliaron rápidamente.
Esa reconciliación habría llegado a su fin porque el autor de La ciudad y los perros o Pantaleón y las visitadoras no quería contraer matrimonio con la socialité. “Desde hace unos seis meses, Isabel solo tiene un deseo, casarse”, explicaba Patiño. Sin embargo, el Nobel de Literatura se mostró reacio a volver a pasar por el altar. “Quiero que te cases [conmigo], porque si el día de mañana te pasa algo, yo no voy a quedar como la amante de Mario Vargas Llosa”, dijo, supuestamente, la socialité, según lo comentado por Patiño.
“Esta última petición se produjo hace escasos días y él le vuelve a decir que no. Hasta hoy, no quería casarse de manera formal”, concluyó Patiño. Una versión que coincidiría con la publicada por El País, que detalló que en esa crisis de verano, el escrito llegó a abandonar la residencia que tiene la socialité en Puerta de Hierro, volviendo a su apartamento en pleno centro de la capital.
El diario, además, señala, que la crisis en la pareja vendría de largo y que había ciertas referencias veladas en el cuento que Vargas Llosa publicó en Letras Libres en 2021, Los vientos, en el que su protagonista, que está en el ocaso de su vida, se arrepentía de haberse separado de su mujer.
Por otro lado, el programa intentó hablar con Vargas Llosa. Fue Adela González la enviada, quien logró entrar en el edificio, gracias a unos turistas que se alojaban en uno de los apartamentos, situado en el barrio de los Austrias, muy cerca del Palacio Real. La periodista llamó varias veces al telefonillo, sin obtener respuesta.
A pesar de que González no pudo hablar con el novelista, sí que logró tomar contacto con alguien del servicio durante la pausa publicitaria. "Me ha atendido muy amablemente una persona del servicio de la casa y me ha dicho que ya no está en disposición de dar ningún tipo de informaición", explicó.