España va a ganar Eurovisión. Si no lo hace este año en el que, como ha dicho una reconocida youtuber eurofán americana, los demás países tendrán que pelear por la victoria contra Blanca Paloma, será en próximas ediciones.
No tengo ninguna duda. Tras volver a cubrir por segunda vez el Benidorm Fest como periodista, además de como artista, pero eso es otra historia que contaré más adelante, puedo decir sin miedo a equivocarme que estamos ante una de las mejores preselecciones de Europa.
Y lo es porque en tan solo dos años ha demostrado contar con una gran nivel en su final en el que cualquiera de las ocho apuestas que se presentaron podrían haber representado a nuestro país en Eurovisión, sin que tuviéramos que sentir algún tipo de rubor.
[La valentía de Agoney, Alfred y los demás del Benidorm Fest a los que hay que admirar]
El Benidorm Fest se está consolidando como un buen formato televisivo y musical que está sirviendo como una gran plataforma para descubrir nuevos talentos, no solo a nivel musical, sino también en escenografía, coreografía... Y, sobre todo, con una gran diversidad y variedad desde el rock hasta el flamenco, pasando por el pop catalán o el folk manchego.
Y todo ello gracias a que el tercer puesto de Chanel en Eurovisión, así como algunas grandes propuestas que vimos el año pasado como la de Rayden, han hecho que este año los candidatos se hayan puesto las pilas y hayan querido estar a la altura del show.
Candidatas como Karmento que, gracias a la brillante dirección artística de Javier Pageo, hizo crecer en el escenario su magnífica Quiero y duelo. O Agoney, que bajo la batuta de David Pizarro, ofreció la propuesta más transgresora de las dos ediciones del festival.
Por todo ello, como bien ha defendido la directora de Comunicación y Participación de RTVE, María Eizaguirre, todos son ganadores. Porque la meta del Benidorm Fest no es solo ir a Eurovisión, sino todo el aprendizaje en el camino, así como otros premios como la promoción que ganan, los nuevos públicos que suman...
Y prueba de ello son Vicco o Fusa Nocta, que han disparado sus escuchas. O la propia Karmento, que ha sumado nuevas fechas en festivales este verano. O Aritz, que ya el fin de semana pasado actuó en Fiesta. O José Otero, que podrá regresar a su país tras hacer carrera en México.
También fue un premio para todos los no clasificados el baño de masas que se dieron en la fiesta del Euroclub del miércoles, con Sofía Martín o Meler recogiendo todo el cariño de los eurofans. O en la del viernes en la plaza del Tecnohito de Benidorm, en la que además se acercó la marca a la calle. "Marketing, querida", que diría Aramís Fuster.
Muchos han criticado que en esta edición del Benidorm Fest no hubiera grandes nombres como sí los hubo el año pasado. Y está claro que es necesario que en cada edición haya algún nombre potente como Azúcar Moreno. Pero el objetivo de este festival debe ser encontrar nuevos talentos a los que servirles de plataforma, que descubramos nuevos artistas, que nos descubramos musical y culturalmente.
Por todo ello, más allá de sus datos de audiencia en lineal, que para algunos no han estado a la altura -no estoy nada de acuerdo-, el Benidorm Fest ya es algo imparable que nos terminará haciendo ganar Eurovisión. Y prueba de ello es la propia Blanca Paloma, quien ha aprovechado su experiencia el año pasado para regresar este año con una propuesta que ya está emocionando a Europa.