La tercera edición de El desafío ha subido la temperatura (y no solo con el Quad extremo de Rosa López rodeada de fuego). El entrenador personal Jorge Blanco, uno de los concursantes de esta temporada, ha tenido que desnudarse completamente con una coreografía humorística en la que estuvo acompañado por el chef Jorge Brazález, segundo clasificado de la primera edición, quien no dudó en despelotarse también.
La prueba consistía en emular el espectáculo de cabaret del dúo humorístico francés Les hommes à poêles, que pudo verse en la versión gala de Got Talent. Tanto el entrenador personal como el cocinero tenían que bailar en tono burlesque, completamente desnudos y tapando sus genitales con dos sartenes, una de las cuales debían perder en medio del número.
El entrenador ofreció su rostro más cómico, ofreciendo un auténtico espectáculo que, además de desatar las risas entre el público, el jurado y el resto de concursantes; hizo que la temperatura del plató subiese. “¡Gracias!”, le comentaba Mariló Montero, a Roberto Leal entre risas. Por supuesto, Boris Izaguirre aplaudió también a Blanco y Brazález y no dudó en querer hacer una comparación de oblicuos entre el entrenador personal y el chef.
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El jurado se mostró receptivo también. “¿Qué quieres que te diga? Se ha quedado buena noche…”, comentaba Pilar Rubio, quien no podía ocultar su cara colorada. “¡Qué paradoja! El desafío consistía en que no se cayera la sartén… y media España deseando que se cayese”, dijo Juan del Val.
A pesar de que Jorge Blanco y Jorge Brazález consiguieron emular muy bien el número original de Los hommes à poêles, la puntuación del jurado no fue del todo positiva. El entrenador personal se llevó la nota más baja por parte de Santiago Segura. “El reto es que se vea la sartén y nunca la salchicha… yo es que me he pasado el número entero horrorizado. En la pausa, Juan del Vale me ha dicho que no ha visto nada ni una sola vez. Y yo le dije: ¡Joder, qué suerte!”, argumentó el director de cine.
Y es que, efectivamente, el problema que tuvo la prueba con el jurado fue una cuestión de perspectiva. Dado que el número era replicar la coreografía mirando a cámara, el también actor y humorista vio el desafío desde un ángulo que no dejó nada a la imaginación, una perspectiva diferente a la de Pilar Rubio, quien sí que vio lo que había debajo de las sartenes en algunos movimientos. “Yo estoy en medio de los dos y, alguna vez que otra vez, lo he visto. Por eso, me han entrenado los calores”, corroboraba; mientras que desde la perspectiva de Del Val, no se vio nada.
No es la primera vez que el talent-show desnuda a sus concursantes. En la primera edición, Pablo Puyol y Jorge Sanz tuvieron también que emular la coreografía burlesque al desnudo del dúo circense Les Beaux Frères, en el que tuvieron que jugar con unas toallas con las que debían evitar que se les viese completamente. En la segunda edición, le tocó a Omar Montes realizar un número al desnudo del musical Full Monty.
La ganadora de la primera gala fue Mariló Montero, quien tuvo que hacer música con ‘percusión imposible’, con herramientas y otros elementos que no se asocian a la música. La periodista y presentadora coincidió en puntos con Ana Guerra y la apnea que tuvo que hacer bajo el agua y el fueron Pilar Rubio y Santiago Segura los que rompieron el empate en favor de la excolaboradora de Todo es mentira.